En Cenizas.

Necesidad.

-Peeta
-Katniss
Sus brazos me rodean y siento un poco de roce donde me ha atrapado. Al parecer estaba corriendo como una loca. Me alegro de alguna forma de que me haya parado.
-Katniss... ¿adónde se supone que ibas? ¿A esconderte en un agujero como has hecho todo estos meses?Ahora que volveremos a los juegos, tenemos...
-No-logro decir-no sigas. Si sigue hablando de los juegos volveré a intentar huír de la realidad.
El silencio se hace entre nosotros mientras su agarre se convierte en un simple abrazo.
-Estás helada.-susurra en mi oreja.
-Lo sé.
-Es mejor que vuelvas a casa. Tu familia...
-No. -no puedo volver ahora con mi madre y Prim, y ver sus rostros, puro dolor y pena. Y Gale... Gale organizará un levantamiento si es necesario, y si lo hace morirá.
Peeta me conduce a su casa y cierra por dentro. La casa es muy parecida a la mía, solo que está un poco más habitada.
Poco a poco me voy dando cuenta de dónde estoy y con quién.
-Y tus padres ?
-Trabajan hasta tarde en la panadería desde que gané los juegos, reciben muchos más encargos. Además he discutido con mi madre. Se han ido todos.
Noto un brillo de tristeza en su mirada y lo abrazo. No sé lo que digo ni lo que hago, estoy tan entumecida que solo me dejo guiar por sensaciones.
-Te llevaré arriba, hay una estufa-dice Peeta, pero yo apenas le escucho y me dejo llevar.
Me acuesta en su cama y parece irse, pero lo agarro y lo tumbo a mi lado.
-Quédate conmigo.
-Katniss...Siempre.
Me abraza y yo, sin saber muy bien ni como ni porqué, le beso. Se que está sorprendido, pues aquí no hay camaras, pero no protesta.
Siento una ansiedad, quizás combinada con algo más... ¿deseo? En ese beso hay hambre, y soy incapaz de ignorarla.
-Katniss...-susurra Peeta mi nombre, pero de forma diferente, entrecortada.
-No sé lo que siento por ti-le digo, me sincero- Pero te necesito-confieso. Y es verdad que esta lejanía, solo interrumpida por la falsedad del tour, me ha hecho daño en estos meses.
Peeta me besa, de una forma muy dulce, pero el hambre y el deseo vuelven a mi cuerpo, y no puedo, no quiero detenerlo. Se que Peeta lo intenta, pero también se que mis palabras le han afectado. Y nos quedamos sin ropa, somos todo sensaciones, besos, caricias. Apenas noto la pregunta implicita de Peeta, pero se que no habría podido detenerlo. No siento dolor, solo placer, deseo, y a Peeta. Justo lo que yo quería esta noche. Porque aunque no tenga claro lo que siento, se que le necesito, que ya no puedo vivir sin el chico del pan.

Cuando susurra mi nombre por última vez, me mira a los ojos, y yo me abandono al cansancio en sus brazos, y el ahogo ha desaparecido de mi cuerpo, dando paso a una nueva sensación que late y llena mi pecho.

-----
Espero que el cap os haya gustado. La verdad es que las ideas vienen a mi cabeza y no puedo contenerlas.

Nos leemos,

loora