"...entonces sus miradas se cruzaron. El Cielo se unió con la Tierra y el tiempo se detuvo. Un escalofrío recorrió sus cuerpos e hizo que sus vellos se erizaran. Se miraron fijamente por lo que pudieron haber sido minutos, horas, semanas, meses e incluso años...o probablemente solo un segundo. Pero en ese segundo los dos se dieron cuenta de algo, el Destino sí existe. No importa la distancia o el tiempo que pase, su amor perdurará aún después de mil años.
Se acercaron lentamente y con pasos vacilantes. Era casi irreal. Estaban rodeados por un ambiente mágico. En ningún momento sus miradas se separaron. Llegó un punto en el que sus cuerpos estaban tan cerca que podían sentir la respiración agitada del otro. Sus labios estaban a escasos centímetros. El mundo a su alrededor había desaparecido. Y sin más rodeos...se besaron. Fue un beso desesperado pero cargado de emociones fuertes y cariño.
Está de más decir que las palabras sobraban en ese momento. Porque lo único que necesitaban era la presencia del otro..."
