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Es sábado, ya han pasado casi tres semanas, el lunes entra al Instituto Ángeles. Martrio recuerda que antes de irse la secretaria Karla corrió y les dijo que se le olvidaba algo, entonces los llevó a un almacén y les dio un baúl, y le indicó que hay debe de guardar sus cosas.
En lo que ha pasado de la semana, hiso una conversación grupal y les dijo a sus amigos que se iba a cambiar de escuela y no iba a ser tan fácil volver a verlos. También fue con los médicos y el químico fármaco biólogo para todos sus estudios. Sus padres llevaron los resultados a la escuela para entregárselos a Karla. Y el día anterior, viernes todos sus amigos en casa de él, su mamá no dijo nada, como siempre se mostró un poco alejada a ellos, su papá si los saludó a todos y los hiso sentirse cómodos. Fue otro día divertido, se la pasaron en cuarto de juegos.
Y ahora tiene que estar empezando a alistar sus cosas del día siguiente, porque su mamá se lo ha ordenado, pero en vez de eso, está tumbado en su cama, pensando en cómo serán los siguientes cuatro meses. Sin Iris, Ulises, Cristal y Gema. Un año nuevo como un marginado, sin conocer a nadie. Sigue pensando en lo injusto que son sus padres, en lo poco comprensivos que son con él, “no les importa lo que piense, solo me quieren que esté a salvo… que falsedad”. Entonces se pone a pensar en que tal vez sea porque no quieren batallar a otro Alex, pero es imposible que Martrio sea así, ambos son totalmente distintos.
-Martrio, tu hermano quiere hablar contigo –le dice su mamá desde el otro lado de la puerta- está en el teléfono.
-Ahí voy –dice Martrio con voz floja, no lo anima mucho el que va a hablar con su hermano, sale al pasillo y su mamá le da el teléfono- ¿Alex?
-Enano, ¿cómo estás? –así es como le ha dicho desde siempre su hermano.
-Bien y ¿cómo te ha ido haya?
-No estás bien, anda y dime–siempre sabe cuando no se encuentra bien.
-Me cambiaron de escuela, ahora estaré en un internado, mañana me llevan.
-Mmm… que mala onda, nunca me hicieron algo así –eso ya lo sabe Martrio, no ocupa que se lo recuerden- ¿y por qué pasó todo?
Entonces le platica todo lo que sucedió hace tres semanas, su hermano le dice que es lo mejor que debe hacer.
-No creo que sea tan malo –le dice Alex- al fin estarás sin los regaños de mamá y papá.
Ambos ríen, aunque no le gusta alejarse de sus padres, ambos padres regañaban muy feo a Alex, pero a Martrio su mamá es la única que lo regaña y su apenas y lo regaña.
-¿Y cómo has estado sin mis padres? –le pregunta Martrio.
-Todo es excelente, mis notas han subido mucho, y me ofrecieron una beca, creo que con eso pagaré mi renta para ya librarme de mis padres.
Le gusta la idea, aunque a la vez le desagrada. Si su hermano paga su renta, sus padres tendrán un gasto menos y lo dejarán todavía otro año más en el Instituto Ángeles, mientras que si siguen pagando la renta, sus padres no lo dejarán en el Instituto.
-Me parece bien –le miente.
-Ya me voy, enano, tengo cosas que hacer –se despiden y se propone a terminar su baúl.
Guarda mucha ropa, aparte este baúl está un poco extraño y tiene cajones, en algunos guarda ropa y ropa interior, lo acomoda todo a como siempre le han dicho. Pone también otros objetos como memorias USB, algunos collares, pulseras, una cámara fotográfica (aunque últimamente usa mucho la de celular, ya que es de alta definición), cargadores, también las llaves de su casa (“por si acaso” piensa), audífonos, unos lentes de sol y su iPod. Con eso es suficiente, en el primer fin de semana puede agarrar algo más y llevárselo.

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La tierra de los deseos
Fiksi IlmiahMartrio es un joven a punto de pasar al tercer año de secundaria. Solo tiene a unos pocos amigos con los que se lleva muy bien y todos son muy unidos. Su vida ha sido tan normal, pero todo cambia cuando sus padres lo ingresan a otra escuela el "Inst...