✶【𝕾𝖔𝖔𝖓𝖙 𝖃𝖊𝖓𝖙】✶
No podían haber sido más oportunos.Soont dio un último trago a su bebida, y se detuvo para observar de cerca a los dos aprendices. Debido a la potente descarga eléctrica que habían recibido hacía tan solo unos instantes, todavía permanecían inconscientes. En aquellas condiciones; maniatados, con los ojos vendados, amordazados, indefensos y sin sus sables de luz, proyectaban una imagen sumamente ridícula. En especial, se deleitó con el rostro desfallecido de Anakin Skywalker, aquel joven tan engreído que nuevamente había resultado víctima de una electrovara.
—Guarda las espadas y asegúrate de qué queden a buen recaudo, Kezz. — sus ojos rojos brillaron con diversión —. Quien sabe, quizá la idea que tuvieron aquellos insensatos de venderlas en el mercado negro, no fuera tan desacertada.
Kezz, quien se había encargado de neutralizar a los dos jóvenes espías, se limitó a asentir. Avisó a uno de los compañeros que hacían guardia en el exterior, y le entregó las armas.
Soont Xent lo sabía bien, cuanto más lejos estuvieran de los Jedi, mayor precaución.
El oligarca se dirigió al pequeño mueble bar, dispuesto a servirse una segunda copa. Mientras sostenía el vaso en su mano, se percató de que próximo a sus pies quedaban los restos una de sus preciadas licoreras (posiblemente, habrían caído tras el forcejeo con los Padawans). Recogió los retazos puntiagudos, con cuidado de no hacerse ningún daño y los depositó junto al resto de su preciada colección. Cuando volviese a la capital se aseguraría de reutilizar los desperfectos, le tenía gran estima a los mismos.
En el momento en que su lengua captó el amargo sabor del alcohol , hizo frente a la situación que se cernía sobre él. Pese a la calma que transmitían sus comentarios y acciones, era innegable que aquel cambio de planes había logrado alterarlo. No demasiado, pero sí lo suficiente como para replantearse su estrategia. Y es que los Jedi habían resultado un verdadero incordio desde su llegada, pues gracias a ellos había perdido parte de la influencia que ejercía sobre la reina. Tuvo que vigilarlos de cerca, saber cómo funcionaban, y aunque no se había visto lo más mínimamente afectado por las ambiciones y los fracasos de aquel par de miserables a los que había contratado, tampoco le había resultado satisfactorio instaurar en aquellos Jedi la más mínima sospecha.
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𝗧𝗘𝗠𝗣𝗧𝗔𝗧𝗜𝗢𝗡 ━ Obi Wan Kenobi
RandomTEMPTATION | ❝ 𝐋𝐚𝐬 𝐞𝐦𝐨𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐧 𝐭𝐫𝐚𝐢𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐫𝐭𝐞, 𝐚𝐥𝐞𝐣𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐞𝐪𝐮𝐢𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨. 𝐏𝐞𝐫𝐨 𝐭𝐞 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐧 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫 𝐯𝐢𝐯𝐨 𝐲 𝐞𝐬𝐨 𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐦𝐚𝐬𝐢𝐚𝐝𝐨 𝐭𝐞𝐧𝐭𝐚𝐝𝐨𝐫 ❞ 𝐃𝐇𝐀𝐑𝐀 𝐊𝐀𝐃𝐄 𝐒𝐈�...