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Al día siguiente, volvió y fue directamente donde la mesera que le había pedido ayer que se cambiara de lugar y le preguntó: "¿La conoces?" a lo que ella respondió confundida: "¿A quien?
Él, mirándola directamente, le contestó: "A la chica del cuaderno antiguo que se sienta donde me has corrido ayer"

Ella solo se fue, y él molesto también.

Conversaciones MudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora