Capítulo 11

46 6 0
                                    

--Conduce rápido Noha, ¿no querrás que la dueña de la boutique llegue tarde?.
--No dramatices Amelia, estámos yendo un a hora antes.
--Lo sé, pero todo puede pasar. A propósito, ¿qué canciones cantarás?.
--Sorpresa.
--¡Oye!, ¡sábes que odio las sorpresas!.
--Y tu deberías saber que eso a mí me tiene sin cuidado.
--Mamá y papá me conocerán si no vienen.
--Debería darte lo mismo.
--No puedo creer que sean las únicas personas de las que te acuerdes si no los ves nunca.
--Es raro para mí también, pero debe haber alguna razón.
--Supongo, bien llegamos. ¡Mira!, hay muchos paparazzies allí. Creo que me va a dar un maldito SAN.
--¡¿Qué?!, ¿"SAN"?.
--Sí, ¡UN SUPER ATAQUE DE NERVIOS!.
--Cálmate quiéres, todo saldrá bien.
--Ok, autocontrol.

Me bajo antes que Amelia para abrirle la puerta del copiloto, y antes de entrar nos piden una foto. Accedemos y entramos.

A los pocos minutos llegan hombres con todo lo necesario para que pueda tocar en la inauguración de mi muy querida hermana.

--¡Noha mamá y papá están aquí!, ¡ven!.

Vamos hasta ellos, y ni bien nos ven corren a abrazarnos.

--Oh amor, lamentamos no haberte venido a ver al hospital, tu padre estaba cerrando un negocio muy importante en Dallas.
--No hay cuidado má.
--Mi vida, ¿no es un placer ver juntos a los frutos de nuestro amor?.
--Claro que sí querida.
--Oh vamos má, no me avergüences más, pasa y sirvete algo, yo debo seguir recibiendo a los invitados.--dice Amelia, a lo que mi madre solo asiente y se van con papá hasta la barra.

Vuelvo a lo mio, pruebo los instrumentos y el micrófono. Los músicos llegan enseguida y comienzan a ayudarme.
Una vez terminado todo bajo un rato de la pequeña plataforma, que hace de escenario y voy hasta la barra por un Gin.

--¡Eh amigo!, ¿qué onda?.--dice paul dandome una palmada en la espalda.
--Hola Paul, ¿todo bien?.
--Sí, vine a ver a mi futura esposa en su inauguración.

Dejo de lado la copa y lo miro fijamente sorprendido.

--¿Tú y Amelia salen?.
--No, era una broma, pero haré lo posible para se haga realidad.--dice con un tono coqueto.
--Eso en tus sueños, y no lo digo por mí...tu sábes, ella es muy selectiva en ese aspecto.
--Claaaaro, por eso el idiota de Jeremy la dejó.
--Pués por lo menos se acercaba a su ideal.
--Hieres mis sentimientos hermano.--dice llevando una mano a su pecho.

Ladeo la cabeza y tomo mi copa.

--Ohhhh.
--¿Qué sucede?.
--Mira.--dice señalándome la entrada.

Volteo y veo a la tal Rachael con las manos entrelazadas a un tipo alto y castaño, a lo Douglas Booth. Ella lleva un vestico acampanado color champagne y unos zapatos de tacón negro, sin obiar su coleta alta perfecta. Está pasable.

--¡Rachael!.--grita Amelia y ésta parece incomodarse.
--Y bien, ¿no irás a saludarla?.
--No sé quién es.
--No te hagas Noha, Amelia dijo que te encontró hablando con ella.
--Pués sí, esa desubicada me abrazó al verme.
--¡¿QUÉ, QUÉ?!.
--Lo que oyes, dice llamarse Rachel.

Paul me mira pícaro y me guiña un ojo.

--Ni lo pienses, ella no es mi tipo. A propósito hay un par de preguntas que quiero hacerte.
--Tenemos toda la noche, escúpelas.
--Bueno yo...
--Noha, ya puedes empezar.--dice Amelia interrupiéndo nuestra charla.

Le hago una señal con el pulgar, me disculpo de Paul y subo al escenario quedandome a un costado para que hable el locutor.

--Damas y caballeros, sean ustedes muy bienvenidos a la inauguración de la boutique Avant-garde, donde la marca Stevenson de la nueva diseñadora Amelia Stevenson es la protagonista.

NOHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora