Cartas En El Asunto

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Estoy tan preocupada... Ya han pasado 2 días desde que Mark, está en ese estado... No entiendo el porqué de su situación... Pero sí se que él es alguien muy importante para mí, y me quedo corta... Creo que es necesario... Siempre me ha ayudado desde que lo conozco, me ha apoyado en cada una de mis decisiones, en cada uno de mis problemas, hemos discutido... Hemos llorado y reido juntos. Y ahora... No puedo hacer nada por él. Me siento tan... Inútil. Ojalá supiera como podría ayudarlo... Esque no puedo estar aquí esperando...
¡No debo! Si al menos, pudiera darle mi apoyo...

Entonces sus ojos se cruzaron con la máquina de escribir que Mark le había dado. Sus ojos sorprendidos se abrieron y con un tono de exclamación y euforia dijo:

¡LO TENGO! ¡Le escribiré todo lo que siento por él! Es una buena idea sí.

Entonces Marta se sentó en la máquina de escribir, puso un folio y comenzó a pensar, pero las palabras y las ideas solamente sonaban bien en su cabeza, más en el papel no se reflejaba nada de lo que quería transmitir.
Tic Tac Tic Tac, el tiempo pasaba y aún ella no comprendía la situación, nunca le había sucedido esto. Siempre encontraba las palabras necesarias, fuera en trabajos, por teléfono etc... Pero ahora... Nada. Poco a poco sentía como la frustración recorría cada apíce de su cuerpo. Y junto con un fuerte escalofrío, su pulso temblaba y su corazón latía cada vez más y más fuerte. Acto seguido de esto... Una lágrima recorrió su cara de una forma destelleante y fugaz. Dándole la respuesta a todo. Y con un hilo de voz y un suave suspiro, la clave de todo surgió de sus labios.
Le quiero...

Y de una manera suelta, rápida y eficaz empezó a escribirle una carta a Mark.

" Querido Mark.
Te escribo esta carta para agradecerte todo y cada una de las cosas que has estado haciendo por mí. Me encanta que alguien se preocupe de esa forma por mí, y no solo eso, sino que luche y demuestre tanto por mi bienestar. Nunca en mi vida me había sentido tan querida por alguien. Solamente has sido tú la persona que me ha hecho experimentar tantas sensaciones en tan poco tiempo y tan solo has sido tú, quién me ha estado cuidando y tratado como a una auténtica reina. Significas tantísimo para mí, que no podría describirte tanto por una carta. Muchísimas gracias, por todo y cada uno de los momentos en los que has estado conmigo. Aún recuerdo con especial cariño, todo lo que hicistes por encontrarme y darme un simple pintalabios. Estás loco jiji. Realmente eres genial. Espero que haya gustado... A partir de ahora todos los días te escribiré y leeré una carta hasta que te recuperes. Con Cariño Marta.

Al leerle Marta su carta a Mark, este por unos momentos esbozó una sonrisa en su rostro, lo que confirmó que al menos, escuchaba o así al menos creía Marta. Ya que, antes de su visita. Pascual le había inyectado la dosis diaria de aquella sustancia.

Ese mal nacido... Pronto se quedará así para siempre... Jaja solo le faltan cinco inyecciones más. Y en cuanto a esa traidora... Ya veré que hago... Por cierto, creo que es hora de llamarla.

Cogió el teléfono y rápidamente marcó a un móvil.
- HOLA, QUERIDA ANA.
- Hola, mi osito. ¿Qué pasa?
- ¿Sabes algo de Ramón y cia?
- No, ya te dije. No he vuelto a verlos, desde el día de la boda de Ramón y Cintia. Pero... Oye cariño... ¿No te estás tomando demasiado enserio, lo de Mark? Quiero decir... Ya casi ni me llamas...
- ¡Calla!
- ¡NO ME HABLES ASÍ! ¡No eres nadie!
- Claro que no, pero te recuerdo... Que eras tú la que querias estar conmigo.
- ...
- Tengo que irme, tengo cosas que hacer.
- ¡No! Espera osito, ¡siento haberte contestado!

Pascual colgó el teléfono. Y se dirigió hacia la sálida del hospital, chocando con Marta. Pero rápidamente se levantó y giró una esquina. Para que no lo viese.

¡Vaya servicio! Si, casi me mete en el hospital de un porrazo. Bueno, me iré.

Mientras tanto en la esquina...
- Uff.... Casi me pilla...
- Hola, joven.
- ¿Eh? Hola señora. ¿Qué desea?
- Verás... Me encuentro aquí... Porque quiero ver a un amigo...
- De acuerdo, ¿Cuál es el nombre del paciente?
- Mark.
- ¿Mark?
- Mark Flores Campechano. Sí.
- ... ¿Cómo has dicho?
- Eso, ¿qué ocurre?
- Nada... Está en la primera planta. En el pasillo principal. N° 209.
- ¡Muchísimas gracias! ¡Que Dios te lo page!

La señora se alejó poco a poco, mientras Pascual, pensativo la observava. Con cautela.

¿Flores Campechano? Son mis... Apellidos... Bueno... Pero ¿por qué los informes no decían nada de esto? Bah. Da igual, será casualidad...

Mientras tanto, en la casa de Ramón y Cintia...
- Cintia... Tengo un mal presentimiento.
- ¿Y eso? ¿A qué te refieres?
- A Mark. Quiero decir, todo lo que ha pasado... Cuando me obligaron a eso, su secuestro... Su estado... No sé, todo me parece que está relacionado...
- ... Sigo, sin creerme lo que me contastes que intentastes...
- Lo siento, de verdad... Yo nunca haría eso... Me amenazaron con matarte mi amor...
- Lo sé. Pero me alegra, que me lo contaras. Quiero decir, por no ocultarme aquello, a pesar de que te jugaras nuestro matrimonio. Pero sigamos...
- Verás... Me parece muy sospechoso. Que Mark, siga en coma... Osea, el es una persona muy fuerte... Y sinceramente y lo que más me asusta, es cuando la casa de Pascual ardió. No se vió su cadaver en ningún momento...
- ¿Qué insinuas?
- Tengo la sospecha de que, Pascual siga vivo...
- ¡No digas tonterías!¿Estás loco?
- Sí... Llevas razón. Es una locura...
- Bueno... Y por si se te hubiera ocurrido, ni se te ocurra decirle nada a Marta.
- Por supuesto. Que no.
- Eso espero. Bastante mal, lo está pasando la pobrecita con todo lo de Mark.
- Sí...
- Una cosa... Cariño... Respecto a vuestra amistad... Lo que él hizo... Fue lo más normal del mundo...
- Lo sé. Casi lo mato...
- Cariño... Pero, cuando regrese. Seguireís siendo amigos. ¿Verdad? Ya oístes a Marta.
- No...
- ...
- Nada será lo mismo...
- ...
- Si antes erámos amigos que se querían como hermanos.
¡AHORA SEREMOS HERMANOS! ¡Siempre ha estado conmigo! Y si realmente me ha perdonado ¡No podría ser más feliz!

Carta de un silencio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora