Capítulo 4.

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Tras lo ocurrido con Calen, escribiré lo que me sucedió una semana después.

Mi padrastro empezó discutirme varias veces tras lo sucedido hace una semana en Miami, ya que le enfadaba el hecho de no saber donde voy o con quien estoy. En sí, al largo de este tiempo no han habido más que peleas porque se pensaba que por prohibirme cosas lo convertía en mi padre y para mi no es así, el hecho de que lo sea de mi hermano no lo hace ser el mío también. Por suerte, debido a este percance no hace falta que me quede más con él estos días a pesar de que mi madre esté de viaje por trabajo, he convencido a mi madre de que me dé esta oportunidad de estar sola para que vea que puedo hacerlo sin meterme en líos.

-¿Me pasas el trapo? - miré a Chloe y le pasé el trapo mientras lavaba unos vasos, después de la semana de reformas que había pasado esta discoteca, la volvieron a abrir y por desgracia volvimos a trabajar los fines de semana.

-Quiero que se acabe ya, no me puedo creer que hasta haciendo el peor tiempo sigan viniendo.

-Ya sabes, con tal de que nos paguen nos tiene que dar igual todo - contestó Chloe, se dirigió hacia las mesas vacías a limpiarlas.

El reloj digital marcaba las tres de la madrugada, todo lleno y apestando a tabaco y sobretodo alcohol.

-Doty... - lo miré y sonreí.

-Hola Cal, cuánto tiempo - dejé de lavar las copas y me sequé las manos, poniendo mi atención en él.

-¿Muy ajetreada? - solté un bufido bastante largo que lo hizo reír comprendiendo mi respuesta de antemano.

-Mucho, desearía estar en mi cama.

-¿Te llevo a casa cuando acabes? - dijo apoyándose en la barra con la mirada puesta en mí.

-¿Vas a esperarte hasta las seis de la mañana? - salí detrás de la barra y me senté en un taburete delante de Cal.

-Quedan tres horas así que me tomaré algo y entraré a ver dónde están mis amigos, y de vez en cuando vendré a verte a ti - lo miré asintiendo sonriente.

-Me parece bien, y yo seguiré trabajando como una pobre esclava - me quité del asiento y me fui acercando de nuevo para entrar a la barra.

-Ánimo, tu puedes - hice un puchero y Cal soltó una risita y se marchó hacia dentro.

Odiaba este sitio y odiaba trabajar en él y más cuando tocaba estar dentro, a parte de quedarte sorda te proporcionaba dolores de cabeza por el resto del día. En ese instante miraba a mi querida jefa Carmen como se iba acercando a mi con su típico vestido ceñido al cuerpo y con una gran sonrisa mientras que yo la miraba sonriendo y rogando que no me hiciese entrar.

-Hola linda ¿como estás Dorothy? - me pasé un mechón tras la oreja y sonreí de nuevo ¡arriba las damas que se las pasan fingiendo todos los días!

-Muy bien Carmen ¿Y tú cómo lo llevas?

-Igual que tu cielo, muchas gracias por preguntar. Mire lo que yo vine a decirle es que tus otros compañeros andan muy mal dentro de la discoteca y necesitan ayuda, le pedí a Chloe pero me dijo que tenía otitis la pobre - miré a Chloe que me lanzó una sonrisa diabólica moviendo de lado en lado la cabeza.

-Ay si la pobre, llevaba toda la tarde con el malestar y sobretodo se le nota de lejos - Carmen se giró para mirarla con compasión y ella automáticamente puso una cara de como si se encontrase mal, la miré muy mal lanzándole insultos mentales que los recibía y me fulminaba con la mirada.

-Que diosito la ayude a recuperarse, Dorothy te va a tocar entrar, sé que no te gusta pero no quiero perder clientes.

Carmen me acarició el hombro y pasó por mi lado acercándose a un grupo de gente que había en una de las mesas de la terraza, me acerqué lentamente a Chloe que estaba en una mesa limpiando.

Tu Fin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora