3. Promesa.

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Mis pies dolían mucho, los tacos me mataban, poco a poco la gente se iba llendo, lo que agradecía. Y a la vez no podia evitar sentir miedo, vivir sola con el es algo que no queria ni que se me cruzase por la cabeza.

Todos me saludaron como si ya me conociesen, muchas chicas se me acercaban y felicitaban, yo estaba totalmente perdida, gente extraña a mi alrededor.

La fiesta siguió hasta tarde.

- Ya nos vamos... - llamo mi atención Fernando.

El hablo con unas personas y en cuestión de segundos mas gente nos rodeaba pero despidiéndose.

- Vamonos - dijo y tomo mi mano, y caminamos por el espacio que la gente nos abrio.

Yo levantaba mi largo vestido, ni siquiera me había cambiado. Jorge nos acompañó hasta la puerta. Ni Fernando, ni yo, lo miramos, solo lo ignoramos y nos subimos a un lujoso auto negro. Mire de reojo por la ventanilla a Jorge, levanto su copa al verme y el auto se puso en marcha.

Sin siquiera ver a Fernando, me recargue en el espaldar del asiento y afloje mis zapatos, suspire y cerre los ojos en un intento de descansar.

Dos veces abri los ojos y ya veia borroso, solo me deje llevar por el cansancio y me dormí.

- Tn - escuche que me hablaban, mientras me daban empujonsitos. Abri los ojos y vi a Fernando. -  Llegamos, bajate.

- Ya voy - bufé y baje, sosteniendo la gran cola del vestido. Hasta recien me daba cuenta que llegaba a una casota, que parecía estar en medio de la nada, solo arboles la rodeaban y una fresca brisa corría.

- Tn! - me llamo Fernando, lo mire y camine hasta a su lado y entramos a la casa.

Hermosa casa, paredes blanco, cortinas en tono canela con cuadros y adornos a juego. Un juego de sillones en la sala con una televisión enorme.

- Mañana vendra el personal, hoy estamos solos - dijo el dirigiéndose a quien sabe donde.
Solos esa palabra que no me cierra ni un poquito.

- Solos? - pregunte, estaba sola, ni me contesto. Me quede viendo la sala que de verdad era hermosa.

- Arriba esta la habitación. Vamos - hablo el, comenzó a subir las escaleras, insegura de todo, recordando las palabras del contrato, subi tras el.

Abrió la tercera puerta, de la derecha. Se quedó en la puerta, esperando que yo entrara, y camine hasta el. Sintiendo su mirada, yo sin mirarlo entre a la habitación.

Cama matrimonial, gigante, 2 armarios con puertas correderas, una puerta de vidrio también corredera, daba a la terraza y otra puerta que supongo es el baño. Mesitas a los costados de la cama, cuadros iban a juego con la cama Blanco y negro, y una comoda.

- El baño... - señaló la puerta - Tu armario, hay distintos tipos de ropa, vamos a salir seguido y cosas que iras conociendo a como pase el tiempo. - asenti, y segui mirando la habitación. - Ya vuelvo - dijo el, y lo próximo que escuche fue la puerta cerrándose.

Me saque los zapatos y camine rapido al armario. Lo abri y habia zapatos, zapatillas, vestidos, pantalones, pregumes y cosas asi y los cajones tenían pequeñas cintas que decían "pijamas" "R. Interior "" remeras" levante una ceja y recibe cajón por cajon. Los pijamas eran esos transparentes, de gasa que desde el pecjo baja un tajo en forma de /\. La ropa interior era de encaje y las remeras sencillas, basicas, otras sueltas y variedades de ese tipo.

La puerta se abrió y el entro con su celular, me miró.

- Elegi un pijama - dijo caminando a la terraza - para lo que lo vas a usar... - fue lo que escuche antes de que saliera a la terraza, cerrando la puerta, se llevo el celular al oído y yo segui con mi pijama.

Tome uno oscuro y fui al baño, me cambie dejando en un tacho el vestido, el baño también era bastante amplio, es un hecho que tiene mucha plata.

Me mire al gran espejo y esto y estar desnuda es casi lo mismo.

Sali del baño y el venia entrando, en realidad sacándose la camisa como si fuese una remera, dejo esos cuadritos a la vista, lo cual hizo que me sonrojara.

Quedo despeinado, y me miró de arriba hacia abajo. Camino hasta quedar frente a mi.

- Muy bonita - dijo tomando mi barbilla, se acercó hasta mi cuello y camino hasta el baño, yo me metí en la cama, en la parte que da hacia ma terraza.

Me tape y deje mi vista perdida en el oscuro cielo que se veia a través de las cortinas blancas. La puerta del baño se abrió. El lado libre se undio, en menos de 2 segundo estaba sobre mi, esta solo en boxer, ahora mis mejillas eran 2 super tomates.

Intente quitarlo pero llevo mis manos sobre mi cabeza.

- Tranquila... Te quiero explicar algo, esto solo durara un año y medio, quizás un poco mas...

- Que?

- El estupido de tu padre no te mostró el contrato.? - asenti y el sonrió - No hay tanto que explicar entonces...

- Porque me compraste?

- Un buen negocio.

- Solo por eso? Me das asco... - dije enojada, impotencia, asco, todo junto, me parecia que ni siquiera podia decirle persona, ¿Que clase de loco compra una chica de 17 años?

- Tu desprecio no me afecta en nada, niña. Las reglas las pongo yo, y como dijiste te compre. Eso te hace solo mia... De la manera que me busques respuesta - no nos dejamos de mirar un instante. Aunque eso último me dejo un pico mas inquieta.

Lo seguro es que yo le transmitía, veneno y todo mi desprecio. De el no veia absolutamente nada, tan serio y sereno a la vez.

Trate de moverme, pero su agarre era mas que firme. Fue cuestión de un abrir y cerrar de ojos y ya lo tenia besandome, como después del aceptó. Iba a un ritmo imposible de seguir, tampoco respondí.

- Asi que fui tu primer beso? - No dije nada. - Bueno... Parece que hoy vas a aprender varias cosas.

Dijo llendo a mi cuello, este era el momento en el que mas odiaba a Jorge, el que fuera mi padre, el que me haya vendido, pero a Fernando, con lo que estaba apunto de hacer ya no se ni que me hace sentir, asco es poco.

Cerré los ojos con fuerza cuando lo sentía recorrer mi cuerpo, una lagrima resbaló por el costado de mi rostro, no quería ver nada. Y en silencio prometí, jure, odiarlo hasta el dia que yo ya no pueda sentir nada.



Mi Vida A Su Lado. (Fernando Gago Y Vos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora