Me levanté temprano e hice mi rutina de todos los días, hacía mucho que no me maquillaba, hoy lo hice, aunque solo un labial de brillo, lápiz de ojos negro y un poco de rubor, algo sencillo, por si me encuentro con él. Me alegra que estemos a pocos días de semana santa, son días festivos ¡No se trabaja! ¡Yay! Sonrío para mis adentros, Quizá me invite a salir. No entiendes mi emoción, es que no te podría explicar cómo, solo sé que lo conocí. Conocí a alguien capaz de cambiar mi vida. Dicen que el amor a primera vista no existe. Dicen que nadie acaba de conocer a nadie. Hasta dicen que el amor no existe. Y para yo aceptar algunas de esas cosas, tendría que negar su existencia.
Pero el es real, tan real, que he pensado tanto en él, que esta mañana que tuve que encontrármelo en el camino,
Ojala y siempre funcione - susurré mientras lo veía a lo lejos.
- Buen día, hermosa - besó mis mejillas.
- Buen día, Joaquín - sonreía sonrojada - ¿Cómo estás? ¿Dormiste bien?
- Excelente, no podría estar mejor, y más ahora que mi día inicia con buen pie.
- Oh y ¿Por qué? - dije haciéndome la tonta.
- Porque me encontré contigo - su mirada penetrante taladraba mis ojos; el no miraba mis pechos, ni mis piernas, ni mis labios, él ni tocaba mi piel; no, solo miraba mis ojos. Y con ello era suficiente para debilitar mis rodillas y para erizarme el alma.
Sonreí. Me sonrojé. Bajé la mirada. Ni sabía qué hacer, ni cómo responder, no estaba acostumbrada a eso. Y yo que pensaba que me volvía loca, y todavía no me miraba.
- Pero hay que trabajar, fue un placer toparme contigo, Ash - continuó mientras me daba otro beso en la mejilla.
- Igual para mí - acierto a decir después de recuperar el habla. Mientras sentía una corriente eléctrica cargada en mis mejillas y que me avanzaba por toda la piel.
Ya me comenzaba a gustar el sonido de mi nombre en su voz, o no sé si era su voz que me gustaba; pero oírle y verle era suficiente para alegrarme el día.
Hoy pasó rápido, entre mensajes y llamadas y toneladas de trabajo, supe algo más de él, es el menor de 7 hermanos ¡wau! Y yo que prácticamente soy huérfana, vive con sus padres, y tiene un perro gran danés, que ama con su vida. Es ingeniero, y apenas comienza como ayudante en una pequeña empresa (no, no es el típico chico rico, que atrae la mirada de todas); es un tipo que ha luchado mucho para salir adelante, superarse y bueno lograr el sueño de todos: Éxito, pero al igual que yo, no ha llegado todavía. Es 6 años mayor que yo. Y no te lo había dicho: Me invitó a salir.
- Tengo que salir hoy, Lina. Te preparas algo de cenar. Llegaré tarde - digo mientras busco que ponerme en mi diminuto closet - ¡Rayos! No tengo nada que valga la pena.
- ¿A dónde irás, Ash? - y me mira inquisitivamente.
- ¿Qué no puedo salir? - me escudo - Bueno, saldré con un amigo - sigo bajando la guardia.
- ¿En serio? - grita sorprendida.
- ¡Ay cállate! - ni yo recordaba la última vez que salí con un chico. Ya imaginaba por donde seguirían los comentarios. Y tanto que me irritan. Serás monja. Te quedarás a vestir santos. Ya se te está yendo el tren.
- ¡Es un milagro! - ríe a carcajadas.
Esa es otra. La ignoro y sigo buscando algo que sirva en mi closet. Al final termino eligiendo un viejo vestido blanco, tipo coctel que en realidad solo me había puesto una vez, ni sabia porque lo mantenía en el closet. Hasta hoy.
Terminé de ducharme, cambiarme y maquillarme para estar lista justo a tiempo. Suena el timbre. Lina sale corriendo a abrir la puerta.
- Buenas noches - se escucha su voz a lo lejos.
- Sí, ya casi esta lista. Pasa. Soy su hermana, Lina. Mucho gusto. - solo escuchaba la voz de Lina, no escuchaba para nada a Joaquín, será mejor que salga.
- Hola, Joaquín. - estaba vestido de forma casual, un pantalón jean gris y una camisa azul cielo, mangas ¾ y unos mocasines blancos. Quizá nada de esto sea importante. O todo dejó de serlo en cuanto me miró y nuestras miradas chocaron.
- Ash - se detuvo al pronunciar mi nombre, su mirada recorrió mi cuerpo, y no de esa forma, de algunos tipos que te desnudan en la calle y sientes que quieren comerte y devorarte, no, y te desnudan con la mirada. No. De una forma que te hace sentir bella. ¿Cómo te explico? - Estás preciosa. Perfecta.
- Gracias - me sonrojo, miro hacia abajo, vuelvo la mirada hacia Lina que sigue ahí - Veo que conociste a mi hermana - me recompongo.- Lina, el es Joaquín.
Lina asiente y sonríe.
- Un gusto conocerte Lina. ¿Ya nos vamos? - me mira.
- Sí, claro. - me dirijo a la puerta. Volteo hacia Lina, que se muere por explotar a carcajadas pero se contiene. Mejor ni le digo nada. Estúpida - susurro.
¿Dices algo? - pregunta Joaquín.
- No, nada. No he dicho nada. - disimulo. Rayos.
Nos dirigimos hacia su auto. Es un auto Honda. No es el más moderno que digamos, ha de tener unos 6 años, mínimo. Pero se ve bien cuidado, y sin rasguños. Me abre la puerta, espera que me siente y la cierra.
- Gracias - le digo sonriente cuando entra al auto. No le he dicho que es la primera vez que salgo en muchos años, ni que estoy aterrada, y cuando me lleno de miedo me vuelvo fría, difícil e inaccesible. - ¿A dónde iremos?
- Te sorprenderé - dice con una sonrisa en sus labios, ladeando su cabeza hacia mí por unos breves segundos para volver a fijar su vista en la carretera. Con la otra mano, enciende el radio y deja una canción romántica de... en realidad no tengo idea de quién es la canción, pero es muy bonita, muy bonita.
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Entre Mariposas E Inmortales
Lãng mạnNovela corta, drama, romance, intriga. Sólo tu amor sería capaz de convertir en inmortal a alguien. Sólo tu amor sería capaz de convertir un muro blanco en poesía - Joaquín. Mientras miro por la ventana, me invaden los recuerdos, de él, de mí, de no...