Dos horas pasaron en total y todavía quedaba una y media.-¿Tienes hambre? - preguntó Cal, lo miré como si estuviese pensando en su pregunta para no parecer tan desesperada, tenía mucha hambre.
-La verdad es que tengo un poco de hambre ¿Alimentarías a tu víctima? - sonreí divertida y me miró mal - Oh vamos si es una broma, ahora enserio, vayamos a un lugar a comer y para que descanses un poco.
-Debe de haber uno de estos bares que están apartados de las ciudades ¿Sabes a cuales me refiero no?
-Sí, esos que están apartados tu mismo lo has dicho - me reí.
La verdad es que este día está resultando algo intenso, no me había imaginado que acabaría encontrándome con el chico de hace unas semanas que estaba con sus amigos riéndose de su propio amigo por pedirme el número. Debo admitir que al principio no me fiaba para nada de él pero me está salvando de estar en una ciudad desconocida, aunque sigo estando en lo desconocido a su lado.
-Mira, justamente hay uno por ahí - hizo una seña con la cabeza, se desvió de la carretera entrando en el aparcamiento.
Tras estacionar el coche en su sitio salimos, la temperatura seguía siendo la misma aunque puede que unos cuantos grados de diferencia.
-¿Entramos? - me preguntó.
-Si quieres nos quedamos aquí observando el local, puede que así el hambre se vaya.
Negó con la cabeza sonriendo con los labios juntos, entramos en aquel bar donde nos pudimos encontrar con muy pocas personas. Tomamos asiento en un rincón al lado de la ventana donde se podía observar a los demás coches pasar a gran velocidad por las carreteras.
-Oye Cal, no llevo ni un duro conmigo así que tu por ahora me los prestas y cuando lleguemos a Melbourne yo te los devuelvo ¿Vale? - estaba un poco avergonzada por esta situación.
-No hace falta que me des nada, bueno sí... Tu número de teléfono - me guiñó un ojo.
-Prefiero pagarte.
-Encima que te estoy llevando de vuelta a Melbourne, soy capaz de dejarte aquí sola - soltó una risa.
-Te lo daré en cuanto estemos en Melbourne.
-De todas formas sé donde trabajas.
Con su sonrisa Colgate tomó la carta que estaba en medio de nuestra mesa, hice lo mismo y busqué entre los menús algo que me hiciese perder el hambre como una buena hamburguesa de pollo.
El camarero apareció limpiando sus manos con un trapo y mientras sacaba su libreta Cal ya estaba a punto de hablar para pedir.
-Un huevo frito con patatas fritas también, junto con queso y jamón serrano. Para beber quisiera una cola porfavor - me miraron los dos y volví a ver la carta.
-Una hamburguesa de pollo con patatas y para beber un vino,el mejor que tengáis.
El camarero se retiró y Cal levantó una ceja.
-¿Vino? ¿No te basta con emborracharte la noche pasada y acabar en otra ciudad?
-No.
-¡Traigan agua en vez de vino camarero! - gritó Cal.
-¡No! ¡Qué yo pido lo que quiero y quiero vino! - lo cogí de la manga de la mano y empecé a sacudirla.
-Lo estoy pagando yo así que no me valen las quejas.
-No me parece justo, te he dicho que te lo iba a pagar - me crucé de brazos y miré por la ventana.
Me parecía injusto encima que tenía pensado en pagarle nada más llegar a casa. Las resacas se curan con alcohol de toda la vida.

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Tu Fin.
Teen Fiction"Puede que no sea un buen comienzo,ni los principios llegan a ser felices ni mucho menos los finales.No me queda mucho tiempo para escribir todo esto porque llegará un momento en el que tendré que dar con la verdad y enfrentarme a ella,desde muy peq...