3- El Pequeño sauce

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Mi cabeza era un mar de pensamientos, tan rápido como llegaban, de la misma manera se esfumaban, un dolor punzante en mi cabeza persistía, no sabía si era por el golpe que había recibido en la cabeza antes o por otra cosa, no pude dormir nada esa noche, de la pequeña ventana de la habitación se asomaban los pequeños rayos de sol anunciando el inicio del día, me preguntaba si la decisión que tome anoche fue la correcta, pero como arrepentirme si todo ya estaba decidido.

***

- Porque dices... Para acabar con esta absurda disputa de una vez por todas, y que deje de morir mi gente y sobre todo la tuya- en sus ojos no había un atisbo de duda, pero no podía confiar en alguien como él, acabar algo que ellos comenzaron, eso sólo nos llevaría aún más a la perdición y sumisión.

- Hemos estado del mismo modo durante unos quinientos años, porque tan repentinamente se te ocurrió esa idea que parece sacada de un cuento con un "Vivieron felices para siempre" - Mientras me paraba del sillón escupí esa frase de manera sarcástica.

- Y han sido unos años solo de pérdida cuando se puede resolver de otra forma, en una guerra, realmente nadie gana lo suficiente, solo existe el que pierde menos- observo cada uno de mis movimientos demasiado atentamente para mi incomodidad - Siempre hemos vivido entre ustedes, no creo que sea diferente que ahora sea al revés.

Avancé lentamente hacia donde el estaba para poder estar más cerca de su perímetro y rodee el sillón en el que estaba,  su mirada era tan penetrante que el ambiente estaba lleno de tensión, pero la verdad no tenia la más minina intención de apartar mi mirada, no me asustaban sus ojos, para mi solo era una simple guerra de miradas que no perdería.

- ¿Y qué es lo que propones para nosotros y que ganarían ustedes?  - Las comisuras de sus labios se elevaron un momento al oírme.

-Simple, les daremos la potestad de hacer su propia comunidad, ya sea junto a nosotros o aparte, si quieren hacer tratados también estaría bien,  les daremos lugares estables, trabajo, comida, todo lo que un humano podría necesitar.

- No veo ningún beneficio realmente para ustedes en todo lo que acabas de decir

- Eso es solo el incentivo Jessica...- Un pequeño escalofrió recorrió mi columna al oír mi nombre en sus labios, se acerco lentamente para estar más cerca de mi, mi cabeza me alertó de alejarme pero algo más fuerte me incitó a continuar en mi lugar- Como ya pudiste darte cuenta, Lo que nosotros realmente queremos es...- el espacio entre nosotros se acortó cada vez más, su pecho quedo en mi rango de visión así que tuve que subir mi mirada hacia el, puso sus manos detrás apoyándolas en el respaldo del sillón y acerco su rostro a mi cuello, trague en seco, pude sentir la ligera brisa de su respiración en mi oído, era molesto, muy molesto- Pues su querida sangre... - cuando soltó sus últimas palabras lo empujé poniendo mis manos sobre su pecho.

- Tienes cero sentido de la razón si me estas pidiendo algo tan estúpido - mi mandíbula estaba tan apretada que me empezaba a doler, mi sangre hervía de rabia

Esbozo una sutil sonrisa y volvió a donde estaba antes posicionado- No es como si unos 100 ml fueran a matarlos además no es como qué realmente fuéramos a morir por no obtenerla, pero estoy seguro de que haz conocido a los "DEBEMUR MORTI"  , después de todo, ni siquiera a nosotros nos gusta lidiar con ellos - su mandíbula se apretó al mencionar ese nombre dejando ver una venas que sobresalían de su cuello- Fueron los principales culpables de que todo esto ocurriera; se convirtieron en lo que son solo por los síntomas de abstinencia, una vez que pruebas sangre humana, debes tomarla al menos una vez al mes para no sufrir las consecuencias, una vez te obsesionas con la sangre, es posible volverte loco hasta el punto de no reconocer ni a los tuyos, no queremos que esas escorias sigan existiendo entre nosotros, es lo único que  tenemos en común en este momento- sus ojos brillaron con un brillo extraño, de alguna manera a pesar de estar mirándome fijamente sin inmutarse, parecía estar viendo a alguien más allá de mi. 

Soy Tu Querida MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora