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 Número desconocido: Me gustan tus ojos en la foto de perfil.

Chloe: ¿Quién eres?

Número desconocido: Querida Chloe, mantendré mi anonimato.


El usuario ha sido bloqueado con éxito.


Chloe lanzó su móvil a la cama. Esta semana fue demasiado dura para ella como para estar pendiente a bromas de niños pequeños. Aun así antes de bloquear ese número se fijó muy bien en la foto de perfil. Un chico con un abrigo The North Face mostraba una radiante sonrisa ante una paisaje muy invernal. Era bastante guapo, pero no le sonaba para nada. Podría ser cualquier pervertido con la foto de un famoso para intentar persuadir a pobres niñas. O alguien como venganza habría puesto su número de teléfono en cualquier app de citas. De cualquier manera no iba a darle más vueltas al asunto. No iba a cometer el mismo error de confiar en un hombre. Suficiente había tenido ya estos últimos meses como para estar pendiente a eso.

Cogió ropa limpia y se propuso quitarse cualquier tipo de preocupación de la cabeza con agua caliente y masajeando su cabeza con champú. La noche se avecinaba larga y aburrida. Pensó en llamar a alguna amiga de clases para salir y despejarse, pero no es que le emocionara la idea. Al final optó por una película bastante mala de Netflix que no tenía apenas argumento. Pero como no podría ser de otra manera, el argumento era el amor.

Ella tenía el pelo negro teñido por los hombros. Aseguraba que haciendo eso en su pelo solo estaba cerrando ciclos. Su tez blanca era la combinación perfecta para sus labios rosados y voluminosos y sus ojos marrones tan claros que al sol eran casi verdes. O eso aseguraba ella a todo el mundo. Y aunque para ella todos los cuerpos eran válidos, su prima aseguraba que tenía el mejor cuerpo que había visto y que la envidiaba. Y es que a Chloe le encantaba el deporte, lo usaba como vía de escape de la realidad. Quizás no tanto como la música y los libros.

Pero a pesar de todo eso, el amor se le venía grande. Pero eso es una historia para otro momento, porque después de la última semana llorando porque sentía que su mundo cada día se posicionaba más patas arriba, ella ya no quiere pensar en unos de los motivos que la destrozó más emocionalmente.

Tenía muchos planes de futuro y todos incluía salir lo antes posible de su humilde morada. Recorrer el mundo era todo lo que ella quiso desde pequeña. Empezando por todo Estados Unidos, siguiendo por Europa y terminando donde sea. Pero cada día lo veía más lejos. Ya no sentía la misma fuerza de voluntad y cada día su mente se apoderaba más de la situación.

Cuando los créditos aparecieron en la pantalla, la chica de pelo negro apagó la televisión y sin probar un solo bocado de comida desde esa mañana, se fue a dormir.

Aunque antes desbloqueó su móvil y al misterioso chico de pelo castaño y sonrisa radiante.

Y en un sitio muy lejos de ella, ese mismo chico sonrió ante su móvil.

Anónimo (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora