Tu Fin.

Capítulo 2.

Esta semana por desgracia se pasó como el viento, tan rápido que a penas pude respirar, bueno, quizás por el hecho de que no aproveché bien la semana aunque no se podía sacar mucha diversión, todas eran las mismas y cuanto más pasaban más aburridas eran.

Estos queridos siete días me tocaba estar en casa de mi padrastro porque mi madre volvía a marcharse con sus asuntos de trabajo. Odiaba tener que quedarme en esa casa ¡podría haberme quedado en casa de Chloe! Pero claro, mi madre siempre pensando que haría tonterías cuando no es así.

-Hombre, Doty tiempo sin verte.

-Sólo ha pasado una semana... - cogí mi maleta metiéndome en el ascensor.

-Me alegra volver a tenerte aquí.

-No creas que yo sienta la misma emoción - el ascensor se paró en el piso cuatro y salí sin dejar que me ayudase.

-Tan cariñosa como siempre.

Eric abrió la puerta y pude ver un Deryan tumbado sobre el sofá rodeado de mierda y con mierda me refiero a latas de cerveza, cajas de pizza y todo tipo embalajes.

-Oh... Hola Doty, te he preparado la habitación de invitados - miré a Deryan asintiendo y suspiré caminando con la maletas hacia la habitación.

Cerré con llave y tiré la maleta en la cama, ordené mi ropa y mis cosas personales. Decidí salir con Chloe y sus amigos ya que era Domingo y hoy no trabajaba porque estaban reformando algunas zonas de la terraza. Busqué mi prenda más cómoda y presentable que serían un par de pantalones oscuros,un suéter de lana color blanco, solía hacer fresquito por la noche y sobretodo porque la navidad casi llegaba.

Salí de la habitación tomando las llaves de la casa, Deryan me miró alarmado.

-¿Vas a salir a estas horas? - preguntó cruzándose de brazos, me paré delante suya y lo miré.

-Sí, he quedado con Chloe

- ¿Te llevo? - me preguntó sonriente.

-No hace falta, me apetece ir en moto sola - asintió y me marché de casa.

La débil brisa movía delicadamente mi pelo y chocaba contra mis mejillas haciendo sentir relajada. Todo estaba tan tranquilo y tan hermoso, adoraba salir de noches porque era cuando menos gente había y aquellas horas eran buenas para encontrarte con tu "yo" mismo.

Coloqué el casco en mi cabeza y monté en la moto prendiendo marcha hacia el "Karaoke Bar", Chloe me dijo horas antes que me pasase porque estaría con unos amigos que obviamente no conozco pero con tal de salir de aquella casa, haría lo que fuese.

Al llegar estacioné la moto y observé a mi alrededor, las calles estaban llenas de personas de diferentes estilos que iban entrando y saliendo de bar en bar, eso es lo que me gustaba de Orlando, la gente sabía vivir las noches. Entré en el "Karaoke Bar", la gente fumaba y tomaba copas entre risas disfrutando del momento, otros observaban como cantaba cada persona y algunos incluso bailaban, lo único que podía decir es que eso estaba lleno de vida, la gente de esos sitios te trataban como si de su familia se tratase.

-¡Dorothy! ¡Aquí! - dirigí mi atención al fondo donde se encontraba una Chloe rodeada de chicos y chicas jóvenes, me acerqué sonriente hasta llegar a la mesa.

-¿Ésta es Doty? - preguntó un chico con acento argentino.

-Sí, es mi mejor amiga y es latina - oh no, no me gustaba que la gente supiese de donde vengo, especialmente porque me preguntan si se bailar los típicos bailes y debo decir que soy un pato mareado bailando.

-Sí...aunque no tuve la oportunidad de conocer ese país,mi madre y yo nos marchamos de él cuando yo a penas tenía cinco años.-tomé asiento en el sofá y me quité la chaqueta.