Bienvenida al infierno. (Samuel De Luque)

Capítulo 3 "Vida aburrida"

Me despierto con el sonido de la alarma.

- Jodeeerrrr- Susurro. Dormí menos de 3 horas y debo ir a "mi nuevo trabajo".

Me bañe lo mas rápido que pude, mientras tomaba mi café miraba atentamente mi armario. No tengo nada que se parezca empresarial. Revise las prendas colgadas. Todo negro, con agujeros o calaveras. – Debo ir de compras – Ay dios, de solo pensarlo me dio un escalofrío.

No soy la típica chica que va de compras con sus amigas, de hecho todo lo compro en descuento y aun conservo la ropa de cuando tenía 12 años...

Cogí lo más formal que encontré. Una camisa gris que tenía tachas en los puños pero se veía bastante bien, unos jeans, una chaqueta de cuero y siempre infaltable mis borcegos negros.

Me mire al espejo. Todos mis tatuajes estaban tapados, me veía decente. O más o menos...

Antes de irme metí el sobre con la información del idiota en mi bolso y salí para tomar un taxi.

Llegue a la dirección que estaba en el papel, pague y baje del vehiculo. Mire hacia arriba, no podía adivinar la cantidad de pisos que tenia ese edifico, parecía hecho puramente de cristal. Se olía burocracia y dinero a kilómetros.

Entro al lugar y una chica guapísima me da la bienvenida.

- Bienvenida a De Luque S.A. ¿En que puedo ayudarla?

- Ehhhhh- Tanta formalidad me estaba mareando. – Mi nombre es Charo...-

- ¿Tu eres la nueva asistente personal del señor De Luque verdad?-

- Supongo...- Respondí sin muchas ganas.

- Acompáñame – La seguí hasta un ascensor, cuando entramos puso un código en un teclado y apretó el ultimo piso. Las puertas se cerraron. - ¿Sabes? El señor De Luque es bastante especifico con las personas que tiene a su alrededor, tu eres la asistente numero 13 en lo que va del mes-

Abrí los ojos grandes, debe ser un maldito como jefe. Pero por otro lado no me será difícil desaparecer de su vida cuando esta misión termine.

- Te daré unos tips para que lo comprendas mejor... Primero, trátalo de usted y señor. Nunca lo trates como un amigo. Segundo, no te metas en temas que no te incumben, limítate a hacer tu trabajo, manejar su agenda, acompañarlo a eventos importantes y llevarle comida cuando quiera.

- Espera ¿Qué? ¿Acompañarlo a eventos importantes? - Pensé que mi trabajo seria estar detrás de un escritorio y nada más.

- Eso me lleva al tercer punto... Cómprate ropa adecuada, esa vestimenta no va con la empresa, de hecho no se porque recursos humanos te asigno a este puesto...- Me miro de arriba abajo. Y me sentí ofendida, es una perra. Pero supongo que todos aquí deben ser igual que ella, así que me debo acostumbrar.

- De todas formas no creo que dures mucho... - Miro hacia el contador de pisos, estábamos en el 39 y teníamos que llegar al 40.

Una vez que llegamos al 40 se abrieron las puertas del ascensor. Yo Salí pero la chica pelirroja se quedo adentro, me gire para verla.

- Hasta aquí llego yo, mi nombre es Any... Bienvenida al infierno...- Dijo en tono de burla.

No me gusta que hagan bromas con el infierno, existe de verdad, y son nuestros enemigos. A los humanos les encantan hacer alegorías.

Me volví a girar para ver donde estaba. Era un piso enorme, blanco y de paredes de cristal donde se podía ver toda la ciudad, fascinante. Había un escritorio que supongo seria mi lugar de trabajo y al lado se encontraban dos puertas enormes de madera, talladas a mano con tribales, una obra de arte. Me acerque al vidrio y me quede un rato pensando lo chiquitas que se ven las personas desde aquí. No nos damos cuenta, pero el bien y el mal conviven permanentemente. Luchan, por quien abarca mas territorio. Siempre fue mayoría el bien, pero últimamente las cosas se han igualado, por eso debemos proteger a las personas, son seres de luz, tan vulnerables...