Empezaron a pasar la semanas y cada vez la depresión se apoderaba de mí, y en cada momento me veían mucho peor, antes me veían como un chiste, luego me volví invisible y por ultimo ahora me ven como un loco, a mi ya no me parecía extraño la verdad desde que llegue aquí siempre tuve ese rechazo y ahora es mas fuerte hasta el punto de que quieran golpearme solo por hablarles, mi vida era dura, en el colegio siempre me iban bien en notas pues en casa me sentía libre y despejado con los audífonos, hacía todo lo que me mandaban de deberes.
Mi madre un día vio algo escrito en uno de mis cuadernos que decía:
"Eres una peste, nadie te quiere en este lugar, porque mejor no te vas!? Alegrarías a todo en el curso, tu estupidez solo nos irrita más lárgate!."
La encontré llorando en mi cuarto con la nota en la mano, yo no sabia que estaba escrito en el papel así que lo tome con suavidad lo leí y la lagrimas salían mientras lo leía, al terminarla de leer mi madre me dijo:
.- Porque jamás me dijiste que te ocurría esto?
Yo solo le respondí con simpleza:
.- No quería que te deprimas por mis problemas, no quería preocuparte.
Mi madre tomo el papel lo arrancó en pedazos luego los voto al basurero después de eso me abrazo y dijo:
.- Jamás des la espalda a tu familia.
Yo asentí con la cabeza y luego me limpie las lagrimas y sacando una sonrisa mi madre se calmó, ya era tarde necesitaba dormir al fin y al cabo al día siguiente era viernes, entonces mi madre se fue, y cerrando la puerta de mi cuarto me eche sin mas a la cama para quedarme dormido en pocos minutos.
Desperté con los ojos tan hinchados que parecía como si me hubiesen dado una paliza, haciendo la misma rutina de siempre me dirigí al colegio, esta vez con una cara de pocos amigos, empezaron las clases y todas las horas pasaron rápido, solo fue hasta antes de salir al receso cuando ocurrió algo extraño los profesores tenían una reunión de motivo urgente, salimos una hora antes de receso así que aquel día tuvimos dos horas de tiempo libre.
Pase solo en el receso y como no estarlo si así era toda la vida, nada podía cambiar mi estado de humor, me sentía totalmente derribado me quede sentado debajo de un árbol para relajarme escuchando música en mi celular y con un poco de paciencia lograba animarme, al final la música jamás me abandonaba, paso el tiempo y termino el receso.
Ya no me sentía nada mal, solo con tener mis auriculares disponibles era suficiente para aguantar el pesado día de clase, ya una vez sentado en mi escritorio escuche a un grupo de chicos del curso que querían hacer una fiesta para festejar el cumpleaños de David y permanecí atento a toda la conversación que tenían y mencionaron mi nombre, ellos estaban detrás de mi así que no volteé para no levantar sospecha alguna, en ese momento una chica del grupo se acerco a mí y me pregunto si tenia planes para el fin de semana obviamente le dije que no ya que aunque suene triste era cierto.Me invito y como si no fuese nada del otro mundo acepte pero por dentro tenía el ánimo a mas del cien por ciento.
Pensé: "Acaso es que ahora podrán aceptarme entre ellos como uno de los suyos?"
Como aquel día era martes, los demás restantes pasaron y como si nada ya era viernes, la fiesta era el sábado en la noche a las 8:00 pm.
Estaba tan entusiasmado que desde el viernes estuve probando atuendos para salidas obviamente no tan formales pero si con algo de elegancia estaba nervioso no sabia como seria mi primer evento social con personas de mi edad, me lave los dientes 4 veces antes de dormir y estaba con los calcetines puestos simplemente estaba preparando con 15 horas de anticipación y dormí como si mañana fuese el día último día de mi soledad.
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Cambiado de una vida a otra
Teen FictionUna historia que demostrara que la vida puede cambiarte en tan solo un instante. En este texto conocerás la mente masculina atrapada y dominada por su deseo consecuente.