El día que te conocí la cabeza perdí. {GuidoSardelli}

Capítulo 13

Estaba impaciente sentada en el café, chocando mi pie derecho con la pata de la mesa. De repente Patricio entra a la cafetería y se sienta en frente mío.

- Deberías dejar de ser tan dramática, pibita - me miró enternecido, el hecho de que estuviera nerviosa lo ponía risueño. 

- Es que te juro que no puedo, soy una máquina de decir boludeces - le sonreí - no el hecho de que le haya dicho 'te amo', sino que o sea todavía no lo siento así. Lo quiero mucho no me malinterpretes. Pero amarlo creo que es extremista Pato. 

- Ya sé, bueno igual él quedó confundido porque no volviste "del baño" - hizo comillas con los dedos - y si te vas siempre y lo dejas esperando hasta que se te pase el enojo, un día se va a cansar gorda - me tocó la mano en señal de apoyo. 

- Sí, tenes razón - me levanté de la mesa apresurada - lo voy a buscar, ¡te quiero pelotudo! - le dí un beso en el cachete en modo de despedida y él rió. 

*** 

- ¿Me perdonás? - le pregunté por milésima vez. 

-  Sí pero no te vayas así de vuelta - me agarró la mano - con que te amo ¿eh? - se rió. 

- Basta, me salió del alma. Te quiero mucho - lo besé. 

- Y yo también, mi amor. 

Samantha y yo nos encontrábamos ahora con un vaso MUY grande de vodka puro cada una. Obviamente no estaba en mi mejor momento, me refiero a que estaba bailando con ella y siento un par de manos en mi cintura acercándome, miré para atrás...

- Me imagino que no viniste a controlarme - lo miré fulminante. 

- No gorda nada que ver, vinimos con los chicos y bueno te vi bailando así y no me pude resistir - me reí, era tan pelotudo cuando quería. 

- Ay Dios mío - le dí un beso - ¿Y los otros dos? 

- Gastón está con la novia y Patricio está allá - lo llamó con un gesto y Pato se acercó. 

- Ella es Samanth..- me interrumpieron.

- ¡LA PIBA DEL NOMBRE YANQUI! - gritó Guido riendo, Samantha lo miró confundida y luego le siguió la risa. 

- Él es Patricio Sam - lo presenté a Patricio, les juro que la tensión sexual que sentí cuando se vieron la notó hasta el barman de la punta de la pista, Guido y yo nos alejamos tentados de la risa.