2. Nada dura para siempre

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Alice fue la primera en despertar; ella lo es a menudo, Grant era lo contrario, una estampida podría pasar por la habitación y él estaría durmiendo como si nada hubiera sucedido

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Alice fue la primera en despertar; ella lo es a menudo, Grant era lo contrario, una estampida podría pasar por la habitación y él estaría durmiendo como si nada hubiera sucedido. No podía culparlo, las grabaciones terminaron a las siete de esa misma mañana y eran las tres de la tarde, eran afortunados por conseguir algo más que cinco horas de sueño. Alice atesoraría estos momentos, donde disfrutaba de los pocos rayos de sol que entraban por la ventana, el silencio sólo roto por los suaves ronquidos que escapaban de los labios de Grant, con sus piernas enredadas entre las suyas y uno de sus brazos envuelto fuertemente alrededor de su torso, justo debajo de su pecho, y su aliento haciéndole cosquillas en la espalda.

Casi podía pretender que era para siempre.

Excepto que nada duraba para siempre, al menos eso es lo que la actriz se decía a sí misma en momentos como este. Recordaba vívidamente cuando le dijo al hombre a su lado que tenían que mantener su relación en secreto, nadie tenía que saber lo que hicieron. Grant se había quedado congelado, el dolor y la confusión era evidente en sus ojos cuando él susurro: »Te mereces algo mejor que eso«.  Alice trató de no pensar en lo dispuesto que Grant estuvo para mantener su relación –o lo que fuera que ellos tenían– en secreto.

Tenían suerte de que sus rostros no estuvieran en cada revista de chismes, pues precisamente no podrían llamárseles discretos. Grant pasaba más tiempo en la habitación de la castaña que en la suya, de no ser por la discreción de miembros del staff ya estarían perdidos. Aunque Alice notaba la mirada de desaprobación de la manager de Grant, Monique. La mujer siempre le dirigía una enigmática mirada, como queriendo comunicarle algo que no se atrevía a decir en voz alta. Tal vez debería hacer que Diana, su agente, hablara con Monique.

El rugido de su estómago la sacó de su ensimismamiento y se movió para levantar el brazo de Grant para comenzar su día, pero él la apretó con más fuerza y ​​la atrajo aún más hacia su cuerpo. Está bien, tacha lo anterior, solo puedes despertar a Grant cuando tratas de salir de su agarre. 

—Duérmete —farfullo arrastrando las palabras, Alice no estaba segura de si seguía dormido o no.

—Señor Gustin, son las 3 de la tarde, mi estómago está pidiendo a gritos comida.

—Mmnh, puedo hacer que tu boca clame por otra cosa —murmuró, un poco más despierto, provocando que la castaña se mordiera el labio inferior cuando planto un beso en la parte posterior de su cuello.

—Eres incorregible —bromeó Alice, golpeándole en el brazo para cubrir lo mucho que estaba disfrutando—. Además, hacer el amor con alguien medio despierto no figura exactamente en lo alto de mi lista de cosas por hacer este año.

Podía sentir su sonrisa contra su piel, a él siempre le gustaba cuando decía 'hacer el amor' y no 'tener relaciones sexuales' o 'coger' o algún otro sinónimo que había para el acto, porque era un romántico empedernido.

Alice se estremeció cuando las sábanas fueron lanzadas de la cama y vio a Grant acomodarse entre sus piernas, apoyando sus manos a cada lado de la cabeza.

—Bueno, ahora estoy completamente despierto —Él sonrió peligrosamente, lentamente bajando la cabeza entre sus piernas—. Voy a asegurarme de que olvides la comida, señorita Parker.



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—Tú vivirás en este mundo, mientras que yo estoy destinado a morir —Grant dio un paso hacia Alice, con las manos inquietas mientras luchaba consigo mismo para no ponerlas alrededor de la mujer frente a él tirando de su chaqueta, finalmente apretó sus manos y se mordió el interior de la mejilla—. Debes tener tu propia vida a partir de este momento.

Ella sacudió la cabeza, sus ojos brillando a causa de las lágrimas que contenía con fuerza. —¡No es por eso que quiero hacerlo! No voy a vivir con miedo al inminente fin que ambos sabemos que tendremos. —Ella tragó saliva, y trató de luchar contra la frialdad que se arrastraba entre sus venas y se extendía por todo su cuerpo. Era inquietante la forma en que su actuación, sus líneas podrían aplicarse a su situación, con sólo un ligero cambio en su contexto.

Grant debe de haber pensado lo mismo, pues se estremeció ligeramente, y se preguntó si la suplica en sus ojos estaba dirigida realmente a ella y no a su personaje. —¿Por qué insistes en darnos recuerdos dolorosos?

—¿Por qué tienen que ser dolorosos? —Sus ojos se devoraban entre sí, verde contra verde. En algún lugar en el fondo de su mente Alice sabía que tenía que decir otra línea, pero se agotó su tiempo y el director la interrumpió.

—Corte —Grito en el momento justo en que un sollozo escapó de sus labios.

—Lo siento, yo sólo, necesito un minuto...

Alice corrió fuera de cámara, y el director levantó las manos con asombro y junto a los demás miembros del staff intercambio miradas de preocupación.

El aire frío que la golpeó mientras corría era refrescante, sin embargo, se detuvo antes de llegar más lejos de la producción. Incluso después de dos meses Alice todavía no conocía por completo andar por la ciudad en la que han estado filmando, por lo que se quedó cerca pero fuera de la vista, agachándose en un callejón vacío. Ella levantó un brazo para apoyarse contra la pared de adoquines llena de baches, enterrando su rostro entre sus manos mientras trataba de regular su respiración. Odiaba ser débil, especialmente en público, y siempre se controlaba lo mejor que podía. Pero esta situación la sobrepasaba, incluso ella no pudo evitar las lágrimas silenciosas que actualmente rodaban por sus mejillas.

Muy pronto, Alice escucho pasos que se acercaban a su dirección, y no necesitaba mirar para saber que era Grant –siempre sería él–, por lo que no se sobresaltó cuando unas cálidas manos se colocaron en sus hombros, deslizándose por ellos para descansar en sus antebrazos antes de ser jalada con suavidad hacia él en un fuerte abrazo, Grant suspiro al sentirla y le dio un beso en su cabello. Alice rio, porque no quería ser esa chica, esa típica chica de Hollywood con el corazón roto por algo que sabía que sólo podía ser una aventura, pero deseando que fuera mucho más. Ella se había jurado a sí misma no ser esa chica. Nunca.

Dulce ironía, ¿verdad?

—¿Me prometerías algo? —Solicito la actriz, alejándose de su abrazo para enfrentarlo.

Sintió como su compañero se tensó por un momento, y lo vio levantar las manos para limpiar las lágrimas de su rostro antes de finalmente responderle. —Lo que sea.

—Dime que me recordarás. Con suerte no como esta Alice llorona y siendo un lío delante de ti, pero me conformare con lo que pueda conseguir —Logró decir la morena con una pequeña risa tensa.

El actor sonrió, y sacudió la cabeza con asombro ante su petición y sin dejar de acunar su rostro entre sus manos susurro: —Alice, eres inolvidable. Estarás siempre conmigo, tu versión buena y la mala también. Y actúas como si nunca nos fuéramos a ver otra vez. Quiero decir, no importa lo que pase, al menos, eres mi mejor amiga, ¿verdad?

La sonrisa que se extendió por la cara de Alice provoco que le temblaran las piernas. —Sí. Después de todo, no te he aguantado todos estos meses en vano sin ganarme ese título —Ella levantó una mano en un puño, y sin perder el ritmo Grant golpeo su puño contra el de ella.

Sé sonrieron y comenzaron a abrirse paso de regreso a la zona en la que estaban filmando, Alice levanto la mirada hacia él. —Ya sabes, debemos inventarnos un mejor saludo que solo chocar los puños. Podríamos chocar caderas, sin acrobacias, soy malísima.

Su risa resonó en los edificios a su alrededor.

Just Pretend ━ Grant Gustin ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora