Capitulo 9

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Capítulo 9:

Luego de unas cuantas bromas y de tomar nuestros jugos, decidimos salir a la calle a caminar por los alrededores. Jamás había estado en esta parte de la ciudad, supongo que debería de venir más seguido, es bastante agradable y tranquilo. Al salir del pequeño bar, Thomas camina hacia la derecha, lo que nos lleva a una calle con bastante más público y muchos restaurantes a cada lado de la calle, el me habla de sus clases de psicología y la verdad es que cada vez estoy más sorprendida a cerca de lo que quiero realmente hacer, escucharlo hablar de esto creo que me ha hecho pensar en lo mucho que odio la psicología, yo no hablo sólo lo escucho, él se para un instante y me mira fijamente sin que yo me percate siquiera de que se ha quedado atrás en el camino, me doy la vuelta y me quedo mirando hacia donde él está de pie a solo unos cuantos pasos de mi, y le digo.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué te has quedado atrás?
Él solo me mira por unos cuantos segundos y me responde.

-Creo que he estado hablando solo, por unos cuantos minutos. - me reclama riendo.

-Aunque no lo creas, he estado escuchando todo lo que dices.

-Pareces un poco ida, ¿estás bien? - me dice serio ahora.

-No estoy segura, creo que me has dado mucho que pensar. -le digo de manera sincera.

-¿A cerca de qué?

-Sobre la universidad. -Él abre sus ojos de manera que me mira demasiado atentamente y me incomoda.

-¿Por qué me miras así? -le digo apresuradamente.

-¿Quieres dejar la universidad?

-¿Qué? ¡No! Claro que no. Pero si podría considerar el cambiar de especialidad.

-¿Tienes alguna idea de cuál sería esa nueva especialidad? -pregunta Thomas curioso.

-Veré las opciones. -Lo hablaré con papá estoy segura de que me apoyará igual que siempre. Es el mejor padre del mundo.

-Pues debes informarme sobre eso.

-¿Por qué haría eso? Apenas te conozco. -digo levantando mis cejas.

-Pues, estamos aquí porque estamos en proceso de conocernos y a demás, creo tener algo que ver con eso. ¿Cierto? -me dice con una mueca que quiere parecer sonrisa.

-Tal vez, es solo que, escucharte hablar de lo que estudias con esa pasión, pues me hace pensar en que yo no siento que estoy haciendo bien en estudiar lo mismo. Creo que la psicología no es lo mío.

-¿Y qué crees que es lo tuyo? -me mira e interroga curioso.

-Los libros. -le digo muy segura.

-Eso sonó muy bien. Pues tal vez deberías de estudiar literatura. -dice como si nada.

-Tal vez tengas razón. -le respondo de la misma manera, despreocupada. Me sonríe y retomamos el camino de vuelta a la motocicleta estacionada fuera del restaurante. -Creo que es momento de volver a casa. -le digo en tono bajito.

-Eso creo, te llevo a casa. Sube.

-En realidad, estaba pensando en volver a casa en autobús.

-¿Qué? Claro que no, yo te he traído aquí, yo te llevo a casa.

-No lo sé, yo puedo tomar el autobús no hay problema.

-Que no, yo te llevo, sube. -me mira y yo no me muevo. -¿Es que aún te sientes incomoda conmigo? ¿O el problema es solo con la moto?

-Creo que es la moto. -le digo siendo en un cien por ciento honesta.

-Pero, si ya te dije y te probé de que no supero el limite de velocidad. Anda sube a la moto, creí que habías disfrutado hace rato. Ya sabes siendo "libre". -hace comillas con sus dedos y me doy cuenta de que son unos muy lindos dedos.

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