Capitulo tres

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Al momento de despertar revise la hora y eran las 9:30 a.m, Ya que estábamos en el centro de Londres, mi padre me llevo por un café por que siempre me había gustado desde niña, a diferencia de mi hermana, Violet no le gustaba más bien lo detestaba, decía que sabía a leche rancia.

Mi hermana no sabia que iba a llegar a Londres a verlos... creo que nunca habría pensado que llegaría ahí con ellos por que ella sabía cómo era nuestra madre. Ella nunca antes me habría dejado alejarme tanto de casa.
Violes había llegado dos horas después de nosotros, y en cuanto ella se sentó en la mesa, el mesero se acercó con un bolígrafo y una tabla de madera. Al momento de ordenar el señor le dijo que si quería café y ella hizo un gesto como de desagrado como siempre. Violet me contó que su mayor sueño desde que había llegado a Londres, era conocer al príncipe de Londres, otra de nuestras diferencias, ella siempre había sido de esas niñas que sueñan con casarse con un príncipe, pero había abandonado esa idea desde antes de mudarse, ahora solo quería conocerlo, esas cosas no me interesaban a mi desde que ella se apartó de mi vida, yo en realidad estaba en Londres por la universidad, a la cual entrábamos en solo un mes.

De camino a casa ella me dijo que tenía que conocer a sus amigos. Pero yo solo quería recuperar el tiempo perdido con ella y con papá. No me negué, tampoco lo hice cuando me pidió que la acompañara a su clase de música en unas horas. Me dijo que todos se emocionarían cuando ella entrará conmigo, y a mí no me emociono la idea.

En lugar de dirigirnos a la casa, cambiamos nuestro rumbo hacia la el Colegio de música Colette. Violet me explicó que gracias al curso de verano la podrían seleccionar para entrar en ese colegio y conseguir ganarse la vida con la música.

En cuanto llegamos a las puertas de entrada, Violet básicamente salto del auto jalándome tras ella. Trate de cerrar la puerta con los dedos y mi padre se fue, dejándome a merced de mi hermana y su necesidad de mostrarme todo lo que conoce.
Como ella había dicho, las personas comenzaron a vernos con atención, como si sintieran que sus ojos fallaban seriamente. Violet me paseo por enfrente de todos y me llevó a donde estaba el maestro sentado en un escritorio en la mitad del salón, justo al frente de una gran pizarra verde que abarcaba casi toda la pared de suelo a techo.
- Señor Calowey, ella es Mikey, mi hermana...
- Ah, ingresara a nuestras clases también...
- Oh no, señor, a mí no se me da la música. - lo interrumpí y me di cuenta de que por un momento sintió que su  cabeza le jugaba una broma pesada.
- Son gemelas ¿cierto? - no espero a que respondiéramos - son idénticas, incluso tienen la misma voz, si tuvieran el cabello del mismo color podrían hacerse pasar la una por la otra.
- Solo quiero observar la clase.
- Claro, puedes sentarte junto a Violet.

Nos sentamos al fondo de la sala y sus amigos la saludaron, pero me vieron extrañados, como si no supieran si saludar, pero antes de que pudiera presentarme el señor Calowey comenzó a hablar.
- Chicos, la familia real ha pedido al colegio que nos presentemos para tocar en la fiesta de antifaces el fin de semana...
El sonido de chicas chillando de alegría lo interrumpió y el al instante trato de calmarlas, pero fue inútil. En cuanto había mencionado a la familia real las chicas ya habían comenzado a alucinar, incluyendo a Violet.
Cuando menos me di cuenta el profesor ya había puesto los pentagramas y antes de que comenzaran a tocar les explico que para tocar a la familia real tenían que ganar un concurso con el resto de los equipos interesados del colegio. Por un momento la ilusión desapareció de los ojos de mi hermana, pero en cuanto tome su mano el brillo regreso a sus ojos.

~

Decidimos que no regresaríamos a la casa a tiempo, que tenía que mostrarme los lugares que ya conocía como la palma de su mano. Me contó que en la escuela la molestaban, que en todas las escuelas siempre la molestaban, que en la escuela siempre había sido la excluida, la rara, la solitaria, que había aprendido a no hacer caso de los insultos, pero que sus calificaciones solo bajaban desde que nos habían separado, así que sus compañeros la molestaban aún más gracias a eso. Me dijo que a la una tenía que ir a la escuela de verano para recuperar las materias y pasar los extraordinarios y graduarse como el resto de los aplicados de su escuela.
- No creo que logre pasarlos.
- Tranquila, yo estoy contigo.

Decidí que iría con ella a la primera clase del verano para darle ánimos. Pero en cuanto entramos por las puertas de su último colegio agacho la cabeza y se encogió cuando los chicos de uniforme de americano la  vieron entrar junto con un séquito de chicas en faldas microscópicas, tome el brazo de mi hermana y le alce la cabeza con la mano libre. En instante en que lo hice las miradas de todos ellos giraron bruscamente hacia mí y una chica junto con dos chicos se acercaron a nosotras y nos bloquearon el paso. En cuanto se pusieron en frente de nosotras Violet bajo la cabeza y supe que ellos eran los que la molestaban.
- Parece que la retrasada decidió venir, al parecer no le bastó con reprobar las clases, ahora quiere reprobarlos de nuevo. - Alce la cabeza y la vi dar un respingo, alce una ceja y acerque a Violet a mi cuerpo.
- Que curioso que le digas eso... - la vista de todos en el pasillo se dirigieron a mi, el parecido en nuestras voces seguro había hecho pensar a todos que la que había hablado había sido ella. - Dime ¿porque estás tú aquí?
- ¿¡Quién te crees que eres para hablarme a mí!?
- ¿¡Y tú quién te crees que eres para hablarle a mi hermana!? - grite de la misma manera en que lo había hecho ella.
- Soy Maggy, yo soy la dueña de estos pasillos.
- Oh, entiendo... - me encogí aparentando tener miedo de ella, pero en cuanto una sonrisa apareció en su cara me estiré y hable con la voz grave - Entonces supongo que quieres quedarte aquí para gobernar más tiempo, ya veo porque reprobaste...
- ¡Tú no puedes hablarme a mí! - su agudo grito permaneció en el pasillo tanto tiempo como el eco se lo permitió.
Sonreí satisfecha, le hable a mi hermana con voz prepotente, justo como la que Maggy había usado para insultar a Violet.
- Violet, recuérdame que aportemos a la fundación de personas con retraso para... Am... - fingí olvidar su nombre y Violet alzó la cabeza viendo a Maggy, más valiente de lo que parecía cuando entramos. - Esta chica. - la señale vagamente con la mano.
Violet me miró casi suplicando que parara y estuve tentada a hacerlo hasta que ella habló.
- Claro, yo te aviso. - la miro con una media sonrisa forzada y prepotente. - Se ve que no ha podido pagar sus tratamientos en un buen tiempo.

Sonreí abiertamente y la rodeamos mientras hacía rabietas detrás de nosotras, el brazo de Violet temblaba aferrado al mío. Le había dado el valor que necesitaba hasta que Maggy gritó hacia nosotras.
- Esto es la guerra, y yo siempre grano.
Entramos en el salón que le correspondía y me senté a un lado de ella.

Esa era MI vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora