Sarah no era tonta. Sabía que si alertaba a Diana y Josh del peligro, la sombra la perseguiría a ella. Estaba quieta, escondida detrás de un árbol, viendo como la extraña figura se deslizaba con movimientos lentos hacia el lugar en el que sus amigos se encontraban.
Los héroes de los juegos y libros que le gustaban se habrían sacrificado en un acto de valentía para salvar a quienes aprecian; pero Sarah no era ninguna heroína. Era una simple chica a la que en ese momento le temblaban las rodillas y le sudaban las manos.
¿Cómo podía estar sucediendo todo eso? Era tan surrealista que podría haber jurado que estaba soñando. Si, eso tenía que ser. Seguramente se había tropezado en el bosque y se había desmayado, y todo esto no era más que un sueño. No había otra explicación, simplemente nada de esto tenía sentido.
Retrocedió unos pasos e hizo crujir unas hojas secas, que en aquel claro silencioso, se hicieron escuchar de manera notoria. La figura se detuvo en seco. A pesar de que no tenía rasgos faciales, a Sarah no le quedaba ninguna duda. La estaba viendo a ella.
Intentó gritar, alertar a sus amigos, pero el nudo en su garganta solo le permitió emitir un chillido ahogado. Hizo un mayor esfuerzo hasta que por fin las palabras salieron expulsadas de su boca.
-¡¡Corran!!
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La sexta sombra
ParanormalUn grupo de amigos realizan un juego que, por muy infantil que parezca, pondrá en peligro sus vidas y... (¿Porque no?) su cordura. Los chicos deben sobrevivir y terminar el juego antes de que la "sombra" los encuentre.