Capítulo 1

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Otro día más... Me preguntó que me harán ahora... ¿Golpearme?¿pisotear me?¿insultarme? O ¿humillarme? Es como una rueda de la fortuna, nunca sabes que saldrá pero sabes cuales son las opciones, aunque después de años de estar en esta rueda debería acostumbrarme.

Todo anda mal en mi vida... aveces creó que soy una basura, o simplemente un juguete; juegan conmigo, pero yo no reaccionó, almenos hoy será el último día que veré a las verdaderas basuras, me preguntó si extrañarían a su juguete maltratado, de cierta manera me da pena dejarlos porque se que se buscarán a otro juguete y lo maltratarán tanto como a mí.

Aún así Amber sabiendo que debía marchase de San Francisco y partir a otra cuidad con su madre Rebecca Hunter, una viuda con depresión por la muerte de su esposo.

A partir de ese momento todo cambiaría para Amber y Rebecca, era un día lindo y parecía que hoy sería un día prefecto para ambas.

Mamá ya me voy a la escuela! -dice Amber sabiendo que la respuesta -

Esta bien, querida, pero no te despediste de tu padre -dice con un tono algo alegre -

Aveces pienso que mi madre hubiese hecho todo con tal de salvar a mí padre en ese accidente, pero... La muerte es algo inevitable y tarde o temprano a todos nos llega.

De acuerdo. Adiós, papá. - dice seriamente -.

Así es como partió su día.
Ella solía caminar escuchando música, era lo que la distraía de los problemas, aveces eso solía dar resultados hasta que se quitaba los auriculares, todo era distinto... Escuchaba como la insultaban y humillaban.

Hoy al entrar a clases, como todos los días se sentó en el mismo puesto y se quedó pensando; la miraban raro como siempre, pues ella no solía hablar mucho con sus compañeros y con los profesores, tal vez es que temía a la humillación de los demás.

A primera vista parecía que esta vez no le harían dañó, pero la suerte no duró mucho; uno de los bravucones se acercó a ella y le pego en la cabeza con la mano, - ¿así que es tu último día aquí? ¡EH!. Pues sería una verdadera lástima no darte la despedida que corresponde. Jajaja.
Amber sólo lo miró de reojo con una cara que demostraba el despreció,
el no puedo soportar la mirada que le hizo, entonces quería golpearla, pero por suerte la campana sonó y el sólo se fue.

Caminando por los pasillos y mirando a las personas es así como pasaba el tiempo en aquél lugar, pero de un lugar inesperado le llega un cuaderno en la cabeza; Amber sólo se voltio para ver quien fue el gracioso que le había lanzado el cuaderno, pero no parece distinguirlo, así que toma el cuaderno y ve si aprecia el nombre de la persona; pues si era el chico que solía molestarla, el se acercó con más gente y comenzaron a molestarla.

No comprendo porque me molestan si ni les habló y no le he hecho nada a nadie, pero ellos cada vez me hacen enfadar más y más, ahora yo sólo quiero golpearlos.

Amber parecía no hacerles caso hasta que uno de los acompañantes del bravucón la empuja y Amber cayo al suelo; en ese entonces la rabia se apoderó de ella, pero esta vez no sería la rabia de la cual podría liberarse... Ella se levantó y golpeó en el estomago con un puño cerrado al sujeto que la había empujado y comenzó a golpearlo una y otra; supongo que estaba muy enojada por la forma en la que se desquitaba.

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