Entramos en el tren y se hizo el silencio. El ambiente se cargaba cada vez más y el único sonido que escuchábamos era Haymitch bebiendo de su copa de vino, aunque debió recordar que debía mantenerse sobrio y la dejo en la mesa.
El paisaje cambiaba rápidamente y una hora después atravesábamos el Distrito 11. Observe los campos de heno y otros cultivos y las personas elevando el brazo una y otra vez para sacar fruto de ellas. De repente vi a una niña que se había levantado para mirar al tren, y me recordó dolorosamente a Rue. No solo sus rasgos, sino su postura, como si fuera a levantar el vuelo. Me levanté rápidamente con lágrimas en los ojos, pensando en Rue encima de un árbol, sonriendome. Y pensar en Rue me hizo pensar en Prim, y todo empeoró. Sobre todo cuando mi mente me mostró una niña rubia, con los ojos de Peeta a la que yo enseñaba a trepar.
-No-dije para mí misma, intentando serenarme. No quería que nadie , ni siquiera un simple operario del tren me viera así.
Pero detrás de mí apareció Peeta, y sin preguntar nada, me abrazó.
Solloce en su hombro por un rato pero el no dijo nada, entendía lo que sucedía. Ese era su maravilloso don, lo que lo hacía más perfecto aún, su capacidad de ser capaz de entender al ser humano y comunicarse con el. Yo no tenía ese don. Solo con coger unas cuantas ballas había hecho estallar revueltas y ninguna actuación o palabras de amor lo habían solucionado.
-Esta bien Katniss. Se lo que piensas , pero hiciste todo lo posible para salvarla. Ambos sabemos quién tiene la culpa.
-Odio que no podamos hacer nada. Odio que controlen nuestra vida.
Nos quedamos en silencio durante un tiempo cuando por fin el habló.
-Volvemos a la sala ? Debemos hablar con Haymitch y Effie.
-Si, dame un minuto.
Cuando me quede sola , respire hondo y me recrimine a mí misma ser tan débil. Normalmente el dolor por la muerte de Rue o la separación de mi hermana seguían ahí, pero era capaz de contenerlo y guardar las emociones, como siempre había hecho.
Sin embargo, ahora estaba mucho más sensible.
Y todo por el bebé.
Aparte de mi mente la placentera visión de la hija de Peeta y me encamine hacia la sala.
Permanecemos en silencio. Effie hace algún comentario de vez en cuando y solo Peeta le responde con algo tan escueto que no tiene respuesta alguna. Pasa la hora de la comida, luego la cena ... Los segundos pasan enfermizamente y me noto tan deprimida que ni siquiera parapadeo.
Después de la cena, cuando ya anochece, me quedo en el salón del fondo a contemplar como el distrito 9 se aleja detrás de nosotros. Peeta aparece y se sienta a mi lado, pero no rompe el silencio, y extrañamente, no me siento incómoda, si no más segura con el a mí lado.
- Katniss- me llama. - Quería pedirte disculpas por lo de...ya sabes. No quiero atarte a nada. Si tus sentimientos son distintos lo respeto y te daré tu espacio. Creo que podríamos llegar a ser amigos...un buen equipo.
Lo miro a los ojos y me da una media sonrisa. Haymitch tiene razón. Ni en cien vidas llegaré a merecerme a este chico.
- Sabes, me he dado cuenta de que ,a pesar de lo que pasamos en la arena, No sé nada de ti. A parte de que eres...testaruda y buena con el arco.
-Eso es todo básicamente- bufé, divertida.
-Katniss, para que funcione la amistad...tienes que conocer las cosas gordas.
-Las cosas gordas ?
-Tu color favorito.
-Ahi te has pasado-dije divertida.
-No en serio, cuál es ?
Suspiré y miré a los árboles alejarse, tan diferentes de los del bosque de mi distrito. Nunca volvería a ver aquellas montañas.
-El verde. -dije por fin.
Se hizo un silencio un poco melancólico hasta que me di cuenta que yo tampoco sabía el tuyo, y sentía una verdadera curiosidad por saber cuál sería, dado que a él le gustaba tanto pintar.
- Y el tuyo?
- El naranja.
Ese color me sorprendió, me esperaba le azul como el de sus ojos, o el blanco puro como era el, o incluso el negro. Pero no el ... naranja.
-Como el pelo de Effie ?
-No!-rio- Mas bien...como el naranja de una puesta de sol.
Segui su mirada a través del cristal. Estaba anocheciendo en el Distrito 8.Estuve todo la noche dando vueltas. Preguntándome como le iba a decir a Peeta que iba a ser padre. Sin ni siquiera saber que pasaría en la arena, probablemente lo perdería. No me daba miedo morir, pero la imagen de la hija o el hijo de Peeta me perseguía. No era nada como yo, era un bebé rubio de ojos azules que se aferraba a mi mano y me sonreía. Que jugaba en la pradera con Peeta. Que el le enseñaba a hacer pasteles. Que yo le tarareaba la canción del distrito por la noche. Un niño imposible.
Y deseé tener esa vida. Lo desee con toda mi alma. Peeta era bueno, era alguien especial. Me dormí con la imagen de sus pupilas brillantes por el sol y pensé que el naranja era un color perfecto. Cálido. Cómo el.
Y jure que mataría a Snow por arrebatarme esa vida.Al día siguiente bajo con la misión de proponer algo. Algo radical que podría servir para convencer al Capitolio.
-Si nunca nos bajaremos de este tren-dije despacio, calmada. - Podríamos casarnos. Tendrá que pasar alguna vez. Porque no ahora.
Haymitch alzó las cejas y me sonrió
-No dejaría a nadie indiferente.
Peeta solo miraba al suelo, con el ceño fruncido, hasta que dijo.
-Si claro, hágamoslo.
Se levantó y se fue con la cabeza baja.
-Crei que era lo que el queria-dije.
-No así-dijo Haymitch- Él quería que fuera real.
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En Cenizas.
FanfictionTodos los fans de los Juegos del Hambre hemos leído alguna vez sobre Katniss embarazada y en el capitolio. What if ...? Sin embargo esta historia puede llegar a ser diferente, y Katniss vivirá situaciones diferentes. What if... Katniss no está embar...