Capitulo 9

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«Las noches fueron hechas para decir cosas; que por las mañanas no podemos.»

Tener resaca entre semana, no era lo más inteligente que le puede pasar a alguien, el dolor agudo en la cabeza y las evidentes horas faltantes de sueño siempre hacen sentir a cualquiera la peor mierda. Nick no era la excepción y la alarma de su móvil no ayudaba a apaciguar el dolor.

Dejando escapar un gruñido, bastante cómico, pues sonaba a todo menos amenazador, intento volver a hundir su rostro entre las almohadas y reposar un momento, no recordaba gran parte de la noche y al parecer no tenía intención de hacerlo, pero el sonido de la regadera rompía el silencio, intentado salir de su bruma somnolienta, siguió escuchando ruidos del baño, al parecer Derian ya había vuelto, abriendo sus ojos se dio cuenta que no estaba en su habitación y solo tenía su ropa interior puesta, y en segundos hizo un recuento de su noche...

Los ojos de Nick se encontraron con los del hombre que bebía en la barra, al parecer lo había estado observando durante un tiempo, y ahora que el desconocido había obtenido su atención, tomo el último trago de su vaso y relamiendo sus labios para quitar los residuos de su bebida, a paso seguro camino al encuentro de Nick, en ningún momento apartaron la mirada.

Sin pronunciar palabras se acercó a Nick y al ritmo de la música empezaron a bailar, sus cuerpos se acoplaron al instante y entre risas y manos traviesas, terminaron besando en medio del gentío. El castaño realmente sintió la chispa sexual que ambos emanaban y con la excitación al borde, salieron del lugar juntos.

—Mi departamento no está muy lejos de aquí. — Ambos entraron al auto. — Solo que está prácticamente vacío, tengo solo unos días de haberme mudado a esta ciudad.

— ¿Por qué dejar New york por Londres? ¿Te gusta más Londres?— El castaño estaba seguro que él hubiera preferido New York si se lo preguntaban.

Soltando una pequeña risa, el hombre siguió conduciendo.

—Es por mi trabajo, mi jefe así lo quiso, soy...— lo pensó un momento— alguien de su plena confianza, siempre es ¿Gael revisa esto? ¿Gael confirma la junta? Gael, Gael, Gael. — Volvió a sonreír, no estaba borracho, simplemente así era y Nick se dio cuenta le agrado y por eso decidió irse con él. — No lo malentiendas me agrada mi trabajo y mi jefe es un buen tipo, pero el tener su confianza implica muchas mudanza y ahora veme a aquí el Londres. — Detuvo el auto en una luz roja. — En compañía de un bonito joven. — Le dio un rápido beso.

Las mejillas de Nick se sonrojaron levemente por las palabras del hombre, lo miro de perfil mientras manejaba, el cabello medianamente largo, lacio recogido en una coleta hecha despreocupadamente, la sombra de una barba, labios gruesos y unos ojos marrones oscuros. Era atractivo y muy simpático.

Cuando el auto se detuvo frente a un edificio elegante, el castaño despego la vista de Gael y avergonzó por casi babear por el hombre. Ambos hombres entraron al edificio y el elevador se dedicaron a devorarse los labios, el castaño seguía en sus cinco sentidos, había bebido pero no lo suficiente para no ser consciente de lo que estaba a punto de hacer.

Entrando al departamento, Nick miro cajas en el salón principal y unos sofás a medio poner, tal Gael necesitaría ayuda con todo eso.

—Te advertí del desorden. — Unas manos cálidas se instalaron en sus caderas y la barba del peli-largo producía una agradable fricción en su cuello. — La cama será más cómoda que el sillón. — susurro cerca de su oído metiendo sus manos por la camisa holgada del menor.

A tropiezos caminaron por un pequeño pasillo y entraron a una habitación amplia la pared que daba vista a la ciudad era prácticamente un ventanal enorme con cortinas dejando entrar las luces artificiales de la noche, una gran cama en el centro, sin prestar atención a los demás, ambos se dejaron caer en la cama.

Gael se quitó su camisa, aventándola sin importar el destino, desasiéndose de la camisa de su acompañante en un santiamén después de la suya. Sus pechos se unieron trasmitiendo un calor grato para ambos, el castaño tentó el cinturón del mayor y empezó a quitarlo, realmente quería pasar una buena noche con Gael, su cuerpo lo pedía él lo quería, ya no había nada que lo hiciera retractarse, era el momento...

O tal vez no.

Nick se sobresaltó cuando algo suave rozo su costado seguido de un maullido, dirigiendo su vista al causante, se encontró con un lindo gato blanco, esponjoso y pequeño que lo miraba con curiosidad.

El gatito volvió a maullar acercándose otra vez.

—Ahora no lulú, fuera de aquí, inoportuna. — La voz de Gael era todo menos autoritario, provocando que el minino se acercara para que la acariciaran.

Nick sonrió por la divertida escena, Gael la toma en brazos y la bajo de la cama hablando con la pequeña gatita, que solo se restregaba en el pecho desnudo de su dueño. Sacándola de la habitación regreso a la cama, volviendo a besar al castaño, pero afuera de la puerta se escuchaba a lulú maullar insistente por un poco de atención.

—Creo que tiene hambre. — murmuro Nick cerca de los labios del peli-largo que ya tenía suelto su cabello gracias al menor. — Si no es eso posiblemente esta celosa.

—La tengo muy consentida, duerme conmigo y dudo que hoy sea la diferencia. — soltó un suspiro dramático. — ¿Al parecer la excitación murió no?— su tono de voz era paciente y divertido.

Asintiendo con la cabeza, Nick se levantó y abrió la puerta cargando a la gatita que exigía atención, era agradable la esponjosita que estaba, Gael observo a su invitado con su mascota en brazos y sonrió con dulzura, el castaño era lindo, una extraña combinación de inocencia y tal vez un toque de lujuria lo envolvía, haciéndolo malditamente tentador.

— ¿Quieres algo de beber? Tengo cerveza, — se levantó de su cama y se acercó al menor.

—Creo que lo mejor es que me marche, tal vez otro día nos volvemos a ver. — Buscaba con la mirada su camisa. — claro si tú quieres.

El mayor le sonrió y negó con la cabeza, acercando su mano roza la mejilla de Nick, no tenía que ser muy inteligente para darse cuenta que Nick no estaba acostumbrado a esa clase de encuentros, y Gael estaba seguro que el niño frente a él era todo una joya, desde que lo miro bailando en aquel lugar sintió esa "chispa" de conexión; sería un imbécil si lo dejara ir.

—Quédate, es muy tarde. — le beso la frente. — me gustaría platicar ya que esta pequeña me hecho a perder la oportunidad contigo. — paso su mano por la orejita de lulú. — Porque no nos conocemos mejor, claro en el buen sentido.

Y así fue su gran noche, no puedo negarse, su casa estaba sola y esa noche Gael quería compartir con él su cama, ¿Quién era para negarse? Compartieron tragos, platicaron de muchas cosas, descubrieron tanto en común y durmieron los tres en la misma cama, claro lulú no los dejo solos ni por un momento, reclamando atención cada cierto tiempo.

Y cuando despertó totalmente miro a Gael salir del baño a medio vestir y una lulú plácidamente dormida sobre la almohada de Gael.

Y el malestar de su resaca disminuyo, gracias a la agradable sensación hogareña que le brindaba el lugar y la gran sonrisa del mayor dirigida solamente a él.



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Feliz navidad gente!!!  

tarde lo se pero estuve ocupada... en fin espero que empiezan las apuestas, gael sera nuestro nuevo integrante en esta historia hara pasar malos ratos a muchos...

gracias por los votos y comentarios me motivan para  dar algo de calidad...



Déjame ir (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora