La tarde se pasó volando en casa de la señora Cecilia, la conversación fluyó amenamente, incluso cuando el Nico forzó el tema del amor en la mesita de centro, para que la mujer ayudara aunque sea un poco a darle esa libertad de espíritu que necesitaba Edgar para poder enamorarse. Si Nicolás no podía convencerlo, su ex-suegra tenía todas las esperanzas del moreno puestas encima.
Afortunadamente el diálogo dio sus frutos; la señora le hizo ver al ruliento que no por amar a otra persona, tenía que sacar de su corazón a Iván.
Aquello le hizo ver, que tenía que aclarar su mente y anexar a su ex de sus pensamientos, pero nunca de su corazón.
Esa noche, se retiraron muy tarde de aquella casa los jóvenes. Caminaron por las oscuras calles, en silencio, hasta que Nicolás habló.
- Te sirvió esto, ¿o no?- le preguntó sabiendo la respuesta.
- Si, hueón... En serio, gracias...- le dijo mirándolo a los ojos- Te pasaste, yo solo, no habría podido- suspiró satisfecho y aliviado. Levantó la mirada al cielo gris, lleno de nubes oscuras.
- Pa eso estamos...- le dio golpecitos en la espalda. La caminata continuó hasta que Nicolás habló de nuevo- ¿Quieres continuar con la terapia?- cuestionó severo de pronto.
- ¿Qué era lo que seguía?- preguntó mirando la vereda que pisaban, con el pasto verde vivo asomándose por entre las baldosas de cemento.
- Antes, quiero que me respondai algo- lo detuvo. Miró a su alrededor, buscando donde conversar cómodos, así que se sentaron en un paradero vacío que estaba cerca- ¿Te gusta el Manu?- le interrogó seriamente.
- ...- Edgar miró las luces de la calle, y recordó el día en que el rubio se le confesó. Muy dentro de su corazón se había alegrado mucho, porque jamás pensó que podía gustarle a alguien más, incluso cuando no intentaba hacerlo. El que Manuel lo quisiera le daba esperanzas de salir de ese agujero. Pero le daba miedo, muuucho miedo también. ¿Y si arruinaba todo? ¿Qué posibilidades tenía él, de darle al resto el cariño que se merecen; si seguía estancado con un amor ya acabado? Eran muchas dudas y temores. Bueno, eso no era importante ahora, debía responder la pregunta honestamente. Tomó una bocanada de aire y exhaló, casi expulsando su alma en el proceso- S-si...- habló por fin- Si me gusta, es... es lindo y me hace reír... Me quiere y se le nota... - le confesó a su mejor amigo.
- Entonces lo que sigue en la lista son dos cosas, no he establecido el orden aún- le dijo, contando con los dedos- una es pedirle disculpas al Manuel y la otra despedirse de Iván, osea visitar el cementerio o el homenaje en la vieja estación.
- Uff... Que fuertes las dos, po...- se desordenó pelo, tratando de adquirir valentía de algún lado- Eehm...
- Ustéh decide, amigo- le dijo Nicolás.
- Voy... Voy a visitar el cementerio... Mañana...- sentenció nervioso, pero decidido- Luego le pediré disculpas al Manu, no sé cuándo, pronto antes de que me arrepienta y... Eso po...- le contó al moreno lo que quería hacer.
- Te apoyaré en todo...- le dio un golpecito en el hombro.
- Gracias... En serio, conchetumareh- abrazó a su amigo el ruliento, muy contento.
- Jajaja, weón hace rato con el Jaime y el Bestia queríamos encontrar una forma de hacerte sentir bien... Me alegra lograrlo de a poquito- se sinceró el pelinegro, en medio del abrazo.
- Perdón por preocuparlos- murmuró Edgar arrepentido.
- Eso hacen los amigos, no te disculpes- lo calmó el Nico.
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El teléfono [GOTH Jaidefinichon] *FINALIZADO*
FanfictionUn jóven que se enamora de alguien que no puede pasar página todavía. Se conocen de una manera peculiar y ambos aprenderán a conocerse y quererse eventualmente. GOTH Jaidefinichon ¡AU! (Universo Alterno) Estudiantes Muerte de personaje