Tortura |Sterek|

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Stiles abrió los ojos con demasiada dificultad, ni siquiera pudo abrirlos del todo, porque su propia sangre se había secado sobre sus parpados provocando que sus pestañas se pegaran entre sí y le causaran dolor a la hora de abrir los ojos. Sentía el frío recorrer todo su cuerpo, eso era porque estaba desnudo y tirado en el suelo de tierra; sentía los pequeños y puntiagudos vidrios que estaban debajo de él clavándosele en diferentes zonas del cuerpo. Se había colocado de costado y en posición fetal para que de esa forma aquellos fragmentos de vidrio no se le clavaran en zonas vitales, pero que se le clavaran en las costillas era realmente doloroso.

¿Como había llegado allí? Pues aun tenía sus dudas, solo recordaba que estaba saliendo del Loft de Derek cuando vio algo extraño en el bosque, una especie de sombra que pasó a gran velocidad, no llegó a distinguir siquiera la forma de esta como para saber si era un hombre, una mujer o un maldito velocirraptor. Por lo que decidió seguir a aquella cosa, miles de veces le habían dicho que ni siquiera pensara en la idea de internarse solo en el bosque, porque era humano y era vulnerable, aunque la palabra vulnerable hacía sentir a Stiles como un inútil debilucho. Por lo que sin prestar atención a las millones de advertencias de toda su manada comenzó a seguir el camino por el que se había ido aquella sombra extraña, dejaba huellas extrañas en el suelo, como huellas de tacones, aunque el humano no supo que se trataba de los tacones de la maldita pirómana hasta que esta le saltó encima desde un árbol y luego de un forcejeo lo noqueó.

- Veo que el pequeño ya despertó - La voz de la rubia lo hizo temblar - ¿Como pasaste la noche, cariño?

Stiles no pudo evitar llorar al sentir la sangre seca pegándose a su zona mas íntima, la noche anterior había sufrido la peor de todas las seis noches que llevaba encerrado allí. Kate Argent había intentado interrogarlo y él se había negado a responder las preguntas de la cazadora loca, al enfadarse esta cogió su teléfono celular y marcó un número que Stiles no supo de quien se trataba, pero menos de media hora después llegaron dos hombres con sonrisas perversas, lo desnudaron y le hicieron cosas horribles, cosas que el pobre chico no quería recordar jamás. Pero lo peor era que todas y cada una de las cosas horribles que le hicieron fueron grabadas, para que luego la mujer jaguar le dijera que serían enviadas a todos los miembros de su escuela e incluyendo a la manada y a su padre.

- Espero que estés de buen humor para jugar hoy - Volvió a hablar Kate con una sonrisa perversa - Porque esta vez solo seremos tú y yo, mi pequeño humano.

Stiles no respondió, solo intentó fingir que se había desmayado por la perdida de sangre, pero no lograba calmar el rápido ritmo de su corazón y era obvio que la rubia lo escuchaba fuerte y claro, en ese momento odiaba que Peter la hubiera convertido.

Como muchas otras veces Stiles fue cogido por los cabellos y arrastrado hacia un muro en el cual había cadenas, allí fue encadenado, Peter le había contado que una vez Derek y él estuvieron en la misma situación. Pero no le habían dicho nada de que lo que afianzara el agarre de las cadenas en sus muñecas sería alambre de púas conectado a una especie de carca electrificada que al igual que el alambre se clavaba a su espalda. Las manos de la rubia comenzaron a acariciarle el abdomen, clavando sus garras de jaguar en cada una de las heridas que el chico se había hecho con los vidrios de su "Habitación privada", como la llamaba ella, en realidad era una simple celda sucia y con nada mas que un colchón cubierto de moho y sangre que seguro si te recostabas en él te pegaba alguna infección.

- Una vez leí que si electrocutas a un hombre puede darle una erección - Dijo Kate con una sonrisa retorcida y perversa - Vamos a ver si funciona.

Y sin mediar mas palabra la rubia se alejó, se acercó a la palanca que Stiles dedujo activaba la electricidad, le sonrió burlona y jaló del aparato. El choque eléctrico sacudió a Stiles como si de un muñeco de trapo se tratara, enarcó la espalda provocando que el alambra de púas se clavara mas en sus muñecas y columna, tan profundo se clavó que aquel alambre llegó a su columna y la electricidad le recorrió cada célula del cuerpo como si un rayo le hubiera caído del cielo. Intentó gritar al sentir como sus nervios se achicharraban dentro de su cabeza, en cualquier momento explotarían, pero ningún sonido salió de su boca, intentó hablar de nuevo y ya no podía hacerlo, ningún sonido salía de su boca.

One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora