— no te vayas, Soon. — el castaño agarró fragilmente la mano del mayor, provocando que las mejillas de este último se sonrojaran ferozmente, y su pequeño corazoncito empezara a latir lo más rápido posible.
— s-sólo iré a mojar una toalla, t-tu fiebre debe bajar. — bajó su rostro tratando de esconder lo rojitas que se encontraban sus mejillas y orejas, además aprovechaba de maldecir su tartamudeo como clara muestra de sus nervios.
— no te demores. — ordenó el menor girando su cuerpo para acomodarse en sus sábanas.
— s-sí. — Soonyoung se dirigió al armario del menor, buscando una toalla, tomó la más pequeña de color rojo con un girasol amarillo, soltando una risa al notar que era misma toalla de cuando tenían ocho años.
Rápidamente salió de habitación dirigiéndose a la cocina del dueño de casa, donde mojó la pequeña toalla y la estrujó en el lavaplatos. Tomó una caja, en donde sabía que guardaban los medicamentos, sin embargo maldició por no saber cuál debería tomar Minghao, así que se decidió por un paracetamol, total, un paracetamol no mataría al castaño.
Subió las escaleras para llegar a la habitación del menor, con las pastillas en su bolsillo, la toalla una mano, y en la otra un vaso con agua.
— llegué. — anunció despacio el colorín empujando suavemente la puerta con su cuerpo.
Soonyoung dejó el vaso en el velador del menor, junto con la toalla. Su mano se acercó a su bolsillo para sacar la pastilla y entregársela a Minghao.
— es paracetamol. — susurró cuando sus manos hicieron contacto con las del contrario al recibir la pequeña pastilla. — ten. — acercó el vaso con agua, vio cómo le temblaba la mano, y pasó lo que tenía que pasara, el vaso cayó mojando la cama, además del pijama del menor.
— ¡l-lo siento! — exclamó Minghao.
— n-no te preocupes. — la sonrisa tan bonita y nerviosa, apareció en los labios de Soon. — tienes que cambiarte el pijama, y ve a dormir en el dormitorio de tu mamá.
— está con llave...— el menor se levantó. — ¿puedes pasarme una polera?
— s-sí. — Soon rápidamente se acercó al armario del castaño, siguiendo las órdenes del menor, sacó una polera negra.
— aquí es...tá. — las mejillas de Soon rápidamente obtuvieron un tono rojito, cuando vio el torso del menor desnudo. "le hace falta unos buenos panes" pensó.
— gracias. — el menor recibió la prenda de vestir, y se la colocó rápidamente. — iré a dormir al sofá de abajo.
— yo llevo las frazadas, tú baja con cuidado. — una pequeña sonrisa apareció en los labios del castaño.
Soon suspiró en cuanto el menor salió de su habitación, su pequeño corazón latía rápido, sus mejillas ardían, y tenía penita. Se preguntaba si Mingaho estaba con Junhui, y no, joder, Soon quería a Minghao, y lo quería para él.
Luego de botar un suspiro nuevamente, tomó algunas frazadas secas, obviamente, y salió de la habitación, bajando las escaleras con cuidado de tropezar.
— a-acuéstate. — ordenó el colorín al ver el cuerpo del contrario sentado en el sillón, que luego siguió las órdenes de Soon.
El mayor comenzó a tapar el delgado cuerpo del menor.
— Soon, no respiro. — susurró el menor.
— perdón, perdón, perdón. — Soonyoung habló rápido, soltando una risita.
cuando el mayor empezó a retirar una de las frazadas sobre el cuerpo del contrario, sintió la penetrante mirada de el castaño sobre él, y el ardor en sus mejillas no se hicieron esperar.
— ¿e-está bien ahí? — Minghao negó con su cabeza, y vio fijamente cómo nerviosamente Soon volvía a acercar sus brazos para retirar una de las miles de frazadas que colocó sobre él, pero fue detenido por la mano del menor, que lo tiró sobre él, dejando al colorín atónito con su pequeño corazón latiendo fuertemente.
— eres muy bonito. — una pequeña risa salió de sus labios, al ver cómo su hyung ocultaba su rostro en su cuello.
— cállate.
— oh, no te conté. — el menor empezó a hacer pequeños cariños en la anaranjada cabellera del contrario.
— Minghao, estás con Junhui, no deberías estar haciendo esto. — la voz de Soon fue débil.
— no me interrumpas, bastardo. — una risita escapó de los labios del menor. — verás, era inútil estar con él, cuando la única persona que me gusta eres tú.
rápidamente el mayor giró la cabeza en dirección a un avergonzado Minghao, que dejó de hacer pequeños mimos en la cabellera de Soonyoung, para rascar su nuca, con sus evidentes orejas rojas.
El mayor sentía como su corazoncito latía más rápido de lo normal, y cómo sus mejillas ardían aún más.
— ¿q-qué? — Minghao soltó una risa al ver el rostro de confusión de Soon.
— que quizá me gustas mucho.
El menor río enternecido al ver cómo el colorín se escondía en su cuello, avergonzado, sin dejar ver su sonrojado rostro.
— también me gustas mucho. — susurró mientras el contrario volvía a acariciar su cabellera.
— entonces, doy por hecho que terminaste con tu novia.
— ¿novia? — levantó su rostro, sin saber de qué hablaba el castaño.
— cuando le dijiste a Seungcheol que tenías novia.
— era mentira. — respondió simple, mientras volvía a su escondite. — pensé que si me seguían molestando contigo, te iba a incomodar.
— ¿eres estúpido? ¿sabes lo mal que me sentí porque mi mejor amigo no me había contado que tenía novia, y oh, me gusta mi mejor amigo? — fingiendo enfado habló, y el contrario sólo se dedicaba a reír en el cuello del menor. — oh, y oye, besas bien. — Soonyoung se sintió avergonzado y no sabía qué decir.
por un momento, ambos se quedaron en silencio, mientras Soon reposaba en el hombro del castaño, y este último se dedicaba a acariciar sus mejillas, sin embargo, el mayor levantó rápidamente su cabeza, y estampó sus labios en los del menor, en un efímero y casto beso, para volver a su escondite.
— ¿no habrá baba como la otra vez? — fingió tristeza, y Soon sólo trataba de calmar su corazoncito en silencio. — ¿eso es un sí? — no recibió respuesta alguna. — lo tomaré como un sí, bebé.
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