Prólogo.

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Mis dedos tiemblan mientras intento respirar un poco, lo que sea que mis pulmones puedan. Han pasado unos dos meses desde que gané los juegos del hambre. Creí que todo acababa con los juegos, pero no. Todo me persigue. Todos mis actos, desde la muerte de Rue hasta la de aquel muchacho que yo maté. Sé que no es mi culpa, que el Capitolio es el culpable. Eso minimiza un poco mi dolor.

Pero no el odio. Aunque odie al presidente Snow, al Capitolio, eso no me impide temerles. Cualquier movimiento, y al parecer mi familia está muerta. He llegado a la conclusión que lo mejor es intentar olvidar. Pero, ¿como? El tour de la Victoria ha hecho regresar mis recuerdos, desde las protestas y las familias (sobre todo de Rue) en los distritos, hasta aquel reloj del Sinsajo del vigilante jefe, Plutchard, todo. Pero en especial aquella mirada de Snow, que me dijo sin ninguna palabra que todo estaba perdido, que no había convencido a nadie. Y ahora Gale planeaba un levantamiento.
Bufé. La suerte no me acompaña, ni me acompañará nunca. Excepto quizás por Prim, y he de reconocerlo, Peeta.

Al final decido levantarme, ya está anocheciendo y preocuparé a mi familia. Voy a paso lento y abro la puerta. La sensación de ahogo desaparece poco a poco.
-Katniss ?-dice mi madre.
-Sí, soy yo-respondo intentando parecer calmada.
-Acaban de mostrar tus vestidos de novia.
Miro a la pantalla y, efectivamente, soy yo con los vestido que me hizo Cinna. Estoy hermosa, pero son demasiado... artificiales.
Una vez acabado, transmiten en directo un plano de la plaza principal del Capitolio, donde Peeta y yo fuimos coronados.
-Debe de ser el anuncio-habla mi madre.
-El anuncio?-no recordaba nada importante para hoy.
-La lectura de la tarjeta. El Quarter Quell-susurra Prim.
Es verdad, mis primeros juegos del hambre como mentora. No estoy preparada en absoluto. Y aún encima, otro horror, un Quarter Quell. ¿ Que sucederá ? El nerviosismo me pega a la pantalla.

Las imagenes pasan rápido hasta que escucho lo que me interesa. Un niño abre una caja de oro, supuestamente sin abrir en 75 años, y Snow coge un sobre y lee:

- En los septuagésimo quintos juegos del hambre, los tributos saldrán del grupo de los vencedores.

Tardo un minuto en absorber las palabras, en asumir su impacto, y soy cobarde. Huyo de casa sin mirar atrás.
Mi vida se ha acabado. Es el final. Solo veo eso.
Corro sin uso de la razón y sin dirección, hasta que unos brazos me atrapan.
Me asombro pero rápidamente reconozco esos brazos.

-Peeta.
-Katniss.

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Esta es mi primer fanfic de los juegos del hambre, y espero que os guste a todos. Y Feliz Navidad, incluso a aquellos que lo leáis después.
(también querría agradecer a la autora de mi portada por su trabajo).

Besos,

loora.

En Cenizas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora