La sexta sombra

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Todos usaron un marcador negro para escribir sus nombres en sus respectivas hojas. Posteriormente las quemaron, siendo Josh el último en quemar la suya.
Al chico no le agradaban ese tipo de juegos, pero no iba a quedar como un cobarde frente a sus amigos.
Dieron cinco vueltas a la hoguera, y Diana escribió el nombre "Mary" en la sexta hoja. La arrojó al fuego y todos se pusieron a buscar a la sombra que sobraba.
Sin embargo por mucho que buscaban solo veían cinco sombras.
-Parece que no funcionó- Dijo Roy.
-Perdimos nuestro tiempo- Se quejó Ruth.
-Bueno, realmente nunca nos funcionó a mis primas y a mí- Dijo Diana.
-¿Quieren irse a dormir?- Preguntó Josh.
La tensión aún no desaparecía, y ninguno de ellos quería dormir aún. Mucho menos luego de ver la expresión de espanto de Sarah.
-Ruth...-Comenzó a susurrar.
Ruth se sintió enojada, como si Sarah intentara jugarle una broma, hasta que notó la misma mirada de espanto en los rostros de los demás. Entonces se volteó y vio el lugar que Sarah señalaba.
Lo que encontró fue una sombra justo a la derecha de la suya, que tenía el brazo derecho extendido.
Ninguno de los chicos tenía ningún brazo extendido.
Ruth miró detrás suyo, y no había nadie.
Todos estaban paralizados y con la piel de gallina. Incluso podían sentir el viento chocando contra sus cabelleras.
La sombra avanzó hasta la fogata y tocó el fuego, el cual se apagó de golpe. Como si alguien le hubiera arrojado una cubeta de agua.
El aire cálido de la noche se heló en cuestión de segundos, y todos sintieron aquel viento helado calándonos hasta los huesos.
-Corran- Dijo Diana con el semblante serio y los ojos desorbitados.
Todos la vieron.
-No... Enserio.... Corran chicos.
La primera en salir despavorida fue Ruth, seguida de Sarah y Roy.
-Muy bien Diana- Dijo Josh- Ya nos asustaste a todos. Basta de bromas, ¿Cómo hiciste eso?
Diana se apresuró a tomar a Josh del brazo y correr con todas sus fuerzas.
-¿ A dónde me llevas?-Preguntó Josh.
-Tú concéntrate en correr, y no mires atrás- Respondió Diana.
Josh seguía convencido de que todo era una broma de Diana, por lo que hizo caso omiso a sus palabras y miró tras suyo para buscar a los demás. Pero no vio a sus amigos. Lo que vio fue una masa negra como la oscuridad misma pasar fugazmente frente a sus ojos.
Verla era como quedarse ciego.
El ente amorfo se deslizaba entre los árboles y el camino. Saltaba entre los rincones más oscuros que la luz de la luna no alcanzaba, los cuales parecían darle impulso.
Josh se quedó impactado y experimentó un escalofrío en la espalda. No podía dejar de mirarla, lo cual hizo que se tropezara con una rama y cayera hacia adelante.
Diana evitó su caída empujándolo hacia atrás.
- ¡Hazme caso! ¡Idiota!- Gritó Diana.
Mientras más corrían más se alejaban de la casa, hasta llegar a un pequeño claro, donde se escondieron tras una gran roca.
Ninguno de los dos sabía que decir. Pasó un rato hasta que Diana rompió el pesado silencio que comenzaba a enloquecer a Josh.
-Nunca había funcionado... Era un pequeño juego para asustarlos y divertirnos. Uno de esos que sirven para espantar a los tontos como Roy.
-Cuando jugaste con tus primas...¿Nunca pasó esto?- Preguntó Josh.
- No. Como te dije, siempre pensamos que era un estúpido juego de niños. Ni en mis más locos sueños pensé que la sombra aparecería.
- Esa sombra... ¿Qué es?- Preguntó Josh.
- Según mi prima, es un espectro llamado Mary, que acude a quienes participan en su juego para...
- ¿Para qué?
- Para cazarlos.
Los dos guardaron silencio nuevamente, aguardando algún sonido en el césped, en los árboles, pero no había sonido, más que el del viento helado sacudiendo las hojas y silbando entre las ramas.

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