Capitulo 20

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Cuando llego a mi casa me cambio el uniforme y viene mi maestra de idiomas. Papá insiste en que es una buena idea hablar otros idiomas extranjeros. Yo decidí que me enseñara primero Ruso, después continuaríamos con otros diversos.
Mi país favorito es Rusia, su cultura, bailes, tradiciones, idioma, estructuras, y todo lo que se relacionen a el me encantan.
Cuando terminan mis cuatro horas semanales de practicar y repetir todo lo que la profesora me ordena ella se va.
Mi padre y yo acordamos que solo viniera una vez a la semana, no me molesta gastar cuatro horas de mi vida en ello. Cuando son cosas que me gustan y me llaman la atención me empeño y esfuerzo demasiado.
Estoy en mi habitación leyendo una revista de las famosas más escandalosas del cine y TV.
Como me dan vergüenza ajena esas tipas, se hacen mil y un operaciones y quedan con la cara toda estirada y aun más feas de lo que estaban.
Después de criticar un rato a las celebridades escucho que llaman a la puerta. No me molesto en asomarme por la ventana o bajar a atender. Eso lo tiene que hacer alguna de las gatas.
Después de unos pocos minutos escucho que tocan la puerta de mi cuarto que esta cerrada.
-Adelante- Digo con la voz fina y clara para que me escuchen. Aviento mi revista a cualquier lugar de mi cuarto y veo como abre la puerta Julia, en su rostro esta dibujada una sonrisa tonta. Lo que significa solo una cosa; Harry.
- Señorita _TN, la vino a buscar Harry- Dice ella aun con esa sonrisa, se le alborotan las hormonas a la pobre con tan solo estar ceca de un hombre. Me levanto de mi cama y me paro frente a la puerta.
-Dile joven Styles. Maldita igualada-Digo con una sonrisa y jalo a Harry hacia dentro y le cierro la puerta en la cara.- Uff... La servidumbre de hoy en día- Digo y me siento en mi cama.
-Claro- Dice y se sienta junto a mí.
-¿Qué haces aquí? Sigo molesta contigo-Digo mientras me cruzo de brazos.
-Mierda _TN. Siempre estas molesta-Dice fastidiado
-No estoy molesta siempre-Digo absurdamente- Solo contigo todo el tiempo.
- ¿Ahora que hice? ¡No he hecho NA-DA!
- ¡Exacto! Me cambio de casillero para convivir más contigo ¿Y que haces? NA-DA. Ni siquiera me das una plantita de bienvenida-Digo y bufo. El ríe.
- ¿No te basta con juntarnos todos los recreos JUNTOS y sentarnos JUNTOS en clase?- Dice enfatizando la palabra 'JUNTOS'. Yo solo permanezco en silencio- ¿Quieres una planta?
- ¡Obvio no! Es solo un decir-Digo cortante. Estamos en un silencio incomodo durante unos minutos.
-¿Me perdonas?- Dice después de esos minutos. Yo no contesto ni lo miro- Andaleeeee-Dice hincándome las costillas. Soy muy cosquilluda así que comienzo a reír pero solo un poco. El nota mi punto débil- ¿O quieres que te haga cosquillas?- Dice alzando una ceja
-¡NO! ¡NO!-Digo instantáneamente.
- Entonces... ¿Me perdonas?
- Solo hay dos métodos que hago validos para perdonar.
-Yyyy... ¿Cuál es el uno?
- Eres muy pequeño para saberlo- Digo
- ¿No me digas que...- No termina de decir y me mira pervetidamente.
- Oh si. Pero mejor haz el numero dos, me harías vomitar con el numero uno.
-¿Cuál es el numero dos?
- Me tienes que comprar fresas cubiertas con chocolate blanco. Niall lo sabe perfectamente. Son mi debilidad- Digo y mojo mis labios con la lengua.
-Bien. Mañana te las compro.
- Aun no me has dicho a que viniste.
- Supuse que estarías en detención hasta que terminaran las clases así que decidí que pasaría a tu casa a pasarte los apuntes y a hacer la tarea juntos- Dice mientras esculca en su mochila, que no note que traía.
- Aaaaaw que considerado- Digo con sarcasmo.
- ¿Los quieres o no?
-¡Si!
- Entonces compórtate bien.
-Ni a los profesores les hago caso ¿Por qué tendría que a ti si?
- Porque traje esto- Dice sacando de su mochila una bandejita con fresas y en otro chocolate blanco.
- ¡Oh santa mierda! ¿Cómo supiste?- Digo con la mirada fija en esa delicia.
-Hable con Niall. No es muy confidente debo decir- Dice sonriendo satisfecho.
- Dame dame dame eso ¡Ahora!- Ordeno hipnotizada.
-No. Aun no. Primero tengo que asegurarme de que hagas la tarea y pases todo lo que hicimos hoy.
- Que puto eres. Me chantajeas con fresas, que malote eres- Digo y me siento en mi escritorio. Lo voy a obedecer, todo sea por esas suculentas fresas.
El se arrima una silla y me dicta todo lo que hicieron hoy en mi ausencia.
Después continuamos con la tarea. Que por mala suerte es de matemáticas, tengo que admitir que matemáticas no es mi fuerte, ¿Qué si soy mala? No, soy una mierda en esa materia. Así que me ayudo en casi todos los ejercicios, no solo tiene un bello físico sino también tiene una mente brillante. Maldito.
-Ok. Ya terminamos ¿Ya me das una fresa?- Digo haciéndole cara de perrito. La misma que le hacia hace unos minutos al resolver la tarea de matemáticas para que me pasara las respuestas.
- ¿Te tomaras tu vitamina?- Dice extendiéndome la pequeña pastilla
- Maldita sea ¿Sigues con eso?
- Oye tengo que dártelas durante todo el mes.
- Ya que- Digo y le arrebato la pastillita y la introduzco en mi boca sin agua. Me urge comer una fresa- ¿Feliz?
- Demasiado
-Bien. Pues ya dame esas deliciosa fresas.
- Tú lo dijiste eeeeh- Dice y lo miro confundida. No comprendo.
El remoja una rojiza fresa en el chocolate lo cual hace que se vea exquisitamente irresistible.
Después hace una acción inesperada. Pone la fresa frente a mi boca y por instinto la abro, comienzo a masticarla lentamente.
No me incomoda disfrutarla, me incomodo que el me diera la fresa. Pero es una incomodidad muy linda, una que me causa agrado. Que sus preciosas y delicadas manos sean las que hayan introducido el fruto en mi boca.
-¿Por qué lo hiciste?- Digo sonriendo
- Tu me lo pediste... ¿Recueras el 'Dame las deliciosas fresas'? Tu pediste que te LAS DIERA, nunca me especificaste la manera- Dice sonriendo con suficiencia. Era cierto. No quise que lo dejara de hacer, así que no le dije nada de mis errores de palabras. Quiero que continúe alimentándome.
En la siguiente fresa el volvió a remojar con aun mas chocolate que en la ultima, lo que hizo que al entregármela en la boca me ensuciara los labios. El me extendió una servilleta pero no la acepte.
-Tú lo ocasionaste, tú lo limpias- Me cruce de brazos y me levante de la silla mientras golpeaba rítmicamente mi pie contra el piso.
El igual se levanto y se acerco unos centímetros a mí, dejándonos a una distancia algo corta. El comenzó a limpiar detalladamente mis labios con la servilleta suave. El solo miraba detenidamente mis labios y se esmeraba en limpiarlos como si fuese un jarrón super valioso de su madre. Se detuvo por unos segundos cuando al fin termino, pero no se separo. Dirigió su vista a mis ojos y asentí, estaba completamente hipnotizada con sus ojos esmeralda que me miraban fijamente, que me atonte y deje que el prosiguiera con lo que tramaba. Sabía perfectamente lo que quería.
El se fue acercando lentamente con temor en sus ojos, no estaba muy convencido de hacer lo que deseaba, pero si en verdad lo quería hacer no hay nada más que decir.
Cuando al fin ya no tenía alternativa hizo lo que anhelaba. Levanto mi mentón y corto la distancia que quedaba entre nosotros. Mi corazón se comenzó a acelerar inevitablemente. Inicio con un roce en nuestros labios para después continuar con un beso aun más profundo.
Nos besábamos dulce y tiernamente, era el primer contacto que teníamos entre nuestros labios >Prácticamente<; No había razón por la cual acelerar las cosas.
Después de haber conocido nuestros sabores decidimos que ya era momento de hacer más intenso el beso. Posicioné mis brazos alrededor de su cuello y el me acerco aun mas tomándome de la cintura mientras la acariciaba. Adentramos nuestras lenguas y podíamos sentir nuestros paladares, el beso se había convertido en algo desesperado e incontrolable. Nuestras lenguas peleaban para dominar, era una guerra muy linda; La primera guerra linda que pueda existir. Enredaba mis dedos en sus rebeldes y adorables rizos.
Nos separamos unos centímetros por la falta de respiración, putos pulmones. Y unimos nuestras frentes. El me quedaba exactamente a la altura *Porque uso tacones*, lo cual hacia que el momento fuera perfecto. Su respiración agitada choca contra mí.
-Ese debió haber sido nuestro primer beso- Dice con la voz agitada- Y no el que me diste cuando me pegaste en los genitales- Continua y ríe ligeramente.
- Lo siento- Digo susurrando.
- Te acabo de perdonar- Dice sonriéndome tiernamente.  


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⏰ Última actualización: Dec 30, 2015 ⏰

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