Descubrí la nutella

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Hola, pues soy Nerea pero me gusta que me llamen Nere.

Hay una cosa que yo recuerdo, algo que nadie pudo haber recordado y fue, cuando nací. Tengo un recuerdo de cuando nací, o sea que me acuerdo cómo fue.
Y os lo diré:

Nací y vi a la enfermera fea esa, que me acuerdo que tenía unos cachos labios que me recordaba a dos salchichas rosas, una enorme nariz de patata y por último, unos ojos muy pequeños, más pequeños que una cucaracha.
Después, vi a mi madre. Ojos grandes y verdes, nariz fina y chiquitita, labios delicados, y por último, cabello liso y rubio. Mi madre fue sin duda la chica más guapa del hospital. Pero, atrás vi algo, sobre la estantería, estaba dentro de un bote, era de color marrón, tenía un color increíble y olía muy bien y eso que lo olí desde lejos. El problema fue que no sabía leer, pero la bruja jorobada enfermera le preguntó a mi madre si quería... Nu- nutella.
Y pensé "esa cosa que he estado viendo desde tan lejos era nutella" y valla, eso si que fue la cosa más buena del hospital.

Cuando mi madre quería darme una compota para comer, lo cogía y se lo tiraba al agua del gato. Entonces mi madre tuvo que comprar nutella, mucha nutella, cantidad de nutella.

Cuando ya tenía siete años, pensé en crear lacasitos de nutella. Mi madre decía que era una buena idea pero, mi padre decía que era una chorrada, que piense más en los chicos o en crear una estantería mágica donde colgar libros sin que se caigan. Yo, fui a mi cuarto y me puse a llorar. Desde entonces, quería que mi padre se quedara satisfecho conmigo.

Fui al jardín, pensé en el chico más guapo del colegio y cogí una flor, y me puse a arrancar hojas de esa flor diciendo "¿me quiere, o no me quiere?". Quedó una hoja, la arranqué y la última hoja fue un "no me quiere".

Me puse a llorar y a gritar. Y miré al cielo y pasó una estrella fugaz, cerré los ojos y crucé los dedos arrugando la nariz y deseé un novio.

Pasó siete años y desde entonces fui escribiendo un diario. Tanto tiempo y todavía me acordaba de mi deseo, me asomé a la ventana y pasó otra estrella fugaz, y otra, y otra más. Estaban pasando muchas estrellas fugaces y deseé con todo mi corazón "quiero tener novio". Cerré la ventana, pasé las cortinas y me hice una tostada de nutella, la nutella empezaba a brillar, y cada vez brillaba más y flotaba en el aire, y luego se fue alargando, creó un brazo y una pierna, pelo castaño, ojos verdes, nariz recta como la mía, y creó un niño de mi edad, con catorce años. Pero, no creas que la nutella lo crea todo, la nutella no coge la ropa de primark para ponérsela al niño. No, estaba desnudo y yo me tape los ojos rápidamente y grité muy fuerte. Mi madre vino corriendo y dijo -Vaya tenemos a un niño- y preguntó mi padre -¿Cómo que un niño?- y le respondió mi madre -¿pués no lo ves?- y mi padre dijo contento -¡Mira Nicole tenemos un suegro!-.

Madre mía lo que liaron mis padres, hicieron que ese niño sea mi novio, pero él era muy rico, muy guapo. Pero, la nutella le da más vueltas. Cada vez que besaba al niño sentía un sabor como nutella, obvio, él fue creado por nutella. El niño ese se llama Alejandro.

Yo le quiero tanto como a la nutella, es tan dulce, tan rico...

My Boyfriend Is... NutellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora