|• Mi Jefe 2 •|

Capítulo 1.

"Justin, de verdad crees que tu padre vaya a aprobar todo esto? Siempre le había oído hablando de lo guapa y rica que sería tu mujer, yo soy una simple empleada" dije suspirando.

"Tendrá que aguantarse, eres la mujer que he elegido para mí y no pienso dejarte ir solo por mi padre" dijo seguro de sí mismo.

"Harías eso?"

"Claro que sí, te lo he dicho miles de veces, ahora lo más importante eres tú, llevo mucho tiempo esperando por esto"

"Te quiero" sonriéndole.

"Te quiero también señorita García"

Solté una risita y volqué mi cabeza para mirar por la ventanilla. Me sentía tan bien aquí, a tantísimos metros de altura, entre las nubes, es como si todo problema desapareciera, aunque la triste realidad es que al llegar habrían fuertes discusiones con Jeremy Bieber.

"Mi madre estaría orgullosa de mí" dijo con un atismo de tristeza.

"Ella realmente lo estaría" puse mi mano en la suya.

"Espero que mi padre la recuerde cuando hable con él, que recuerde sus palabras diciéndole que me dejara ser feliz y que se guíe por el amor y nunca por la avaricia"

"Tu padre es una gran persona Justin, pero eres su hijo, claro que quiere lo mejor para tí"

"Entonces le haré entender que lo mejor para mí eres tú, por que eres lo que quiero y amo y solo contigo seré feliz"

"Lo comprenderá" dije posando mi cabeza en su hombro y bostezando. "Estoy segura" murmuré antes de cerrar los ojos y caer en un profundo sueño.
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"Estoy tan nerviosa" dije mordiendo mis labios.

"Sí, yo también, pase lo que pase, no olvides que te elijo a tí ante todo"

"Te quiero"

Se acercó a mí y me dió un beso en los labios.

El coche paró y miré por la ventanilla, habíamos llegado. Suspiré echa un manojo de nervios, saqué mi teléfono de mi bolso para ver la hora, 8.55 am, quedaban cinco minutos para la cita con Jeremy.

Salimos del coche y entramos al edificio. Pasamos los torniquetes de seguridad rápidamente, gracias a que mi acompañante era Justin y los guardias no se atrevieron a molestarme como normalmente lo hacen.

Mi diosa interior agitaba sus pompones en victoria mientras yo les regalaba una mirada triunfadora. Llegamos a los ascensores y entramos en uno que estaba abierto, el dedo de Justin pulsó el número más alto de aquellos botones y las puertas se cerraron.

"Mierda" le oí susurrar.

"Claustrofobia señor Bieber?" pregunté riendo.

"Oh por dios, entretenme, necesito olvidarme donde estoy"

"Está bien, aunque solo quedan siete plantas, pero la cena estuvo realmente bien, eres un gran chef"

"Lo hiciste casi todo tú" me miró con cara de 'enserio?'.

"Bueno, estaba delicioso"

Oímos un timbre y las puertas se abrieron, toda esta sala era blanca, pulcra, las secretarias todas uniformadas con vestimenta blanca y todas con un gran cuerpo y cara bonita.

Vaya, ya sé por qué no conseguí el puesto aquí.

Me dirigí junto a Justin al despacho de Jeremy Bieber. Alisé la falda de mi vestido azul de tubo hasta las rodillas y escote en V.

Vamos ______ tú puedes, tú puedes.
Me decía a mi misma.

Llegamos a la puerta de aquel despacho que ponía "Jeremy Bieber". Justin tocó dos veces la puerta, oímos un 'pase' y entramos.

Estaba sin respiración.

"Hijo, llegas puntual, perfecto" sonrió su padre.

"Papá, tenemos que hablar" dijo Justin serio.