Capítulo 8

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Louis

Me desperté a causa del dolor de cabeza y miré a mi alrededor. Estaba en una de las habitaciones de la casa, en la cama, sólo en bóxer y sin compañía de nadie. Seguro que lo había hecho con alguna chica, probablemente con alguna de las españolas con las que fuimos a la fiesta y, después ésta se habría ido a saber donde. Me levanté y me acabé de vestir, salí fuera de la habitación y bajé a la planta de abajo caminando algo mareado. La casa estaba hecha un asco. Habían vasos y botellas tirados por todo el recinto, incluso algunas prendas de ropa también estaban tiradas por los sofás y el suelo. Salí al jardín, el cual estaba todavía peor. Parecía un basurero, no tenía ni idea de quién limpiaría después todo aquello. Apoyé mi espalda en la pared y cerré los ojos intentando recordar lo que pasó anoche.

Me acordaba de que fuimos a buscar a las españolas, todas ellas iban vestidas para la ocasión, pero no podía recordar lo que cada una llevaba puesto, ni el color de los vestidos, y si me acordara de algo probablemente estaba confundiendo a las chicas, en resumen, que no me fijo en los pequeños detalles. En lo que sí me fijé, fue en una tía de ese grupo, que seguramente fue la que me tiré aquella noche, ni si quiera me acordaba de como se llamaba... 

Volviendo al tema, fuimos a la fiesta, allí me puse a beber, con el subidón me puse a bailar y más tarde ya tenía, las caderas de una chica pegadas a las mías. La pava sabía moverse bastante bien al ritmo de la música, se la veía salvaje y muy borracha. Yo, que no iba muy sobrio que se dijera tampoco, empecé a ponerme cachondo con sus movimientos constantes de su culo pegado a mi pene. 

Poco después ya estábamos los en una habitación arriba, justo en la que me desperté horas más tarde, donde pude ir descubriendo más sobre el delicioso cuerpo de la chica.

Seguro que follamos, sí me desperté en aquella cama fue por algo. Me di una vuelta por la casa buscando a la chica de anoche, a cada paso que daba notaba como mi cabeza retumbaba. Cansado de buscarla y harto de la maldita resaca - No entiendo porque tiene que existir ¿es que no puedes beber tranquilo sin que a la mañana siguiente estés como una mierda? - Salí al jardín para irme y en las escaleras del porche había un tío durmiendo, las bajé intentando no despertarlo, la verdad es que la situación se me hacía muy graciosa. 

-¿Y ahora como coño vuelvo yo al campus? - me dije a mi mismo, busqué mi móvil en el bolsillo trasero del pantalón y pasé mi pulgar por la pantalla antes de darle al botón de encender para que se desbloqueara. Insistí un par de veces para que se iluminara la pantalla, pero parecía que mi móvil estaba muerto. Tendría que volver caminando.

Metí mis manos en los bolsillos e intenté recordar cosas sobre lo que pasó anoche, como mucho logré recordar lo que bebí y alguna de las canciones que bailé. Me paré un segundo en medio de la calle al notar un gran pinchazo en la cabeza,cerré los ojos para intentar aliviar el dolor. 

- Pensar hace daño Louis, lo sabes tu muy bien - me masajeé un poco las sienes y retomé mi camino. 

Una vez dentro del edificio caminé en dirección a nuestra habitación, entré y fui directo hacia mi cama, me tiré en ella y cerré nuevamente los ojos, quería dormir más, quería distraerme de mis pensamientos, dejar de comerme la cabeza. Me quedé así sin hacer nada un largo rato hasta que volví a quedarme dormido.

Once A In Lifetime · One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora