Capitulo 3

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Capítulo 3

A la mañana siguiente despierto en mi habitación o desastre, como lo llamaba mamá. Sonrío al recordarla y me levanto para hacer el típico ritual de la ducha y luego vestirme para más tarde partir a un tortuoso día de universidad.

-Hola, buenos días.- saludo a mis amigas Aracely y Emma con una gran sonrisa.

-Buenos días principessa ¿por qué sonríes tanto esta mañana? Me pregunta Emm con el ceño ligeramente fruncido.

-Bueno, pues ayer alguien me dijo que se está más bella cuando se sonríe, así que estoy probando. Pero es un tanto agotador.- le digo de manera que mi cara luzca exhausta, ellas ríen y luego Aracely agrega

-¿Estás segura de que solo se trata de eso?

-Por supuesto, oh, también es porque, con papá cenaremos pizza, es su restaurante favorito, ya saben, noche padre e hija.- digo con una gran sonrisa.

-Me lo imaginaba.- dice Emma y luego me mira con sus cálidos ojos de mejor amiga, más bien hermana.

Ellas saben que el tipo de relación que papá y yo tenemos, es algo especial.

-¿Y Amber? Pregunto

-Aquí estoy bebé.- dice Amber abriendo la puerta.

-¿Escuchabas tras la puerta? Le dice Ara riendo.

-Claro que no. Sólo alcancé a oír que mi preciosa chica inglesa preguntaba por mí.

-Gracias por lo de hermosa, hola perezosa, llegas temprano hoy.- le digo dandole un abrazo.

-Lo sé, no había mucho tráfico, lo que es genial, ayer me dormí, el despertador no hizo su trabajo.

-Claro.- le decimos todas como si le creyéramos.

El día avanza con normalidad, por lo que a las cinco de la tarde estoy esperando a mi padre sentada en el sofá, él llega luego de veinte minutos y nos vamos a cenar.

-¿Que tal te fue hoy en la universidad? Me pregunta papá mientras esperamos a que llegue el camarero, el cual ambos ya conocemos.

-Estuvo bien, ya sabes igual que todos los días.- le respondo sonriendo ligeramente, en eso llega Luke, con una libreta y un lápiz en las manos.

-Buenas tardes señor Mitchell, Chloe.- nos saluda con una ligera inclinación de cabeza.

-Buenas tardes Luke.- saluda mi padre de manera cortés.

-Hola Luke, ¿qué tal estás? Le pregunto, somos buenos amigos. Él se sonroja un poco. Lo que me sorprende de manera, Luke es un chico muy guapo y simpático y llevamos muchos años charlando. Él me responde luego de un momento.

-Estoy muy bien, gracias. Tú ¿cómo estás?.- lo noto un poco nervioso, así que al responder no lo miro a los ojos.

-Muy bien, gracias.- el guarda silencio y espera hasta que papá se aclara la garganta y pide dos pizzas de tamaño familiar con doble queso, dos gaseosas, y dos helados, uno de fresa y otro de chocolate. Luke asiente mientras anota en su libreta y luego se retira con un bajito

-Está bien, vuelvo en seguida con su orden.- mientras el se aleja, mi padre me mira y me dice

-¿Que ocurrió?

-¿De qué hablas? Le digo como si realmente no entendiera a lo que se refiere

-Ya sabes, con Luke.

-Pues no lo sé, estuvo raro ¿verdad?

-Él se sonrojó ¿lo notaste? Le gustas Chloe.- me dice papá con cara de adolescente

-¡Claro que no papá! ¡Por dios!

-¡Chloe, por favor! ¿Ya lo viste?

-Papá, ¡No! Cállate ya viene.- le digo en susurros para que Luke no nos oiga.

Luego de eso, comemos entre bromas y risas, la cena transcurre bien, hasta que es momento de volver a casa. Nos despedimos de Luke y salimos del restaurante.

Al llegar a casa, papá me invita a ver televisión, así que nos sentamos en el sofá de la sala un rato, a papá le gana el sueño, por lo que lo despierto y le pido que vaya a descansar de una vez. Luego de despedirnos, me voy a mi habitación y me acuesto en mi cama, mirando al techo y me acuerdo del chico que vi ayer tarde en la cafetería. Cierro los ojos y en un momento todo lo que veo es negro a excepción de unos ojos café, que me miran como si quisieran saber todo lo que escondo y doy a conocer.
A la mañana siguiente, me despierto como todos los días, a las siete a.m y me dirijo al baño a cubrir necesidades básicas, luego de cepillar mis dientes, tomo una ducha, salgo y me encamino a mi habitación nuevamente con el propósito de vestirme y cepillar un poco mi cabello, cuando ya estoy lista, tomo mi bolso y me voy a la universidad. Al menos ya es jueves.

Punto de vista de Thomas:

Como todos los días me levanto a las siete y treinta para ir a la maldita universidad, si no fuera por mis amigos juro por todo lo jodido de éste planeta que me habría ido a la mierda a penas en la cuarta semana de clases, pero, como esos idiotas me hacen reír, no lo he hecho.
Ayer en la cafetería he visto a una chica, baja, para nada atractiva, se veía sencilla, sus ojos de color marrón, cabello largo y castaño cobrizo, como dije, sencilla. Por supuesto mis amigos no me vieron observándola o de lo contrario me habrían lanzado mierda a cerca de acechar chicas en la cafetería. Aunque ésta no tenía nada especial, hasta ahora. Hubo un momento en el que voltee la cabeza hacia uno de los animales de mis amigos que hablaba de cómo se había follado a una chica la noche anterior, entonces por el rabillo del ojo pude ver como la niña de hace un rato, sonreía, la miré atentamente ahora y ahí estaba lo especial, su sonrisa era la más jovial, sincera y bonita de todas las que haya visto en la vida. Aunque claro, ella seguía siendo fea y sencilla.

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