Vísperas amargas

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Las historias de amor suelen ser predecibles... uno siempre anda soñando con historias de novelas, de finales felices, yo preferiría que no tuviesen final. Por eso te contaré la mía, te darás cuenta que es diferente, porque la mía a pesar de los tiempos, siempre permanecerá viva. Quizá mis días los dedicaré a mirar por la ventana, sentarme en una vieja mecedora de madera que había estado con nosotros por cuatro generaciones y contar mariposas, me entretiene contarlas, probablemente he dejado escapar algunas, pero no puedo intentar acapararlas todas, las mariposas después de todo son libres, aunque su libertad, tiene un precio: la muerte rápida. La mayoría de la gente no suele darse cuenta, pero mientras mas libre se cree, más rápido muere. Pero ya hasta eso es otra historia.

Ahora bien, volviendo al tema, las orugas son otra cosa, suelen pasar por desapercibidas, a veces no logro notarlas desde mi ventana, pero cuando quiero ver mariposas las busco, porque aprendí a verlas e imaginar de que color serán. Quizá lo más importante de la vida es aprender a ver mariposas detrás de feas orugas.

Y yo conocí mi oruga, y mi mariposa.

Hace ya un año, 11 meses y 7 días que no está, pero te darás cuenta de que no hemos terminado, y no me mires así, ya lo entenderás. Para comenzar desde el principio, diré que duré 23 años de mi vida esperando conocer a alguien como él, bueno... quizá no esperaba que fuera tan terco y necio, tan insoportable a veces, quizá afortunadamente para mí, mi mariposa es de las que tienen espinas... y el es la mariposa más bella de mi jardín, mi príncipe entre tantos sapos, mi mariposa en un mundo lleno de orugas.

Me gustaría que dejara de tener miedo, y que no pensara que en cualquier momento me alejaré de él, me gustaría que entendiera cuanto en mi corazón está: Si tuviera que elegir entre mil personas, lo elegiría a él. No es prescindible, no es desechable,... los psicólogos dicen que está mal, pero lo necesitas, dependes de su sonrisa, de su mirada, de sus brazos, de sus labios, de su piel. Ya entiendo cuán capaz de matar a alguien es el amor, es que cuando amas a alguien así como yo lo amo, no hay vuelta atrás, si muere el amor, mueres o te vuelve loca, y yo pues... ya estoy loca.

Entre Mariposas E InmortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora