|• Mi Jefe 2 •|

Capítulo 3.

Al terminar el día de trabajo estaba cansada tanto física como emocionalmente. Soy muy feliz, no puedo evitarlo, pero aún ronda por mi cabeza la idea de que Justin tenga fuertes discusiones con su padre solo por mí. Apagué la pantalla del ordenador de mi mesa y abrí el último cajón, saqué la bolsa con la caja de zapatos y cambié mis tacones por unas sandalias planas.

Cogí mi maletín, la bolsa y mi teléfono y me levanté; otro día terminado. Salí del pasillo para llamar al ascensor, entonces vi al impecable señor Jeremy Bieber de pie, con la mirada seria y fija en ese pasillo, de donde yo salía. Tragué saliva pero armé de valor y seguí adelante sosteniéndole la mirada, hoy no me dejaré cohibir por usted, señor.

Mi subconsciente se encogía cada vez más y más ante aquella mirada de hielo, la muy perra debería estar platándole cara junto a mí: interiormente rodé los ojos, esta nerviosa y asustada, lo admito.

"Que bueno verte, ______, tengo que hablar contigo"

"Claro, ¿qué desea?"

"Que te alejes de mi hijo"

Mi boca se abrió por sorpresa, siempre tan directo. Hoy no, Jeremy.
"No puedo, no quiero y no lo haré"

"Sé a por lo que vas, te daré el mayor puesto en el hotel que tú quieras en el país que tú quieras... o si lo que buscas es dinero, te daré lo que quieras"

"No me interesa ni sus hoteles, ni su dinero, amo a su hijo más de lo que cualquier niña rica de las que usted tanto presume lo amará nunca, eso tenga por seguro, y también que ni muerta me alejaré de él; aunque convierta mi vida en un infierno, señor"

"_____, no hagas las cosas aún más dificiles, sólo acepta"

"Nunca"

"Entonces tendremos problemas, no lo permitiré"

"No le tengo miedo"

Estábamos en una batalla de miradas fulminantes cuando oímos el pitido del ascensor, las puertas se abrieron mostrando a mi salvador. Justin salió del ascensor con una mirada preocupada al ver a su padre a menos de un metro de mí.

"Pasa algo?"

"No hijo, sólo conocía a tu nueva novia, aunque no sea de mi agrado"

Oh señor Jeremy, no sabía que fuera usted tan falso.

"Sí, hacíamos justo eso, también hablabamos sobre un cambio de planes en mi ubicación en la cadena de hoteles, pero me niego rotundamente a alejarme de ti" sonreí victoriosa.

"Le has ofrecido a _____ otro puesto?"

Y antes de que el señor Gruñón conteste lo hice yo. "Sí, tu padre fue tan amable al ofrecerme ser directora general de el hotel que yo quiera en un país que yo elija, pero creo que Jeremy sabe perfectamente que no lo aceptaré e incluso está de acuerdo con nuestro noviazgo, ¿no es así?" Le sonreí dulcemente al enemigo.

"Sí, solo quería lo mejor para tu novia hijo, pero no quiere despegarse de tí" dijo nervioso.

"Me alegro por ello" habló Justin un tanto divertido. "Nos vamos, _____?"

"Sí, estoy tan cansada"

Me abrazó por los hombros y cogió mi maletín y mi bolsa, me dió un beso en la sien y llamó al ascensor mientras yo le dirigía una mirada de poder a Jeremy. Estaba saltando por dentro, por nada del mundo me alejaré de Justin y menos ahora que he plantado cara a Jeremy.

Está más que claro que no quiere una fuerte discusión con Justin, creo que ni si quiera es por la felicidad de su propio hijo, si no por que al morir la madre de Justin le heredó su cincuenta porciento de las acciones de la empresa, y al no tener ningún otro tipo de socios las acciones están repartidas entre Jeremy y Justin. Lo hace sólo por que necesita la otra mitad de las acciones de su parte, sólo quiere quedar bien con Justin para tener a su hijo apoyándole en cualquier cosa.

¿Acaso importa el por qué? Que Jeremy Bieber sea un padre sin corazón es muy su problema, no me interesa el por qué de su repentino cambio con Justin, con que no intente separarnos me basta; aunque estoy segura que se le caerá el teatrito que tiene montado, las sonrisas falsas no son para siempre.

Salí del ascensor con Justin guiándome, estaba tan sumida en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que estábamos pasando los torniquetes de seguridad e íbamos hacia el coche.

El Range Rover negro nos esperaba fuera, subimos y se puso en marcha por las calles.

"¿Dónde vamos?"

"Al apartamento, cariño, no me gustaría dormir solo hoy, además necesito decirte algo allí"

"Está bien" le sonreí.

Nos cogimos de la mano mientras apoyaba mi cabeza en su pecho, habia sido un día agotador. Fue un gran alivio despojarme de toda mi ropa y meterme en un pijama de camiseta de tirantes y pantalones cortos. Mis ojos se cerraban del sueño, pero aún rondaba por mi cabeza las palabras de Justin, él dijo que necesitaba decirme algo.

"Cariño?" Llamé desde la habitación.

"Sí?" Respondió desde el baño.

"Debías decirme algo, ¿recuerdas?"

"Oh, si, ven aquí porfavor"

Me levanté del borde de la cama y caminé hasta el baño, me apoyé en el marco de la puerta observándole, estaba tan sexy, sólo en boxers.
Abrió unos cuantos cajones y me di cuenta de que el lavamanos de la izquierda estaba totalmente vacío igual que los cajones.

"Tu propio espacio personal" me sonrió.

Salió del baño y yo fui detrás de él, entró al vestidor y éste también tenia una mitad vacía, salió de ahí y abrió el gran armario empotrado con puertas correderas de madera blanca y otra de cristal, también había espacios vacíos.

"Qué quieres decirme con esto, Justin?" Su sonrisa no desaparecía.

"Quiero que te mudes a vivir conmigo, puedo hacerte más espacio si lo necesitas"

Él quería que me vaya a vivir con él, wow.

"¿Más espacio? Mis cosas apenas llenarían el espacio sólamente de este armario, no necesito más"

"Oh claro que necesitarás espacio, para todo lo que te compre"

"Puedo comprarme mis propias cosas señor mandón"

"Lo harás?"

"Claro que lo haré" corrí a sus brazos con una sonrisa en la cara.

"Mañana mismo te mudas aquí, no puedo esperar ni un día más"

"Vale, vamos a la cama" entonces el sueño volvió a mí y bostecé.

Mi hombre me cogió en brazos y me llevó a la cama, oh sí, esto era tan cómodo, me sentía en otro mundo, cerré mis ojos y todo era paz y tranquilidad, sentí como las luces fueron apagadas y cómo el colchón se hundía a mi lado y sus fuertes brazos me rodeaban, me acomodé en él y porfin me dormí.

"Te quiero" escuché su susurro antes de caer profundamente dormida.