"... Cielo grismente encapotado, veo que tienes ganas de llorar ahora; que oportuno e inoportuno eres a la vez. ¿A caso sientes lo que yo? Supongo que no, porque si lo hicieras ahora mismo haría una tempestad.
Tantas cosas que he de contarte, pero tan pocas que puedo expresar. Sé que si comienzo a hablar mi voz se entrecortará y no sabré por dónde empezar.
Oh Cielo, ¿podrías arrullarme? Es solo que estoy cansada de vivir en esta melancolía interminable. ¿Te enfadarías si te digo que anhelo su calor? ¿me reprenderías el hecho de que aún le llamo por las noches?
Cielo, tus sonoros estruendos dicen que nada estará bien. La última vez que le vi su sonrisa estaba apagada y su mirada proclamaba una despedida.
Que día tan más oscuro ¿recuerdas? Tu llanto incesante decía a gritos lo apenado que estabas por mí.
Lágrima tras lágrima, sollozo tras sollozo; todo fue tan doloroso.
Cielo, Cielo... ¿Sigues aquí? ¿a caso aún piensas estar a mi lado consolándome? Espero que no te alejes ¿sabes?
Sólo tengo una última petición... Por favor no me recuerdes ese fatídico día; el día en que me abandonó..."
