Capitulo 14

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CAPITULO EDITADO


Dylan es un maldito, me dijo que le avisaría. Ahora me encuentro con un Zac sorprendido sin entender que diablos hacia aquí.

-¿Golpeaste a Treux?

Él se quedó en silencio por un pequeño segundo y luego elevó las comisuras de sus labios en una risa malvada. Sentí los bellos de mis piernas y brazos erizarse por esa sonrisa.

-¿Por qué lo has hecho?-Pregunté.

-Se lo merecía-Espetó entre dientes.

Miré sus manos que estaban de un color morado y algunas cicatrices se estaban formando. Se me encogió el estomago, Zac si que le había pegado.

-Deberías ponerte hielo-Señalé sus manos con mi cabeza.

-No es necesario.

-Zac mira eso, tu mano esta muy hinchada.

Miró su mano y parecía estar de acuerdo conmigo. Se adentró en su hogar dejando la puerta abierta, supuse que quería que yo también entrara y eso hice.

La casa estaba tranquila, la presencia de Sammy y Mary no se notaba. Estábamos solos nuevamente. Tomé asiento en uno de los enormes sofá y Zac apareció con una bolsa de hielo en su mano. Reí por lo bajo al saber que me hizo caso y tomó asiento a mi lado.

Es muy lindo, debo admitir, mis mejillas se sonrojaron levemente al descubrirlo mirándome tan descaradamente y me golpeé mentalmente por estar pensando tanto en él.

-Realmente ¿Por qué viniste aquí?-Me preguntó bruscamente, y por un momento pensé que quería que me largara.

-Vine para agradecerte por lo que le hiciste a Treux-Me encojí de hombros.

-En serio, Jade. ¿Por qué viniste?-Volvió a preguntar.

No entendía muy bien porque Zac no me creía, el único motivo por el cual yo estaba aquí era por eso. Aunque sabia que una pequeña parte de mi quería verlo. Pero eso era algo que el no debía saber.

-No lo se, Zac. Puedo irme si quieres-Dije mientras me ponía de pie.

Pero en un instante sentí que una mano me tomaba del brazo y voltee.

-No te vayas.

Su tacto me ponía nerviosa. Intercambié miradas entre su rostro y su mano que me tomaba suavemente del brazo.

Cuando levanté la mirada noté que sus ojos estaban clavados en mis labios. Los latidos de mi corazón se aceleraron en el momento que relamió sus labios. No supe de donde saque todo el coraje pero fui rompiendo la distancia entre nosotros. Cuanto mas cerca lo tenía, mas podia olfatear ese perfume que me nublaba la mente. Nuestras narices estaban por chocar.

-¿Sabes boxeo?-Hablé arruinando el momento.

Zac tosió y volvió a su postura soltando mi brazo.

-Claro ¿Por qué?

-Quiero que me enseñes.

Él rio y fue la risa mas armoniosa que había escuchado en mi vida. Me morí internamente, pero lo oculté bajo una mascara de mi poker face. Sonreí por dentro al notar que le había sacado una sonrisa.

-Hablo en serio, Zac-Traté de parecer seria.

-¿Y por qué crees que seria un buen profesor?-Me preguntó, como retándome, o así parece.

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