¡"Anciano, Peluca y Diadema"!

1.6K 123 0
                                    

Harry: ¡Piensa en el Horrocrux! ¿Crees que podrás aguantar hasta que consigamos la diadema?

Tu: Harry, creo que estas exagerando...

Ron: No tiene razón, claro, claro, lo siento.

Mis amigos ruborizados se apresuraron a recoger los colmillos que habían tirado.

Cuando llegamos al pasillo de arriba me di cuenta de que aunque habían pasado muy poquitos minutos en la Sala de los Menesteres la situación en mi hermoso castillo era peor, las paredes y techo retemblaban más que nunca, había mucho polvo suspendido en el aire, por una ventana pude observar como estallidos de luz verde y roja muy cerca de la planta baja de castillo, eso significaba que nuestros amados enemigos (a los cuales me uní por un tiempo) estaban a punto de entrar en el edificio.

Ron: ¡Espero que aplaste a muchos Mortífagos!- dijo acercándose a la ventana donde Harry estaba viendo a no sé quién.

X: ¡Mientras no sean a los nuestros!

Voltee al reconocer la voz de mi amiga (cuñada) la cual se encontraba con Tonks, ambas con varitas en la mano, las cuales se encontraban cerca de una ventana con el cristal roto, Ginny lanzo un hechizo a no sé a quién ya que Harry, Ron y Hermione ocupaban todo el espacio de la ventana más cerca.

Aberforth: ¡Bien Hecho!- dijo apareciendo de repente entre una nueve de polvo, mientras corría muy chistosamente mientras guiaba a un pequeño grupo de magos - ¡Parece que están abriendo una brecha en las almenas del ala norte! ¡Se han traído a sus gigantes!

Tonks: ¿Has visto a Remus?

Aberforth: ¡Estaba peleando con Dolohov! ¡No lo he visto desde entonces...!

Tu: Seguro que está bien... - dije tratando de tranquilizarla, aunque yo no me lo creía.

Tonks de inmediato siguió a Aberforth a través de la nube de polvo.

Ginny volteo hacia nosotros impotente y sin saber qué hacer.

Harry: No les pasara nada- en su cara se vio que solo lo decía para consolarla- Volverán enseguida, Ginny. Tú apártate y quédate en un lugar seguro.

Corrí a abrazar a mi amiga ya que se veía preocupada.

Tu: Todo estará bien- dije dándole la mejor sonrisa que pude hacer.

Harry: ¡Vamos!

Me separe de mi cuñada y corrí tras mis amigos, los cuales llegaron primero a el trozo de pared detrás del cual la Sala de Menesteres nos esperaba para ofrecernos una nueva respuesta a nuestras necesidades.

Después de pasar tres veces por delante y que Harry mentalizara quien sabe que, apareció una puerta, cuando entramos todo el fragor de la batalla se apagó al cerrar la puerta, todo quedo en silencio. Nos encontrábamos en un recinto del tamaño de una catedral la cual encerraba a una ciudad entera de altísimas torres formadas por objetos que miles de alumnos, ya muertos, habían escondido en aquel lugar, en el cual había estado un año atrás.

Ron: ¿Y no se dio cuenta de que cualquiera podía entrar aquí?

Harry: Creyó que era el único capaz de hacerlo, pero desgraciadamente para él, yo también necesite esconder una cosa en mi época de... por aquí- nos indicó- Me parece que está ahí abajo.

Tu: ¿Qué escondiste Harry?

Harry: No hay tiempo para esto...

Tu: Yo quiero saber... - Aunque sabía que había escondido y que había pasado ahí con Ginny solo lo hacía para molestarlo.

Tu: En verdad puedes confiar en nosotros, seamos realistas, tal vez dentro de pocas hora terminemos en un petate, no quieres que nos quedemos con la duda o ¿sí?- dije mientras pasábamos delante de un trol disecado y el armario evanescente que le había ayudado a Draco a reparar, tantos recuerdos.

Her: En verdad _____ (Tn) no creo que sea el momento adecuado.

Tu: Esta bien, aunque quedara en tu memoria amigo mío- dije mientras sujetaba el hombro de Harry haciéndome la dolida- Oye... ¿si sabes a dónde ir?

Harry negó con su cabeza, estábamos perdidos.

Her: ¡Accio diadema!- dijo con desesperación, pero la diadema no hizo ninguna aparición, al parecer la sala no iba a entregarnos los objetos ocultos tan fácilmente.

Harry: ¡Separémonos! Busquen un busto de piedra de un anciano con peluca y diadema.

Tu: Lo más común que he oído.

Mis tres amigos lo pensaron mejor y empezaron a reír ante tal imagen, mi cabello se volvió de colores.

Harry: Bueno, bueno, Lo puse encima de un armario, no puede estar muy lejos de aquí...

Corrí tras Harry ya que no lo iba a dejar solo.

Harry: ¿Qué parte de separarnos no entendiste?

Tu: ¿Qué parte de que te tengo que cuidar no entiendes?

Harry me miro con cara de pocos amigos, nos quedamos viendo a los ojos por un momento hasta que entendió que no me iba a separar de el por nada en el mundo.

Harry: Esta bien.

Seguimos recorriendo los grandes pasillos, aunque había estado un tiempo por aquí no reconocía nada, había muchas cosas que nunca pensé ver y me daba un poco de vértigo que las montañas de cosas se viniera abajo.

Harry: ¡Avísame cuando veas algo!

Tu: ¡Harry!

Harry: ¿Lo encontraste?

Tu: No, solo quería preguntarte que habías escondido aquí...

Harry: ¡Concéntrate!

Tu: Huy lo siento...

Seguimos caminando sin decir nada, hasta que por fin...

Tu: ¡Harry!

Harry: ¿Qué? ¡No te voy a decir que hice aquí!

Tu: ¿Qué hiciste? ¡Harry concéntrate! Yo preguntaba que escondiste, pero, luego me contaras... ¡Ahí está!- dije señalando un mago de piedra con una peluca llena de polvo con una diadema descolorida, lo cual se encontraba arriba de un armario viejo y estropeado, donde si mal no recuerdo Harry había escondido su antiguo libro de pociones.

Harry: ¡GENIAL!

Tu: ¡Vamos te ayudo a subir!

Harry: ¿Creo que será más práctico que yo te ayude a ti, no?

Tu: ¿Crees que no soy fuerte?- Harry me veía con gracia, los dos sabíamos que no tenía mucha fuerza, mi cabello se volvió Rojo- Esta bien...

Harry me hizo un escalón con sus manos e intente subir como pude cuando estaba a punto de agarrarla cuando una voz sonó a nuestras espaldas.

X- ¡Quieto Potter!


Un Libro Hecho Realidad (2da Parte) [Fred Weasley & Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora