Llegaron a la casa, de aspecto moderna y elegante. Al entrar, se quedaron un rato admirando la enorme sala con fotos de los tíos de Josh (la mayoría eran fotos de sus vacaciones en Italia y Miami).
El grupo de amigos se había graduado de la preparatoria la semana anterior, y fueron de vacaciones a casa de los tíos de Josh.
Se dividieron para explorar la casa, excepto Josh, quién se sentó en un sofá, pues conocía la casa como la palma de su mano.
Diana se maravilló con la cocina y la piscina del patio. Roy echó un vistazo al refrigerador y no se movió de ahí. Ruth fue directo a los cuartos y luego a los baños, que tenían duchas hermosas con agua caliente. Sarah fue a la sala de estar y se quedó hipnotizada por la televisión de 60 pulgadas y las consolas de videojuegos de última generación.
-Esto es lo que haremos. Ruth, Sarah y Roy irán al pueblo por alcohol. Diana y yo nos quedaremos a preparar la cena-Dijo Josh.
-Me parece bien-Dijo Roy.
-Espero un menú digno de mí ¿Entienden?- Exclamó Ruth.
-No prometo nada-Dijo Diana.
Los tres se fueron y dejaron solos a Diana y Josh.
-¿Qué se te ocurre?-Preguntó el chico.
-Estaba pensando en una pasta con tomate y albahaca-Dijo Diana.
-Creo que tenemos suficientes ingredientes, pero tendré que cortar albahaca del patio.
Josh salió por la puerta trasera directo al patio, que tenía vista al lago. Tenía un aspecto hermoso con la luna y los árboles reflejándose.
Se acercó a la única planta de albahaca y comenzó a cortar las hojas usando sus uñas para no dañarla. Su tía le había dicho que era una planta muy delicada.
No pudo evitar sentir un escalofrío en la espalda, pues no le gustaba la sensación de estar solo en ese bosque de noche.
Era cómo si un montón de ojos lo vieran entre los árboles, y el sentimiento de soledad se multiplicaba por diez.
Realmente odiaba ese estúpido bosque.
Al volver a la cocina desinfectó las hojas y ayudó a Diana a picar el tomate.
Poco después, Ruth y Roy volvieron con varias cervezas y más papas fritas.
-Estamos bien surtidos- Dijo Sarah.
-La cena está lista hijos míos- Dijo Diana en tono de broma.
Se sentaron en el enorme comedor, abarcando únicamente la mitad. Los amigos de Josh no dejaban de preguntarse para qué necesitaban sus tíos esa mesa tan enorme, si en la casa sólo vivían dos personas.
Cenaron tranquilamente mientras platicaban sobre los planes para el día siguiente. Roy repitió tres veces y por poco se atraganta.
-Cálmate, no es una carrera- Dijo Ruth
-Lo siento, me estaba muriendo de hambre.
Ignorando el hecho de que Roy siempre tenía hambre, él y Ruth lavaron los platos.
-Vamos al patio-Dijo Josh.
Salieron y encendieron una pequeña fogata con los leños secos que tenía almacenados el tío de Josh. Se sentaron alrededor y sacaron las cervezas.
-Dinos Josh ¿Qué hay entre tú y Diana?- Preguntó Sarah.
Josh se atragantó de la sorpresa y Diana casi escupe su trago.
-Siempre hemos tenido curiosidad-Dijo Roy- Ustedes siempre están juntos.
-¡Eso es normal!- Exclamó Josh- Somos buenos amigos.
-Sí... amigos...-Dijo Diana, quien se había puesto muy seria.
Se acabaron las cervezas en un silencio incómodo y acompañado por el enorme y oscuro bosque.
-Aún tengo... Sed- Dijo Ruth.
-Dame un momento- Dijo Josh antes de entrar a la casa y regresar a los cinco minutos con una botella de vino de la selección de su tía.
-¿Vino? ¿No es muy formal?- Preguntó Sarah.
-Es esto o nada- Dijo Josh- Además mi tía no se dará cuenta, tiene muchas botellas de diferentes cosechas.
Se fueron pasando la botella mientras hablaban de los tíos de Josh, y su enorme riqueza.
El chico solo guardó silencio.
-Oigan, tengo una idea- Dijo Diana.
-No será jugar a la botella ¿o sí? Porque no quiero tener que volver a besar a Josh- Dijo Roy.
-No, es un simple juego de niños, pónganse de pie.
Todos obedecieron y se pusieron de pie al rededor del fuego. Diana tomó cinco hojas del suelo y las repartió entre todos.
-Solía jugar a esto con mis primas. Cada uno debe escribir su nombre en su hoja y arrojarlo al fuego. Luego daremos cinco vueltas a la fogata tomados de las manos y yo escribiré en una sexta hoja el nombre "Mary" y la quemaré. Luego nos soltamos de las manos y buscamos entre nuestras sombras alguna que sobre. Osea, una sexta sombra.
-Es uno de esos juegos estúpidos cómo "María sangrienta" ¿Verdad?- Exclamó Ruth.
-Algo así, pero tiene su riesgo. Si no encontramos a la sombra y apagamos la fogata antes de que llegue a ella, el espíritu se liberará y... Bueno, ya veremos que pasa.
-Hagámoslo- Dijo Roy
-Suena divertido- Dijo Sarah.
Y así comenzaron con este simple juego de niños.
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La sexta sombra
ParanormalUn grupo de amigos realizan un juego que, por muy infantil que parezca, pondrá en peligro sus vidas y... (¿Porque no?) su cordura. Los chicos deben sobrevivir y terminar el juego antes de que la "sombra" los encuentre.