Ha pasado ya, un mes y medio.
Wow.
Cómo cambian las cosas en tan poco tiempo, aún sigo asombrada por eso.
¿Quieres mi habitual actualización?
Bueno, mamá sigue triste pero al menos hoy salió de la habitación,
me gritó que me callara con esa puta música y echa una furia tiro el tocadisco al suelo mientras gritaba que te odiaba, después, se dio la media vuelta y se fue.
¿Daniel? Bueno, Daniel se empezó a juntar con unos chicos que definitivamente no me dan buena espina, y no, no es una fase; lo vienen a buscar por las noches y regresa en las mañanas borracho y drogado. Creo que esta vez definitivamente dejó la escuela, al fin, ¿qué más da? No es como que todos los trabajos pidieran la preparatoria terminada, aunque lo admito, no creo que llegue vivo a Navidad.
¿Yo? Oh bueno, yo sí sigo asistiendo a la escuela y ahora que mamá rompió el tocadiscos lo único que me queda es beber whisky, ¿no?
Ahora, hablemos de ti.
Maldito cerdo egoísta.
¿Recuerdas que te dije que no podía odiarte?
Bueno, ha pasado un mes y medio, y creeme, no estoy tan segura de eso.
¿Cómo cambian las cosas, cierto?