Capitulo 41

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  Íbamos ya de regreso a casa de los Perry, después de pasar prácticamente la mitad del día en los juegos de la heladería.
Mi celular comenzó a sonar, escarbe en el desorden que había en mi bolsa hasta que lo localice. Era el número de mi casa.
— ¿Si?
—Señorita Sabrina — se escuchó del otro lado de la línea —Su madre pregunta que a qué hora llegara.
—Dile que no llegare— conteste seria y note como Bradley volteaba a verme y luego regresaba su mirada al camino. —Dile que me quedare en casa de Corey — Lúci, una de las encargadas de la casa tapo la bocina y escuche como le repetía mis palabras a mi madre quien apuesto todos mis vestidos a que estaba perdida en su laptop y hablando por su celular.
—Dice que está bien que tenga cuidado— ahora necesitaba hablar con Corey
Colgué y deje presionado el uno, que era la marcación rápida para Corey's, lleve mi celular a mi oído.

*

¿Con esa facilidad la dejaban quedarse en casa de Corey? Se la había pasado todo el día fuera y porque simplemente no le apetecía llegar a su casa no lo hacía.
— ¿Cory? ¿Dónde estás?— dijo pasando una de sus manos por su cabello. — ¿Me puedo quedar en tu casa hoy?— pregunto y volteé a verla, una sonrisa se coló por sus labios. —Gracias— dijo entusiasmada —Ahorita no vemos— presiono el botón rojo. Una vez más volteé a verla, ella también volteo y me sonrió arrugando la nariz. Regrese mi mirada al camino.

— ¿Y cuándo vendrás de nuevo?— le pregunto Mia a Sabrina al momento que se despedía
—P-Pues... Yo— balbuceo y levanto su mirada buscando la mía —Pues cuando tú me invites— le dijo sonriente
— ¡Ahora!— Mia comenzó a saltar —Quédate mas ¿sí?
—Si dile Bradley — me pidió Niall
—No niños— dijo con un tierno tono de voz —Es tarde, y mañana tienen colegio al igual yo— les explico pero era imposible hacerlos cambiar de opinión.
—Vayan adentro ya— les dije y ambos voltearon a verme ¿tristes?
—Está bien— dijeron al unisonó, ambos dieron un beso en la mejilla de Sabrina y caminaron enfilados hacia la casa.
—Bueno...— alargo caminando hacia su auto —Adiós Perry— ¿Qué? ¿Así nada más? ¡Mierda! ¡Eso es! ¡Eso es lo que precisamente odio de ella! En un momento es una y a los pocos minutos ya es otra.
Camine detrás de ella y cuando intento abrir la puerta puse mi brazo y volví a cerrarla.
— ¿Se puede saber qué haces?— pregunto dándose la media vuelta
—No dejare que te vayas— dije firmemente acorralándola poniendo mis brazos a sus costados, ella abrió sus ojos como platos —No hasta que me prometas que no saldrás con Christian.
— ¿Y por qué habría de prometerte eso?— frunció el ceño — ¿A ti que te importa si salgo con él o no?
—Solo no quiero que salgas con él— ni siquiera yo sabía el por qué de mi petición.
— ¿Celos?— pregunto tratando de provocarme, no le diría lo que quería escuchar.
—Sabes de sobra que no.
—Lo que yo sé es que te mueres de celos de que salga con Chris pero no tienes el suficiente valor para decirlo— te está provocando Bradley, no caigas. — ¿Lo ves?— sonrió macabramente — Te gusto...— subió sus manos lentamente por mi pecho hasta mi cuello —Incluso sé que crees que soy linda— gracias Mia.
—N-No.
—Oh por favor Bradley — me interrumpió con fastidio —Deja de hacerme perder el tiempo y deja de perder tu tiempo— forcejeo tratando de hacerme a un lado pero no logro ni moverme un centímetro.
—Dejare de hacerte perder el tiempo hasta que me digas que no saldrás con Christian— insistí, simplemente no quería que lo hiciera.
— ¿Por qué Bradley? — grito molesta.
—Porque no quiero que salgas con él.
— ¿Qué? ¿Ahora tú me dirás con quién salgo y con quién no? — dijo irónicamente. Realmente quería salir con Chris.
—A si es— sonreí.
— ¡Ah! ¿Y se puede saber con quién si puedo salir?
—Con nadie. — La acorrale aún más pero esta vez pose mis manos sobre su cintura y sin darle tiempo a reclamarme algo uní nuestros labios. Por primera vez se negaba a corresponderme. Uní nuestras frentes dejando de besarla y subí mi mano a su cuello.
—No te creo en lo absoluto que quieras salir con él. — Mentí. Tomo mi mano y la quito.
— ¿Tu qué crees Bradley? ¿Qué voy a seguir detrás de ti soportando tus rechazos? Ya lo intente, ¡Me gustas Bradley! Pero ya me canse. — Se dio la media vuelta y de nuevo intentó abrir su auto, esta vez no se lo impedí.  



Tu el Humo y Yo el Fuego (Brabrina) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora