Supongo que ahora es cuando tocaría llorar a una almohada medio ahogada, cansada de mí como tantas personas.
La verdad es que imagino que ahora debería dolerme estar así.
Por si importa, ya no lo hace.
Mi abuelo solía decirme que las personas se acostumbran al dolor. Él lo sabía. Y luego nos íbamos allí, bajo nuestro árbol. Y soplábamos dientes de león. Y estos volaban. Y me decía que nunca fui un error. Que estoy aquí por algo. Que aguantase, que le cuidase, que me quería, 'pequeño saltamontes'.Ya no lo hace.
Supongo que esta nota no indica nada más que otra chica en el límite, haciendo el pino sobre la cuerda floja, jugando a no caerse.
Supongo que esto es un anticipo a unas cuantas cartas con billete de ida. Sin vueltas.
Suposiciones de una cría de 17 años con demasiado vivido y con ganas y miedo de morir.
Quien dijo vida y quién vive un sueño.
Que esa niña pecosa con cicatrices ya ni es niña, ni sonríe.
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Insomnios.
PuisiQue escriba una descripción, dice. Como si fuera tan fácil describir un insomnio, dos cigarros y tres cafés diarios. Por ti.