Capítulo 05

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POV

Rubén Doblas.


Era bonita, tenía una sonrisa adorable. La tenía a mi lado, podía admirar sus bellos ojos de cerca. Tenía una mirada dulce, tenia curiosidad por conocerla. Aunque tal vez una increíble metida de pata preguntarle si el bebe de la foto era suyo, pero no perdí nada con preguntar. Y no perdía nada si platicaba con ella, estaríamos un buen rato ahí tal vez y sería bueno saber de ella.


—Supongo que tus planes de Sábado por la noche se arruinaron —. dije tomando una galleta.

—Creo que se arruino la noche para toda Madrid —. contestó con una sonrisa.

—Me parece que si —. dije asintiendo con la cabeza.

—¿Tu tenias planes? —preguntó curiosa.

—Algo parecido —, conteste alzando los hombros— ¿Y tú?

—Cumpleaños de alguien importante —dijo con una mueca.

—Imagino que tu novio estará festejando solo —. dije nervioso esperando su respuesta.

—Jajajaja...—estalló en risas —Es el cumpleaños de mi abuela —eso no quería decir que no tenia novio.

—Oh...entiendo —, sonreí, las luces empezaron a atenuarse un poco—¿Cómo te llamas?

—Irina —, dijo sonriendo—¿Y tú?

— Rubén —dije sacando una mano de mi bolsillo.

—Mucho gusto Rubén —dijo dándome un apretón de manos.

—El gusto es todo mío Irina—dije guardando mi mano en mi bolsillo de nuevo.


Nos quedamos en silencio unos minutos, lo único que se escuchaba era el crujido de las galletas. Sentía que tenía que decir algo, pero no sabía qué. Realmente quería conocerla, la observaba de repente y solo comía de su muffin. Estaba por abrir la boca para decir algo cuando las luces tintinearon una vez más, ella alzo la mirada al techo observando las luces y yo preferí observarla a ella.


Pude observar sus rasgos detenidamente, tenía un lindísimo perfil. Su nariz era pequeña y tenía una pequeña punta que la hacía respingada, pude encontrar un pequeño lunar en su cuello y otro en la orilla de su boca, justo a unos milímetros de la comisura de sus labios.


—¿Qué? —pregunto sonriendo cuando se dio cuenta que la estaba mirando


Iba a contestar, cuando las luces dejaron de tintinear para dejarnos completamente a oscuras. Lo próximo que sentí fue a Irina abrazándome, pude percibir mil veces mejor su aroma. El calor que transmitía su abrazo, sonreí aunque no podía verme.


—Lo siento mucho...—dijo en un tono nervioso.

—No te preocupes —dije pensando en que ahora yo estaba nervioso y no precisamente por la oscuridad.

—Me da miedo la oscuridad —escuchaba cierto miedo en su voz, ella me abrazaba y yo seguía con mis manos en los bolsillos

—La oscuridad es bastante tenebrosa —dije en un tono amigable, no le diría que yo también le temo un poco a la oscuridad —Mas aquí encerrados, espera ¿Podrías soltarme un segundo? —dije tratando de sonar normal.

—Oh si...perdón yo... —tartamudeo soltándome, yo saque mis manos de los bolsillos.

—Tengo una idea mejor —,  dije tratando de buscarla en la oscuridad, cuando la encontré a mi lado la abrace —Creo que es mejor así —dije tratando de no sonar nervioso.

—Creo que sí —. escuche un poco de tambaleo en su voz.

— Esperemos que la luz regrese pronto —dije tratando de reconfortarla.

—Ahora agradezco estar encerrada en este cajero y no en mi casa —soltó una risita.

—¿Por qué lo dices? —sentía que mis manos estaban sudando.

—En casa estaría sola, probablemente muerta de miedo. Al menos aquí no estoy sola —, sentí un calor automático en mi pecho— ¿Dónde estarías si no fuera aquí?

—Probablemente en casa esperando a mis amigos, o lo más probable estaría dormido —, dije riendo— ¿Vives sola entonces?

—No totalmente sola, tengo un gatito que me hace compañía. Probablemente eso se escucho demasiado triste —rió. 

—Las mascotas son buena compañía —dije sonriendo, aunque no podía verme—Yo vivo con mi mejor amigo y tres gatos, somos muy amante de los gatos. Uno es de él y los otros dos son míos, pero si es por mi, adoptaría a todos los gatos de Madrid —dije recordando a Mangel — ¿Tu novio no te visita? —tal vez fue muy directa la pregunta pero quería saber si estaba soltera.

—Jajaja... No existe —dijo riendo, ahora estaba más nervioso.


La tenía en mis brazos, estábamos completamente solos en la oscuridad. Podríamos estar así por horas tal vez con suerte y seria toda la noche, tenía la oportunidad de sentir algo por ella. Era muy bonita, parecía ser una chica agradable, hasta creo que no sabe quien soy realmente, y... Parecerá una locura pero para mí que estuviéramos encerrados era cosa del destino.


Probablemente si la hubiera conocido en la calle, en un club o un café. Lo más seguro es que ni siquiera le hubiera hablado, tal vez la habría visto y le habría sonreído pero no me habría atrevido a hablarle.  

El apagón [Rubius]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora