Capitulo 4

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«Con el olor de su perfume, también puedo quererlo como tú.»

Selena Gomez- perfect.

Silencio.

Un incómodo silencio y el aire se sintió pesado.

Entrar a las salas de edición para dejar las fotos recién tomadas nunca fue una tarea difícil, le gustaba hacerlo porque tenía tiempo para conversar con Matt, pero cuando entro sin tocar la puerta se arrepintió tan pronto como sus ojos se posaron en ambas figuras frente a él. Los había interrumpido, Matt y Demian se estaban besando y aunque ellos se separaron rápidamente al escuchar el ruido de la puerta al abrirse, él pudo verlos y los labios del rubio ligeramente hinchados y brillosos por la humedad los delataba haciéndole saber que fue una sesión de besos larga.

Mentiría si negara que aquella escena fue como un golpe fuerte en su estómago que lo dejo sin aire.

Un mes, un maldito mes había pasado de todo aquel asunto de la infidelidad, las disculpas y demás. Todos al parecer ya habían retomado su vida como si nada de aquel drama entre amigos jamás hubiera pasado y el trataba, de verdad que lo hacía; pero seguía sintiendo ese maldito dolor en el pecho y la falta de aire que se hacía presente en sus pulmones, cada que los miraba juntos, y el trabajar todos en la misma empresa solo lo hacía más difícil.

—Lo si-ento, yo no era mi intención, pensé que estarías solo. — se dirigió al rubio y le entrego una carpeta. Se sentía mal, se sentía avergonzado y poco valorado, y el que todos sus compañeros del trabajo lo miraran con lastima y otros tantos con burla no ayudaba a su autoestima, que Demian se paseara por todo el edificio de la mano de su nuevo novio solo provocaba que todos murmuren sobre él, porque claro, él estúpido en todo eso solo fue Nick, nadie hablaría mal del jefe, guapo y con dinero.— Debi llamar a la puerta, no volverá a suceder.—Deseaba salir corriendo, pero solo lograría verse más patético, algo que no quería obviamente.

Y cuando realmente sintió que no tenía opción y el salir huyendo era lo mejor, entro Derian, su salvación, lo cierto era que después de todo lo ocurrido, no era capaz de estar más de 5 minutos en la misma habitación en compañía de la pareja y ni hablar de cruzar más de 3 oraciones con Demian.

La única persona que estaba al pendiente de Nick era su amigo y ahora compañero de casa, Derian prácticamente le obligado a quedarse a vivir con el compartiendo gastos, pero no dejo que se mudara solo, el mayor sabía que el castaño estaba mal emocionalmente; y si no hallaba la forma de recuperar a su pequeño amigo juraba que cometería asesinato contra el maldito de Demian.

—Te estaba buscando, prometiste comer conmigo. — Nick asintió suavemente y se acercó al oji-miel frente a él, besaría Derian por haberlo sacado de aquella mala situación, solo el sabia lo mal que seguía por todo eso. — Te llevare a ese lugar que tanto te gusta de comida china ¿sí?— El mayor lo tomo de la mano y lo acerco a su lado, no sin antes darse cuenta que Demian lo miraba de forma seria, casi amenazante, importándole poco lo tomo por la cintura guiándolo a la puerta.

—Yo también quiero comida china, ¿puedes traerme un poco?— pregunto tímidamente el rubio con ojos emocionados, podía resultar en ocasiones muy infantil, pero era su personalidad. Y aunque Derian no tuviera un profundo odio por Matt también había decidido alejarse de él, su culpa o no el rubio ya no sería su amigo simplemente alguien con cual tenía que trabajar.

—Claro, le diré a alguien que te la entregue cuando regresemos. — Le sonrió forzosamente, y dándole una última mirada de reproche a su jefe, se llevó a Nick.

—Te veo luego Matt. — Se despidió rápidamente el castaño, antes que la puerta se cerrara.

Soltando un respiro agotador el rubio giro sobre sus talones mirando a su novio.

—Creo que me odia. — musito con expresión triste.

—Nick es incapaz de odiar a alguien, duda que sepa que es ese sentimiento. — Le respondió el peli-negro que hasta ese momento se había quedado callado, sumergido en sus pensamientos, tratando de calmar su molestia al ver a Derian poner las manos sobre Nick de aquella forma, apenas tenía unos días en que supo que ambos amigos compartían departamento, y no le había gustado la noticia, él había asumido que el menor estaría viviendo solo, ya que después de dos semanas Nick se había presentado en su casa para llevarse sus pertenencias y entregarle las copias de las llaves, dejándole todo lo que él alguna vez le obsequio.

—No hablo de Nick, si no Derian, realmente me entristece saber que ya no ve de la misma forma por hacer sufrir a su amigo, pero...— Demian no dejo que siguiera hablando, las palabras murieron en medio de un beso flojo.

—Basta, no te atormentes por eso, con el tiempo lo entenderá, aunque tienes que darte cuenta que las cosas entre los cuatro ya no serán las mismas, pero todos estamos haciendo un esfuerzo por sobrellevarlas. — lo volvió a besar esta vez mas demandante.— Te espero para ir a casa juntos, prometiste quedarte a pasar la noche.— Le sonrió ampliamente.

—Sí, lo sé. — Soltó una risita tonta de enamorado. Recibiendo un casto beso del parte del mayor como despedida lo vio marcharse ser vice-presidente de una empresa publicista era mucho trabajo.

Demian entro a su oficina, un amplio lugar con vista preciosa a la ciudad amplios ventanales y su escritorio amplio situado en el centro, en la parte derecha un sillón grande de piel color negro con mesita de centro del mismo color, en resumen elegante y tranquilo para trabajar.

Decidido a revisar unas propuestas de campañas, empezó a revolver los documentos y haciendo anotaciones, pero le era difícil concentrase, suspirando arrojo todo sin cuidado sobre el escritorio, se recargo sobre la silla y cerró los ojos. Últimamente se sentía cansado, estresado y frustrado. Dejando su mente en blanco, no tardó mucho en que los recuerdos lo inundaran.

Su mirada se perdió en esa esquina donde se encontraba el sillón.

«Tantas veces lo hice mío, su piel, su aroma.»

Como buenos amantes que eran y lo fogoso y pasional que era Demian, más de una vez había tomado sobre aquel sillón, el escritorio, sobre la silla en cual estaba sentado.

Suspiro.

Tan solo eran recuerdos, nada más, el mismo había acabado con todo eso, pero era tan reciente; que con aquella pobre escusa disculpaba sus celos al ver a Nick junto a Derian, siempre tuvo celos, pues el mismo aceptaba ser un hombre posesivo y celoso, pero salía de su zona de confort con Derian revoloteando cerca del castaño.

« ¿Y si ahora están juntos?»

Presionando su cabeza con ambas manos, como reflejo de frustración se levantó y se sirvió un poco de whisky, tenía que despejar su mente.

—Ahora mi futuro es Matt, nadie más. — se habló en voz alta para el mismo, talvez así se convencería más pronto.

Abriendo un pequeño cajón de su escritorio, tomo un marco de una pequeña foto y la contemplo por largos minutos y sonrió verdaderamente como no lo así hace días. Era una foto hermosa, era Nick sosteniendo un enorme peluche blanco, Demian se lo había obsequiado en su tercer aniversario, eso y una caliente noche en una linda cabaña donde pasaron unos días en pareja.

«Ni siquiera a Ben se quiso llevar.»

Ben, era el nombre del enorme oso que tanto amaba Nick, en ocasiones el castaño era lindamente infantil.

Lo dejaría ir, pues él lo había querido así, lo olvidaría, como Nick lo estaba haciendo, era lo menos que podía hacer.

«Pero todo a su tiempo.»

Y tomando el último trago de su bebida alcohólica, volvió a guardar la fotografía en el cajón.


Déjame ir (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora