La Anis Negra había vuelto.
Me quede paralizada un momento sin saber que hacer, estoy segura de que si me enfrento a ella me matara, así que sin pensarlo dos veces me di la vuelta y eche a correr, estaba todo oscuro y tenia mucho miedo de golpearme con cualquier cosa así que corrí intentando mantenerme en los pasillos, pero cuando iba a torcer para cualquier lado o quería abrir una puerta siempre aparecía una sombra que me impedía el paso, supuse que era la Anis, quería llevarme a algún lugar, pero como no estaba dispuesta a seguirle el juego intente pasar a través de las sombras aunque no fue buena idea, cuando puse un pie ahí sentí como se me congelaba la pierna, por lo que tuve que apartarla rápidamente, a partir de ahí intente correr de nuevo pero lo único que hice fue tropezarme, la pierna me fallaba y no era capaz de andar, me levante como pude y mire a los lados, buscando a esa bruja, pero no la veía por ningún lado.
-¿Se puede saber donde te has metido?-no hubo respuesta-oye maldita bruja si crees que voy a seguirte el juego por mas tiempo estas equivocada, no me iré a ningún......¡Agh!
Sentí un golpe y como me estampaban contra la pared, me costaba respirar no entendía que pasaba hasta que vi a la Anis aparecerse delante mía como si fuese una sombra, estaba agarrando mi cuello.
-¿Conque no vas a hacerme caso,niña mala?-dijo con su voz chillona mientras se reía
-Pff...,no me escupas-dije como pude, me estaba dejando sin respiración
-¡Jijijijiji! Conque no,¿eh?No se como abrió la puerta que tenia al lado y me lanzo por ella. Me levante dolorida y tosiendo, el ogro ese tenia mucha fuerza, pero no iba a dejar que me matara, al alzar la vista pude ver que estabamos en la sala por la que entre por primera vez a la guarida.
-¿Que hacemos aquí?
Le pregunte pero no me respondió, chasqueo los dedos y aparecieron esferas de luces, se parecían mucho a las de Marcos, pero estas en vez de azules eran verdes.
-¿Para que me has traído aquí?-volví a preguntar
-No te pareces en nada a tu madre-dijo negando con la cabeza
-¿Mi madre?
-No, ella y tus tias deben estar decepcionadas
-Ya, ¿y tu que sabes de mi madre?
-Digamos que eran amigas mias ella y tus tias.
-Vale, pues dime lo que sepas de ellas
-No hay mucho que contar de esas arpías.
-¿Arpías?Entonces Marcos tenia razón-dije sorprendida
-Aii mi niño es tan listo
-No es tu niño-dije enfadada recordando lo que me dijo Marcos de ella
-Claro que lo es, ¿sino quien te crees que le enseño a usar tus poderes?
-Eso no importa, si le trataste mal me las vas a pagarDije poniéndome en posición de ataque. Se que no es buena idea enfrentarme a ella sola, pero aunque no lo haga, seguramente si quiere matarme me matara pelee o no pelee así que prefiero morir defendiendome.
-No quiero pelearme contigo-dijo cambiando el tono de voz, ahora hablaba con un tono muy dulce
-¿Y para que has venido?¿Es por Marcos?
-No vine por el, puede que otro día, ahora vengo por ti
-¿Y dices que no vas a matarme?-pregunte incrédula
-Aun no, puede que luegoAl escucharla aquello me dio un escalofrio, no entiendo como pudo cambiar tanto su tono de voz, ya no hablaba chillona, sino con un tono de voz muy dulce, pero trague saliva y baje la mano hasta mi cintura para coger mi navaja sin que se diera cuenta.
-¿Que quieres de mi?-le pregunte desconfiada
-Necesito comprobar algo-me respondió con una sonrisa siniestra en el rostroEntonces hizo un movimiento con su brazo derecho y aparecieron unas sombras alrededor suya junto a unos gritos llenos de miedo. Al cabo de unos segundos las sombras se dispersaron, dejando ver a un niño pequeño de pelo negro y ojos castaños que lloraba muerto de miedo.
La Anis le cogió de la camisa y puso una de sus garras en el cuello del pequeño.-¿Vas a ayudarle?-me pregunto volviendo a su voz chillona sin dejar de sonreír
-¿Que vas a hacer?-pregunte con miedo
-Le degollare el cuello tan rápido como si fueran a ejecutarleSe empezó a reír, provocando que mi miedo aumentara y me quedara sin habla, quería ayudarle, pero no sabia como.
-Conque no le ayudas, es una pena-se volvió a reír-pero tendrá que morir
Empezó a reír y vi como separaba su mano del cuello del pequeño y la alejaba, no entendí que hacia pero al momento caí en que iba a clavarle las garras en el corazón, me asuste y sin pensarlo cogí la navaja y se la lance.
Antes de darle a la Anis, esta desapareció haciendo que el niño cayera al suelo, me acerque corriendo al pequeño, temiendo que aquella bruja intentara hacerle algo de nuevo.-¿Estas bien?-pregunte mientras le ayudaba a levantarse
-Tonta-me respondio sonriendo
-¿Que?Pregunte sin entender, pero al instante el chiquillo se desvaneció convirtiéndose en sombras que me atraparon agarrandome de las muñecas y la cintura.
-¡Tonta!-me grito la Anis-Verdaderamente estarían muy disgustadas contigo
No entendía nada de lo que decía, pero me empezaba a cabrear que no parara de tomarme por tonta, me confundió mas cuando se me acerco y puso una de sus manos en mi mejilla.
-¿Como has podido cambiar tanto?-Me pregunto hablando dulcemente de nuevo
-No se de que me hablas
-¿Como puedes ser así, si tu madre es uno de los seres mas malvados que hay, como puedes ser tan amable?Me pregunto con un tono de desconcierto en su voz, al principio no me creía que estuviera así por esa estupidez, pero al mirar bien su asqueroso rostro, me di cuenta de que verdaderamente no lo entendía, por culpa de esto no pude evitar enfadarme.
-¡¿Pero quien demonios te crees que eres?! ¡Que mi madre sea malvada no es motivo para que yo lo sea!
-¿Como pudiste cambiar tanto?-volvió a repetir con un hilillo de voz
-¡CALLATE!¡No soy malvada y nunca he sido alguien tan horrorosa como tu o mi madre!-le grite enfadadaElla me miro confundida unos segundos, pero al momento su rostro cambio, conseguí enfadarla, me miraba con ira.
-¿Como te atreves a hablar así de tu madre?-pregunto elevando el tono de voz con cada palabra que decía
Al momento las sombras empezaron a apretarme mas.
-Te mereces un castigo-dijo alzando su brazo
Empecé a forcejear para intentar soltarme, pero me era imposible ya que cada vez me apretaban mas y mas. Aunque deje de intentarlo al notar una punzada en mi hombro izquierdo, la bruja aquella me clavo sus garras. No pude evitar soltar un quejido consiguiendo que ella riera.
-¿Seguimos?- pregunto con una sonrisa sádica.
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