Aina
La canción de How to save a life de The Fray estaba sonando en el coche camino a mi nueva vida en la universidad. Llevaba tiempo esperando este día, ¿Por qué estaba tan nerviosa?En mi defensa tengo que decir que acababa de llegar a Londres (¡un año de inglés a tope!) de España, pues, junto con mis amigas, las locas, somos de Barcelona. ¡Viva el Barça!
Tenía miedo al cambio: distinta cultura, hábitos diferentes, gente desconocida. Pero, sobre todo, tenía miedo de que la universidad cambiara mi persona. Es decir, obligarme a mi misma a ser diferente para que los demás me acepten como ellos quieren verme, y no por como realmente soy.
En fin, estaba llegando al aparcamiento de la residencia donde pasaría el resto del curso, cuando vi que mis amigas ya estaban ahí. Aparqué y me bajé del coche con mi equipaje, dirigiéndome a su lado.
-¡Aina, guapa! -era Pau, aunque su nombre era Paula, pero no le agradaba así que todas la llamábamos con este diminutivo. Se tiró encima de mí, haciéndome perder el equilibrio y obligándome a dejar el equipaje al suelo, y nos fundimos en un abrazo.
Nos acercamos a la resta del grupo y empecé a repartir besos a Natalia, pero mejor Nat, y a Sandra.
Entre confidencias y risas, subimos a nuestra habitación: era un poco pequeña para cuatro personas. Se componía de cuatro camas individuales, una cómoda grande al fondo del cuarto para la ropa de las cuatro, un escritorio en forma de "L" en una esquina, y esto era todo lo que se podía ver a primera vista. ¡Ah, sí! Y una ventana a través de la cual entraba un halo de luz que iluminaba la habitación.-¡Oh, que cute! Es adorable. -exclamó Nat, poniéndose las manos en la boca.
-¡Pero qué dices! Esto será un cuchitril. -dije yo, negando con la cabeza.
-¡Yo me pido la de la ventana! -se pidió Sandra. Lanzando su maleta encima de la cama.
-¡Pues yo la otra! -contestó Pau, de manera posesiva.
Nos dispusimos a deshacer las maletas cuando, de repente, alguien llamó a nuestra puerta. ¡Joder, que susto!, pensé yo.
-¿Quién va? -pregunté, cabreada, pues odiaba que me interrumpieran de esta manera cuando me disponía a hacer algo, porque después ya no tenía ganas de hacerlo, y sabiendo esto, mi maleta quedaría tal cual por lo menos unas semanas.
La puerta se abrió y rebeló a cuatro hermosos chicos de una complexión para morirse. Uno de los chicos estaba apoyado contra el marco de la puerta, con una pose intimidatoria pero a la vez muy sensual. Pude ver como los ojos de Pau se abrían desmesuradamente en dirección a aquél chico de pelo rizado. Otro estaba apoyado contra la pared del pasillo de enfrente con las manos en los bolsillos y con los pantalones medio bajados, que rebelaban la marca de sus calzoncillos: Calvin Klein. La boca de Nat se abrió de par en par, casi se podía decir que su barbilla rozaba el suelo. Al lado de este chico impresionante, había otro más que llevaba unas gafas de sol Ray-Ban que, al bajárselas, rebelaron sus preciosos ojos de color zafiro. Sandra se quedó sin respiración, pues su cara empezó a ponerse roja por la falta del oxígeno.
Y, finalmente, y para mi vergüenza, pues me quedé pasmada y con cara de tonta, vi a un hermoso joven de sonrisa perfecta que me miraba a través de sus ojazos de color cielo. Parecía como si mi ser se hubiera ido al paraíso y no quisiera regresar ni apartar mi mirada de la suya. En aquél momento, él me sonrió con cara de guasa, y me di cuenta de que estaba haciendo el ridículo. ¡Por favor, si hasta me caía la baba!
-¡Anda, pero si son las novatas de este año! -dijo con un perfecto inglés el que estaba recostado contra la puerta-. Pues nada, solo veníamos a ver como es vuestro físico... digo, psíquico. -rectificó al recibir un codazo de uno de sus amigos.
-No lo escuchéis, es el tonto del grupo. Es un plasta y se llama Harry. Estos son Liam, el padrazo; y Louis, el graciosillo. Y yo soy Niall y, como podéis comprobar, el más cañón y sensual de todos. -se presentó con una entrañable sonrisa que hacía a sus ojos brillar.
-Mmm... -dijo Nat de manera soñadora, pero de pronto reaccionó y empezó a presentarnos a nosotras-. Estas son mis amigas Pau, Sandra y Aina, y las cuatro venimos de España. Ah, y yo soy Natalia; Nat para los amigos.
-Pasábamos para invitaros a la primera fiesta de la fraternidad. Si queréis pasaros, ya sabéis: la típica fiesta alocada con alcohol, maría... sexo... ¡Hasta al amanecer! -anunció Louis, guiñándonos un ojo, y mirándome fijamente. En aquél momento sentí como si con su mirada me hiciese el amor, como si me desnudara para él y solo para él. He de reconocer que yo hacia lo mismo y mi corazón empezó a la latir sin control alguno.
-¡Eh! Pues sí. ¡Nos apuntamos! -exclamó Sandra, muy excitada para ir.
-Entonces nos vemos luego, ¡nenas! -dijo Liam, sonriéndonos.
-¡Hasta luego! -exclamamos todas al unísono, cerrando la puerta a medida que se iban alejando por el pasillo.
En la habitación reinó el silencio por una milésima de segundo, porqué lo que llegó después fue todo una mezcla de gritos, risas y chillidos inidentificables por parte de cada una.
-¡Ah! Pero que cuerpazo, tía. ¿Lo habéis visto? ¡Pero que sexy que le quedaban esos pantalones a Liam! ¡Oh, Dios Mío! -exclamó Nat, casi desmayándose y dejándose caer, extasiada, en la cama.
-Dios Mío. ¿Y Niall? ¡Qué pibonazo con esas Ray-Ban! -dijo Sandra, ventándose con la mano.
-Y qué pose tan sensual. ¡Pude ver sus músculos ceñidos a través de su camiseta! ¡Qué caliente! Y, además tenía tatuajes en los brazos. ¿Puede existir algo más sexy e irresistible? -suspiró Pau, sentándose en su nueva cama.
-¡Y joder! ¿Habéis visto sus ojazos azules, y su sonrisa, y su pelo, y su torso, y sus brazos, y ¡su paquete!? Ay, ¡que me da! Y su nombre es tan provocativo: Louis. -dije, marcando cada una de las letras con la lengua-. ¡Esta va a ser la mejor fiesta y noche de mi vida, seguro!
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Once A In Lifetime · One Direction
Fiksi Penggemar"Cuando cierro los ojos, todas las estrellas se alinean, y estás a mi lado, estás a mi lado" Historia original by: @morethanasimpleband