Era una tarde de verano cuando salí de mi casa para reunirme con mis amigas. Justo al salir, vi a un chico rubio, de ojos grises, de estatura media, parado frente a mi casa. Parecía triste Por eso Me acerqué a ver lo que le pasaba, al llegar a su lado, observe que se encontraba llorando y le pregunté:Yamile: —¿Qué te pasa?
Chico: —Nada. Sin embargo , Por lo menos dime tu nombre, me llamo Nash.
Yamile: —Yo me llamo Yamile.
Ahora que me doy cuenta, ese chico era muy guapo. Luego, Me despedí de él y me fui con mis amigas: Rubí, Monse y Juli, mi mejor amiga de la infancia. Hacía mucho calor, típico de verano, y esperaba que la tarde con ellas fuera divertida. No obstante , no podía dejar de pensar en Nash. Ese chico extraño, sentado solo y llorando, me había dejado intrigada. ¿Qué le habrá pasado? ¿Por qué estaba ahí, sin decirme nada?
Intenté dejar de pensar en ello, pero algo me decía que no debía irme. Por un lado , Me daba pena dejarlo ahí solo, pero al mismo tiempo sabía que mis amigas me estaban esperando. Entonces , Me senté en la puerta de mi casa, observando si alguien venía a buscarlo. Pasaron los minutos, pero nadie aparecía. De hecho , La situación me parecía cada vez más extraña. No sabía qué hacer. ¿Debía quedarme con él o irme al centro comercial?
Finalmente, suspiré y decidí romper el silencio.
Yamile: —¿Estás llorando? —pregunté.
Nash: —No tiene importancia. Además, ¿por qué te interesa?
Yamile: —Tienes razón, no debería haber preguntado.
Nash: —Tampoco quería hacerte sentir mal.
Yamile: —En realidad, no me has hecho sentir mal.
Nash: —Lo dices para que no me sienta culpable por lo que te dije.
Yamile: —Te lo digo en serio, no me siento mal para nada. —Suspiré—.
Nash: —En ese caso, te pido disculpas.
Yamile: —Acepto tu disculpa. —Noté que Nash ya no decía nada más—.
Así que, Me levanté del bordillo. Sabía que ya estaba llegando tarde a la quedada con mis amigas, pero no podía quedarme más tiempo esperando a que alguien viniera a buscarlo. Me limpié el pantalón corto que llevaba, ya que me dolía un poco de estar tanto tiempo sentada. Me estiré y noté que Nash me miraba en silencio. Al mirar mi reloj de muñeca, era muy tarde. Por lo tanto , Salí corriendo, dejando al chico rubio de ojos grises sentado en la acera, triste.
Al girar la esquina, vi a mi mejor amiga Juli esperándome. Le sonreí y le pedí disculpas con gestos. Luego, comenzamos a caminar juntas.
Juli me preguntó qué había pasado y por qué llegaba tarde.
Juli: —¿Qué te retrasó tanto? Pareces distraída.
Yamile: —Es que... vi a un chico afuera de mi casa, Nash. Estaba allí solo y parecía muy triste.
Juli: —¿Chico rubio de ojos grises? ¡Lo vi! Pensé que era extraño verlo ahí solo. ¿Hablaste con él?
Yamile: —Sí, le pregunté si estaba bien, pero no quiso contarme. Solo me dijo que no tenía importancia. Me sentí mal dejándolo solo, pero mis amigas me esperaban.
Juli: —A veces la gente solo necesita un poco de compañía, pero entiendo que no podías quedarte. Hay que priorizar las quedadas.
Mientras caminábamos hacia el centro comercial, no podía evitar sentir un nudo en el estómago. La imagen de Nash se repetía en mi mente, su expresión triste, su mirada profunda.
Yamile: —¿Tú crees que debería haberme quedado un poco más? Solo para asegurarme de que estaba bien...
Juli: —Tal vez, pero tampoco podías hacer mucho. No conoces su historia, y a veces las personas deben lidiar con sus cosas solas. Quizás sólo necesitaba un tiempo.
Intenté convencerme de que Juli tenía razón, pero la inquietud seguía creciendo dentro de mí. Al llegar al centro comercial, el bullicio y la música iluminaban el ambiente. Mis amigas me recibieron con abrazos y preguntas sobre los planes de la tarde.
Rubí: —¡Yamile! ¡Estamos listas para ir a buscar algunos accesorios y luego al cine! ¿Te parece?
Monse: —Sí, ¡vamos a divertirnos!
A medida que avanzábamos, intenté sumergirme en la diversión y olvidarme de Nash, pero el eco de su tristeza parecía seguirme. Compramos algunas cosas, hicimos fotos divertidas y reímos bastante. Sin embargo, en cuanto nos sentamos en la sala del cine, mis pensamientos volvieron a él.
La película comenzó, pero no podía concentrarme. La historia en la pantalla pasaba desapercibida para mí, cada vez que escuchaba un ruido en la calle, miraba con la esperanza de ver a Nash.
Finalmente, decidí que necesitaría volver a él. Una vez que la película terminó y las luces del cine se encendieron, me giré hacia mis amigas.
Yamile: —Chicas, necesito hacer una parada. Les prometo que no tardaré.
Juli me miró con preocupación.
Juli: —¿Vas a volver a ver al chico, verdad? No quiero que te metas en problemas.
Yamile: —No sé... Simplemente siento que hoy no puedo dejarlo así.
Mis amigas me desearon suerte, algunas incluso ofrecieron acompañarme, pero preferí ir sola. A medida que me acercaba a casa, mi corazón latía con fuerza, ansiosa por ver si Nash todavía estaba allí.
Al llegar, lo vi, todavía en la misma posición, como si el tiempo no hubiera pasado. Me acerqué con cautela.
Yamile: —Hola, Nash. ¿Todavía estás aquí?
Nash levantó la vista, sorprendido de verme de nuevo.
Nash: —No esperaba que volvieras.
Yamile: —No podía irme sin saber si estabas bien. ¿Te gustaría hablar?
Nash: —No sé... a veces es más fácil estar en silencio.
Yamile: —Entiendo, pero a veces hablar puede ayudar. No tienes que hacerlo solo.
Mire sus ojos grises; había algo en ellos que pedía ser descubierto. Quizás, de alguna forma, también buscaba compañía. Era un pequeño paso hacia la posibilidad de abrirse, y de alguna manera, sabía que este encuentro podía significar algo más
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Cuando Te Conoci
RomanceEra una tarde de verano y salia de mi casa para que dar con unas amigas y a lo vi era un chico de pelo rubio estatura media de ojos azules estaba sentado y un poco triste a no es dicho como me llamo yasmile bueno sigamos me acer que a el cuando mi s...