Soledad, desesperanza, oscuridad, dolor. Sentimiento que inundaban mi mente. Intente moverme de donde sea que estaba tirada, un dolor punzante recorrió mis extremidades - piernas y brazos - Definitivo eso no funcionaria. Trate de abrir los ojos pero un mareo y un terrible dolor de cabeza me asaltaron. Eso tampoco funciono.... ¿Donde mierda estoy? Ooo..... Espere el dolor punzante detrás de mi oreja, cosa que sorprendentemente nunca paso. Que raro. Escuche pasos y voces acercarse a mi, el sonido de una puerta - pesada y de madera - al abrirse inundo mis oídos. <<Dios que chirrido tan horrible>>
El piso se movió. Parecía un temblor, leve pero devastador. Escuche cosas caerse y romperse, el sonido de cristales estallando. Un gruñido sonoro, profundo y aterrador. Sentí el bello de mi cuerpo erizarse completamente a causa de... si por que no admitirlo miedo. Mucho miedo.
Es estruendo se detuvo y un chasquido resonó en la habitación.
- Abre los ojos querida - la vos de melodiosa de una mujer. Abrí mis ojos lentamente, con temor de sentir nuevamente el dolor en mi cabeza. Ante mi una habitaron amplia de paredes de piedra, grandes ventanales, sin vidrios, solo el agujero de las ventanas. Un dosel blanco sobre la cama en la estaba echa un ovillo me permitía ver dos figuras femeninas, ambas muy diferentes pero a la vez tan parecidas. <<Dios... estoy completamente zafada>>
La cama bajo mi cuerpo, comenzó a temblar y ese gruñido aterrador de nuevo retumbo en mis oídos.
- ¿Podrías hacerme un favor pequeña? - susurro de nuevo la voz de aquella mujer, dirigí mi mirada hacia ella, Era alta, de piel color canela, labios carnosos de un rojo carmesí, sus ojos grandes y profundos, del mismo color de sus labios, una cabellera negra larga hasta la cintura, una serpiente enrollada a su torso y una corona dorada posada sobre su cabeza le daban un aspecto terrorífico y un aire de superioridad. Asentí sin poder hablar. - Deja de decir eso, EL se enoja, estos pequeños temblores no son nada....
- ¿EL? ¿Qui...Quien? - pregunte con voz temblorosa y temor a la respuesta.
- El señor de los infiernos querida...- << ¿El se... que? Dios estoy loca>> El suelo se movió y el piso de la habitación se resquebrajo.
- Deja de hacer eso nena - su tono calmado provoco en mi un miedo aun mayor al anterior.
- ¿Hacer que? no... No se de que habla - tartamudee.
- Nombrarlo, eso lo enfada mucho - eso último lo dijo casi en un susurro.
- ¿De nombrarlo? a...a ¿Quien? - estoy segura que mi rostro mostraba confusión, confusión y miedo mucho miedo.
- A el, tu sabes, es señor todo poderosos yo soy lo máximo.
- No... No entiendo - Mierda... de nuevo me tembló la voz. Ella sonrío con satisfacción, la duda asalto de nuevo mi mente. << ¿Donde estoy?>> deseo pásatela
- Estas en mi hogar, el hogar de los renegados, en el lugar al que nadie quiere ir pero todos quieren disfrutar, estas en el infierno - <<cokoo cokoo... de remate>>
<<No estas loca Miranda, lo que Lilith te ha dicho es cierto, estas en el infierno>> - esa voz, la voz de "mi amigo"
<< ¿Que mierda hice?>>
<<Tu lenguaje Mindy, no has hecho nada... tu solo espera a que la ayude llegue>>
<<Ayuda, ayuda, ayuda, esta bien... ¿Que hago ahora?>>
<<Compórtate, no hagas nada arriesgado, trata de hacer lo que te pidan>>
- Querida, ¿estás bien? - aquella voz.