Desde que te fuiste,
nada volvió a ser igual.
Ni mamá.
Ni Daniel.
Ni yo.
No sé tú,
porque simplemente desapareciste, dejando dolor y lágrimas tras tu paso.
Debería odiarte.
Pero te amo,
porque eres mi padre.
Siempre lo serás.
Y siempre te amaré.
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Desde que te fuiste,
nada volvió a ser igual.
Ni mamá.
Ni Daniel.
Ni yo.
No sé tú,
porque simplemente desapareciste, dejando dolor y lágrimas tras tu paso.
Debería odiarte.
Pero te amo,
porque eres mi padre.
Siempre lo serás.
Y siempre te amaré.